Juan M.S., de 71 años, el empresario encarcelado por el doble homicidio de Jean Mirabeau, (Camerún, 1973), y a Siaka Coulibaly (Costa de Marfil, 1987).

Juan M.S., de 71 años, el empresario encarcelado por el doble homicidio de Jean Mirabeau, (Camerún, 1973), y a Siaka Coulibaly (Costa de Marfil, 1987).

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Juan, el empresario en la cárcel por matar a dos subsaharianos en Murcia: esperaba al único testigo con una escopeta

EL ESPAÑOL accede a un vídeo de un episodio violento protagonizado por el empresario Juan M. S., encarcelado por doble homicidio, contra el consejero delegado de Porkytrans y un empleado que le vio con los difuntos Jean y Siaka.

Más información: Jean y Siaka fueron asesinados en Murcia tras estafar a unos empresarios con dinero falso: "Tenían amenazas en el móvil"

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Juan llegó a instalarse en las oficinas que la compañía Porkytrans tenía en Librilla, colocando un catre en un despacho y haciendo guardia con una escopeta, para evitar ser desalojado por el consejero delegado de la compañía: Andrés Narváez. "Ahora pienso que podría estar muerto", tal y como asegura el propio Andrés Narváez, tras conocer que el socio minoritario de su firma, Juan M. S., ha ingresado en prisión como supuesto autor del doble homicidio y ocultación de los cadáveres de Jean Mirabeau, (Camerún, 1973), y Siaka Coulibaly (Costa de Marfil, 1987).

"Tenía ansia por hacer dinero. Si el tema [de los africanos] no ha sido por venderles camiones de Porkytrans o chatarra, o por comprar una partida de dinero grande, seguro que ha sido por el ansia que tenía de intentar reflotar la base logística y salir con la cabeza alta", tal y como reflexiona Andrés Narváez, consejero delegado de Porkytrans, compañía que absorbió Transportes Argos en Librilla, debido a que esta empresa fundada por Juan M. S. arrastraba "una deuda de 30 millones de euros".

Aquella ampliación de capital solo le ha traído quebraderos de cabeza a este empresario. La última fue ser interrogado por la Policía Judicial después de que la esposa del camerunés Jean, de 52 años, denunciara que su marido había desaparecido el 15 de diciembre y la ubicación de WhatsApp que le envió le situaba en la base logística de Porkytrans en Librilla.

"Tuve que explicar dónde me encontraba en esas fechas y demostrarlo con pruebas. Imagino que sería sospechoso para la Guardia Civil porque la mujer dijo que su marido se reunió con el dueño de la empresa que soy yo, pero en realidad estuvo con Juan", según recalca Andrés. "Juan se atrincheró en las oficinas con su familia, estaba sin luz ni agua, pero puso colchones en un despacho y debajo de uno tenía una escopeta". "De aquel día, estoy vivo de milagro", según insiste.

Agresión Andrés

Este empresario demuestra sus afirmaciones con un vídeo que aporta a EL ESPAÑOL, sobre el atrincheramiento en Porkytrans de su socio minoritario, Juan M. P., de 71 años, y cuyas imágenes ponen de manifiesto el peligroso temperamento que tiene este septuagenario encarcelado junto a su sobrino, Jesús P. M., de 42 años, por el doble homicidio de dos ciudadanos africanos. "Es una persona muy impulsiva", advierte Andrés Narváez. "Me personaré en el juzgado como perjudicado en este caso".

- ¿Por qué motivo?

- Andrés Narváez: Corté la actividad de la empresa en Librilla porque tenía sospechas de irregularidades en los viajes, después de que nos parasen un camión en Inglaterra, con 228 kilos de marihuana, en un cargamento de lechugas. Ese porte no estaba contratado y se pagó en 'b'. A Juan y a su hija los denuncié por apropiación indebida porque estuvieron alquilando cuatro casas que eran activos de Porkytrans, en Molina de Segura y en Las Torres de Cotillas, pero no ingresaban el dinero en la caja de la compañía. Le pagaban en mano el alquiler a Juan y cada propiedad se arrendaba a unos 600 euros [en total eran 2.400 euros mensuales].

Tengo muchas denuncias contra Juan y sus familiares tanto en los juzgados como en la Guardia Civil, desde 2020 en adelante. Una es por el desmantelamiento de las cámaras frigoríficas. Igual esos africanos compraron cinco o seis camiones, tres remolques y dos furgonetas que estaban parados. Ese puede ser el hilo conductor porque los llegaron a subastar en el primer semestre de 2024 y yo denuncié esa subasta por corrupción en los negocios. Juan le debía dinero a todo el mundo. A su sobrino Jesús, al que también han detenido, le debía un millón de euros.

Juan es un empresario con "mucho ego" porque forjó su carrera desde abajo, ya que comenzó como chófer en el sector del transporte y buscó dos socios para fundar Transportes Argos, con una flota de camiones que no paró de crecer durante los primeros años. Incluso construyó una casa y un restaurante junto a la base logística que contaba con gasolinera, lavadero, taller, cámaras frigoríficas... Pero llegaron los problemas económicos y se vio obligado a vender a Porkytrans con presencia en Asturias, Madrid y Extremadura, todas sus instalaciones del Polígono Cabecicos Blancos.

La gasolinera de la base logística de Porkytrans es uno de los puntos inspeccionados por la Guardia Civil para localizar los cadáveres de dos africanos desaparecidos.

La gasolinera de la base logística de Porkytrans es uno de los puntos inspeccionados por la Guardia Civil para localizar los cadáveres de dos africanos desaparecidos. Badía

"Juan seguía figurando como administrador de Argos y socio minoritario con menos de un 2% de Porkytrans. Para entrar en la empresa, tuvo que hipotecar su chalé de la urbanización de La Alcayna en Molina de Segura que estaba valorado en 1,2 millones de euros", según apunta el fundador y consejero delegado de Porkytrans. "A su hija, la nombramos presidenta del Consejo de Administración, y a su hijo, miembro del consejo". "Pero Juan iba todos los días a las oficinas". "Yo le tenía que parar los pies porque se pensaba que él mandaba allí".

El consejero delegado de Porkytrans, Andrés Narváez, de 52 años, trató de pararle los pies a Juan, su socio minoritario, cuando se atrincheró en la empresa estando en concurso de acreedores, debido a que quedaban 30 remolques frigoríficos, valorados cada uno en 60.000 euros, y seis cabezas tractoras, entre otros materiales de gran coste económico.

"Estoy seguro de que les habrían quitado las ruedas nuevas a los remolques, para sustituirlas por viejas, para venderlas, y de que habrían desmontado equipos frigoríficos". De modo que Andrés se desplazó de Madrid a Librilla y se plantó en la base, acompañado de Paco: un empleado suyo que vivía en la casa de esas instalaciones, con su autorización, para informarle de todos los movimientos que hacía Juan y su familia desde que la empresa entró en liquidación. Aquella visita de Andrés y Paco quedó reflejada en un atestado de la Guardia Civil de octubre de 2020.

Este es el contenido de uno de los párrafos: “Andrés se dispuso a abrir las puertas con el mando a distancia, pero las habían bloqueado por dentro con dos maderas y no abrían. En la parte interior de la oficina, visualizamos que se encontraba Juan M., con una escopeta, mientras que su cuñado, L. B., tenía un móvil grabándonos y le decía a Andrés: ‘Eres un chorizo, un sin vergüenza, pasa para dentro que tengo la escopeta cargada y te voy a pegar 16 tiros’. Andrés, pacíficamente, le dijo: ‘Juan, déjame pasar que tengo el mismo derecho que tú a entrar que tengo que recoger una documentación para el concurso de acreedores […]”.

Aquel episodio quedó grabado en el vídeo que figura en este reportaje y que filmó Paco: el hombre de confianza de Andrés porque era sus ojos en Librilla. En las imágenes, Juan agarra por el pelo al consejero delegado de Porkytrans y le empieza a ahogar: "¡Este, esta mañana no se escapa!" A continuación, le espeta esto al autor de la grabación antes de ir a por una barra de hierro: "¡Chorizo!" "Ríe, que ya veremos a ver quién ríe el último...". "¡Me cago en Dios, Paco te voy a matar!"

Paco fue testigo de aquella agresión, incluso fue golpeado con una barra de hierro, y cuatro años más tarde se ha convertido en testigo clave en el caso de la desaparición mortal de los dos ciudadanos africanos en esta base logística de camiones. Todo ello, debido a que aún reside en la misma vivienda que hay sobre el restaurante que antaño estaba abierto para dar el 'rancho' a los camioneros. "Juan es una persona agresiva y violenta", según sostiene Paco Simancas. "Le he denunciado dos veces por agresión física y otras tres por amenazas de muerte". "Lo tengo todo documentado".

Paco Simancas, este jueves, posando con la denuncia donde advierte a la Guardia Civil que vio a dos africanos en diciembre en Porkytrans.

Paco Simancas, este jueves, posando con la denuncia donde advierte a la Guardia Civil que vio a dos africanos en diciembre en Porkytrans. Badía

- ¿Por qué le agredió Juan y le amenazó verbalmente?

- Paco Simancas: Él quería que me marchara porque veía todo lo que hacía tras el concurso de acreedores. Yo trabajaba en la delegación que tenía Porkytrans en Extremadura, y en 2018, el consejero delegado, Andrés Narváez, me envió a Murcia para reflotar la sede de Librilla porque había muchas cosas que no cuadraban, trataban mal a los proveedores...

Estuve en plantilla hasta 2023 y sigo residiendo en la vivienda de la base tras el concurso de acreedores. Creo que Juan tenía problemas económicos porque se turnaba con su cuñado [L. B.], para custodiar las instalaciones las 24 horas del día, y tenía una escopeta. Ellos dormían en las oficinas.

Paco Simancas (Mérida, 1962) se dedicaba a vigilar lo que hacía Juan como contraprestación al consejero delegado, Andrés Narváez, que le seguía autorizando a residir en una vivienda de Porkytrans. En diciembre de 2024, presentó una denuncia ante la Guardia Civil por una visita extraña dentro de la base logística, sin saber que eso ayudaría a dar un giro de 180 grados a la búsqueda de Jean Mirabeau y Siaka Coulibaly. Para la Policía Judicial, el caso pasaba de una desaparición a un homicidio.

EL ESPAÑOL ha accedido a esa denuncia: "El día 15 o 16 de diciembre, no lo recuerdo, vi a gente de color en el interior de la nave, entre el foso y los camiones. Creo que fue sobre el mediodía porque era mi hija, menor de edad, la que me comentó que vio a gente en el interior de las instalaciones. Yo me asomé a la terraza de la vivienda y vi merodeando a un hombre de aspecto fuerte. Iba desde las oficinas, al foso y los camiones. Allí se encontraba Juan porque es habitual que esté en la base logística".

"En ese momento, me fui al puente a hacer unas fotos porque tenía un acuerdo de palabra con Andrés Narváez, de que le informaría cuando viese algo. Hice unas fotos y se las envié a Andrés [...]". "También por el mes de diciembre, no recuerdo la fecha exacta, he visto los vehículos de Juan M. S., y de su cuñado, estacionados en el Restaurante La Paz, junto a un vehículo con una persona de color. Esa persona era más alta y delgada que la anterior". Tales descripciones físicas cuadraban con las imágenes de los carteles que disribuyó SOS Desaparecidos de Jean Mirabeau, más corpulento, y el marfileño Siaka Coulibaly, más delgado.

Paco Simancas, testigo clave de la investigación de la Guardia Civil, este jueves, señalando la zona donde presenció movimientos de tierras con una retroexcavadora en Porkytrans.

Paco Simancas, testigo clave de la investigación de la Guardia Civil, este jueves, señalando la zona donde presenció movimientos de tierras con una retroexcavadora en Porkytrans. Badía

La señal del móvil de uno de los desaparecidos se paraba en esa base logística de Librilla y a la Policía Judicial le bastó con leer otro par de párrafos de esta denuncia de Paco, para tener claro que ninguno de esos padres de familia había salido vivo de allí: "Tengo fotos de maquinaria realizando labores de excavaciones en el interior de las instalaciones. En concreto, detrás de la gasolinera [...]. La fecha de la fotografía es del 22 de enero y desde entonces, no hay más trabajo de ese tipo. Mientras se estaban realizando esos trabajos, Juan se encontraba en la puerta haciendo funciones de vigilancia y aporto fotos de ello".

"Normalmente, desde el mes de diciembre, escucho ruidos por la noche, como chillidos o golpes de maquinaria y desconozco el motivo. Incluso veo luces de alguna linterna o móvil, en el interior de las oficinas, por donde se suele mover Juan M. S. porque se queda a dormir". Esta denuncia ya dibujaba un perfil agresivo de este empresario septuagenario. Así lo hace constar Paco: "Una vez, cuando estaba con Andrés, el propio Juan me amenazó de muerte, con pegarme dos tiros con una escopeta [...]".

De momento, la Guardia Civil ha encontrado gotas de sangre y restos humanos en una nave de Porkytrans. Tal hallazgo complica el horizonte legal de los empresarios Juan M. S. (1954) y de su sobrino, Jesús P. M. (1983), encarcelados como supuestos autores de un doble homicidio y ocultación de cadáver. También estrecha el cerco sobre María P. P. (1976), esposa de Jesús, y a la que se la ha retirado el pasaporte por riesgo de fuga, debido a que está investigada por un delito de encubrimiento.

La instrucción judicial deberá aclarar si Juan y Jesús acabaron con la vida de Jean y Siaka, bien porque les aplicaron el timo del 'wash wash' o porque les compraron con dinero falso unas cabezas tractoras o remolques frigoríficos de Porkytrans. Todo ello, en base a que las dos víctimas mortales tienen antecedentes por estafa. En Hellín, por importe de 16.400 euros, y en Lorca, de 230.000 euros, por prometer a sus víctimas grandes beneficios si les ayudaban a sacar de su país dinero teñido de negro, para que no lo detectara la aduana, antes de aplicarle un reactivo químico -'wash wash'- en suelo español que haría emerger los billetes.

- ¿Usted dónde presenció los movimientos de tierra con la retroexcavadora?

- Paco Simancas: Esa máquina no era de Porkytrans. Estaba en los terrenos de detrás de la gasolinera porque antes de las obras del AVE, la base logística llegaba hasta un camino que lindaba con la antigua vía del cercanías Murcia-Almería. Yo vi a la retroexcavadora, moviendo tierra entre la gasolinera y la antigua valla perimetral de hormigón.

Estuvieron removiendo los terrenos donde están ahora las obras del AVE. No es descartable que los cuerpos de los desaparecidos se los haya llevado la maquinaria pesada de la alta velocidad porque todos esos terrenos ya no están y fue retranqueada la valla perimetral de la base logística. Aunque también es verdad que Jesús tiene una empresa de reciclaje de residuos.