Alán Barroso.

Alán Barroso. E.E.

Reportajes

Alán Barroso, el tertuliano afín a Sumar contratado por Moncloa para hacer vídeos de Franco: "Es la voz de Yolanda en RTVE"

El politólogo convertido en influencer que saltó del plató al presupuesto público para explicar el franquismo en TikTok por encargo del Gobierno.

Más información: El otro 'año Franco': Tejero y el líder de Manos Limpias planean "grandes protestas" contra Sánchez y a favor del dictador

L.N.
Publicada

Por muy centennial que se sea, vivir del franquismo siempre da sus frutos. Y si no, que se lo digan a Alán Barroso, 27 años, tertuliano politodólogo, influencer de redes y, desde hace poco, contratado por el Gobierno para explicar a España que Franco fue un dictador. Un descubrimiento revolucionario.

Barroso es el nuevo rostro de la pedagogía gubernamental sobre memoria democrática. El encargo —tramitado por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática— consiste en una serie de vídeos de minuto y medio para redes sociales sobre el franquismo. En total, 3.146 euros. Una tarea sensible, encomendada no a un historiador, ni a un periodista de trayectoria, sino a un joven influencer político que ha hecho carrera a golpe de zascas y tuits. Los vídeos se emitirán en los canales del Gobierno y en TVE, cadena en la que también colabora y donde un conocedor le llama "la voz de Yolanda Díaz en la pública".

Y no es solo una metáfora. Barroso es muy cercano al equipo de la vicepresidenta, ha trabajado para administraciones locales del espacio del 15-M y ha sido uno de los altavoces más activos de Sumar, antes Unidas Podemos. Su estilo —voz forzada, camisa arremangada, aires de superioridad— funciona como catarsis para los indignados de izquierdas, especialmente jóvenes. Sus vídeos en TikTok y YouTube explican la política como quien narra una final del Mundial o un recopilatorio de APM.

En apenas cinco años y nada más graduarse, Barroso ha construido una audiencia de más de 600.000 seguidores y una identidad política inconfundible: progresismo emocional con acento académico. Cuando no desmonta bulos (reales o no), defiende una Patria Digna, título de su ensayo de 2022, donde reinterpreta España como un ideal de justicia social. No es que le falte fondo —se graduó en Ciencias Políticas y completó un máster en Comunicación—, pero lo suyo es el envoltorio: ritmo, moral maniquea y frase con gancho.

Por eso sorprende poco que sea ahora el elegido para traducir la memoria democrática al lenguaje viral. Su fichaje responde a una lógica: llegar a la generación que no estudió la dictadura ni en libros ni en casa. Y, de paso, reforzar el relato del Gobierno con una voz afín, joven y sin desgaste institucional. El resultado es una especie de TikTok didáctico, financiado por el Estado, para explicar que lo de Paracuellos no es lo mismo que lo de Badajoz.

El contrato no se ha hecho público en todos sus detalles, pero sí se sabe que es parte de una campaña institucional que dirige el departamento de Ángel Víctor Torres para celebrar el 50 aniversario de la muerte del dictador. 

Pero Barroso ya no es solo sinónimo de plató. Algunos lo ven como un emisario más del Ejecutivo en la casa. Él lo niega, pero su proximidad ideológica con el espacio de Yolanda Díaz y su aterrizaje en la televisión pública han reforzado la idea de que es algo más que un divulgador. 

Tampoco es que haya inventado nada. Como tantos otros, ha convertido la política en espectáculo y el espectáculo en sustento. Sólo que esta vez el teatro lo paga el Estado y el guion viene con membrete institucional. La historia, eso sí, la cuenta él. En vertical, en 59 segundos y con moraleja final.