Antonio P., el hombre desterrado de Campillos y Sierra de Yeguas (Málaga).

Antonio P., el hombre desterrado de Campillos y Sierra de Yeguas (Málaga). E. E.

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Antonio, el 'joker' de Málaga desterrado tras amenazar a policías y vecinos: "Se le suele ver de madrugada; no es estable"

Un juzgado lo ha expulsado de su municipio. Tampoco podrá pisar el de al lado. "Lo de seguir las normas no va con él", aseguran quienes lo conocen.

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Subido en lo alto de su vehículo negro. Ante la mirada de numerosos testigos que únicamente lo que anhelaban era degustar un refrigerio en una terraza, Antonio P., de 47 años, comenzó a pisotear el coche. Los allí presentes trataron de echarlo del lugar y él comenzó a increparles. Hasta le lanzaron una silla.

Antonio P., también conocido como el joker o el pescadero en el municipio de Campillos, a una hora del centro de Málaga, fue desterrado el pasado 10 de enero. Y no sólo fue expulsado de la citada localidad andaluza, sino del pueblo colindante, Sierra de Yeguas. El motivo: las numerosas denuncias que acumula a través de un largo historial delictivo.

Tal es el extremo que la Policía Local de Campillos también ha sido víctima de sus amenazas. "Ya nos veremos tú y yo cualquier día", le espetó Antonio P. a uno de los uniformados del municipio malagueño. Ellos simplemente realizaron su trabajo. Trataron de calmarle ante el bullicio cada día más común que produce.

Produce, en presente, porque a pesar de que la orden judicial se remonta a hace cinco meses y es de obligado cumplimiento, como cualquier otro mandamiento por parte de un juzgado, múltiples han sido las ocasiones en las que el pescadero se ha dejado ver por el pueblo. "Se ha saltado la orden varias veces. Le he visto y me ha saludado incluso. Hace un mes le vi desde la ventana de mi casa", comentan a EL ESPAÑOL fuentes municipales.

"Él suele salir de noche o de madrugada, cuando no hay nadie por el pueblo y puede salir más tranquilo por ahí", agregan estas fuentes sobre las escapadas nocturnas de el pescadero por Campillos. A pesar de que muchos vecinos desconocen el origen del mote de joker, en sus vídeos de TikTok le tildaban de la citada manera.

Pero lo de el pescadero sí tiene un porqué: "Tenía una pescadería en el Mercado de Abastos. Toda la vida ha estado ahí trabajando. Y luego en Teba (a 15 minutos en coche de Campillos) tenía otro puesto".

Amenazas, lesiones, daños... La ristra de denuncias que acumula Antonio P. alcanza las 80. Los agentes de la Guardia Civil de Campillos también se han visto perjudicados por este sujeto. Provocó lesiones "leves" a dos de ellos, además de amenazarles. "Sé dónde vivís", les espetó.

"Tenemos constancia del consumo de sustancias por parte de esta persona. Además, que psicológicamente tampoco está bien...", señalan fuentes del Instituto Armado a este periódico, quienes confirman que permaneció interno en un centro psiquiátrico cuando fue detenido en enero.

Orden de alejamiento de su exmujer

Sin embargo, uno de los peores episodios que ha protagonizado Antonio P. es con su exmujer, Mónica. Ella, con quien tiene tres hijos en común, solicitó una orden de alejamiento de 500 metros hacia su marido, medida que ha quebrantado en, al menos, tres ocasiones.

"Se separaron hace cinco años. Su familia vive con miedo. Aquí, al final, al ser un pueblo, nos conocemos todos", relatan fuentes del pueblo. No obstante, sostienen que, actualmente, no hay un clima de terror en Campillos.

Por otro lado, el pasado 28 de abril, el día del apagón, varios contenedores amanecieron calcinados en Campillos. Vecinos del pueblo sospechan de que fue el joker quien los quemó, pero no hay pruebas concluyentes.

Pero sí se demostró que fue Antonio P. el responsable del incendio provocado a varios cubos de basura durante el pasado periodo navideño, según informan fuentes municipales a este diario.

"Ha habido varias situaciones que las ha montado, como en bares...Genera tensión. Tampoco va por la calle insultando a todo el mundo, pero es una situación muy incómoda. Existe inquietud ", añaden. Y recuerdan un episodio convulso en el Ayuntamiento: "Llegó diciendo que tenía que ir a un juicio un día y decía que no tenía dinero para el taxi y que tenía que pagarlo el Ayuntamiento".

Según ha podido saber EL ESPAÑOL, Antonio P. goza de un patrimonio notable. Si bien es cierto que se ha dedicado a lo largo de su vida al pescado, también percibió una importante retribución económica a través de una herencia.

La asociación mayoritaria de la Guardia Civil, Justicia Civil (Jucil), se personó en la causa. A raíz del ataque a dos miembros del Cuerpo Armado, el Juzgado de Instrucción nº 2 de Antequera decretó el destierro de Antonio P..

Desde la agrupación policial, solicitan una mayor protección a sus componentes, así como una equiparación salarial al resto de Cuerpos autonómicos y la declaración de su profesión como "de riesgo".

"No está bien. Es una persona que actúa así porque yo creo que no está estable. Siempre ha sido un poco chulito, pero nunca había llegado a este punto", confiesan fuentes de Campillos.

¿Cómo con condenas por violencia de género, la que tiene ahora de destierro, problemas en el pueblo y con la gente, amenazas y peleas con la Guardia Civil sigue este hombre en la calle? No se entiende. Lo de seguir las normas no va con él", concluyen.