
Jean Mirabeau, camerunés de 52 años, y Siaka Coulibaly, Costa de Marfil, de 38 años, junto a uno de los puntos de alcantarillado de Porkytrans en Librilla donde han buscado sus cadáveres.
Jean y Siaka fueron asesinados en Murcia tras estafar a unos empresarios con dinero falso: "Tenían amenazas en el móvil"
La juez envía a prisión a los empresarios Juan M. S., de 71 años, y a su sobrino, Jesús P. M., de 42 años, por un doble delito de homicidio y encubrimiento de cadáver. A la empresaria María P. P., de 49 años, la investiga por encubrimiento.
Más información: La esposa de Jean, el camerunés desaparecido en Murcia: "Fue a hacer negocios con un amigo y no hay rastro de ninguno"
Porkytrans está en liquidación y no debía registrar actividad en su sede de Librilla, pero a finales de 2024 se denunció a la Guardia Civil la presencia en las instalaciones de personal ajeno, moviendo los camiones. "Por octubre o noviembre, había africanos sin vinculación laboral a Porkytrans, manipulando cabezas tractoras y remolques frigoríficos", tal y como afirma el hombre que presentó aquella denuncia. Un mes después, en diciembre, se les perdió la pista en esas mismas instalaciones a Jean Mirabeau, (Camerún, 1973), y a Siaka Coulibaly (Costa de Marfil, 1987).
"La Guardia Civil se ha entrevistado conmigo", según recalca esta persona, antiguo empleado de la delegación de Porkytrans en Librilla y que accede a hablar con EL ESPAÑOL bajo el anonimato, al tratarse de un testigo del caso conocido como el 'doble crimen de los africanos'.
Esta firma dedicada al transporte y a la compra-venta de ganado, con delegaciones en la Región de Murcia, Asturias, Madrid y Extremadura, está en concurso de acreedores desde 2018, a instancia de la compañía de seguros Crédito y Caución, en representación de cinco proveedores, entre los que se encuentra Campofrío, reclamando un millón de euros. Este empleado informó de aquella situación anómala en la sede de Librilla al fundador y consejero delegado de Porkytrans: Andrés Narváez.
"Yo vi a tres personas de color desde la puerta de la empresa". "Estaban quitando ruedas de los remolques". "Andrés me preguntó si les conocía y le dije que no". "Así que puse la denuncia porque no tenían autorización para manipular los remolques ni los camiones", tal y como prosigue relatando este testigo. Por aquel entonces, el encargado de la sede de Porkytrans en Librilla y socio minoritario de la compañía era Juan M. S., un empresario de 71 años, para el que se ha decretado su ingreso en prisión por el doble homicidio de los ciudadanos africanos Jean Mirabeau y Siaka Coulibaly, así como por dos delitos de ocultación de cadáver.

Las instalaciones de Porkytrans en Librilla están en liquidación y en concurso de acreedores.
Juan ingresará en la cárcel acompañado de su sobrino, el también empresario Jesús P. M., de 42 años, por los mismos delitos de homicidio y ocultación de cadáver al cuadrado. "La empresa no tenía actividad, pero faltaban tres cabezas tractoras de camiones", recalca esta persona que denunció la presencia de ciudadanos africanos en la sede de Porkytrans. En el Polígono Cabecicos Blancos se detiene la señal de los móviles de Jean Mirabeau, de 52 años, y de Siaka Coulibaly, de 38 años, cuyas esposas denunciaron su desaparición el 15 de diciembre de 2024.
El contenido de la denuncia que presentó este hombre tiene importancia para la Policía Judicial porque oficialmente, el camerunés Jean Mirabeau, de 52 años, y el marfileño Siaka Coulibaly, de 38 años, se dedicaban a comprar vehículos de segunda mano. Aunque les constan antecedentes policiales por supuestas estafas con dinero falso. En concreto, el pasado verano, en Hellín, por importe de 16.400 euros, y en Lorca, por 230.000 euros, inspirándose en la técnica del 'wash wash'.
La dinámica de ese timo es la siguiente: el estafador contacta con un empresario para que le ayude a sacar dinero de un país africano en conflicto o con corrupción. Le explica que los billetes están teñidos, recubiertos por una sustancia especial, para ocultarlos y sacarlos de forma clandestina por la aduana. Una vez en suelo español, le aplican un reactivo químico y los billetes recuperan su formato. Incluso le muestran uno teñido de negro y le aplican el reactivo, para que presencie el método con el que logrará pingües beneficios, a cambio de financiar esta logística.
Porkytrans es el nexo de unión entre los dos africanos desaparecidos y los empresarios encarcelados: Juan y Jesús. "Al parecer, había un mensaje de móvil amenazante de un detenido a uno de los desaparecidos", tal y como resaltan fuentes de la Guardia Civil. "Ambos desaparecidos tienen antecedentes por estafa". De modo que el dinero falso cobra fuerza como hilo conductor de este doble homicidio. Bien porque Jean y Siaka pagaron con su vida, por aplicar el timo del 'wash wash' a los empresarios, o bien porque les compraron cabezas tractoras o remolques frigoríficos a esta empresa en liquidación, abonándoles dinero ficticio.
Uno de los empresarios detenidos, este miércoles, en su puesta a disposición de los juzgados de Totana.
"Yo vivía en la casa que hay en las instalaciones y Juan me quería desahuciar porque estaba denunciando las cosas que hacía en la empresa sin autorización", tal y como asegura este testigo. De hecho, la sede de Librilla está en concurso de acreedores y por encima del socio minoritario y encargado Juan M. S. (1954) estaba el consejero delegado de Porkytrans: Andrés Narváez. "Me querían desahuciar para que no viera lo pasaba en la sede. Me cortaban el agua, la luz y me hacían la vida imposible. Hasta me tiraban piedras". "Este 'tinglao' que se ha montado se veía venir".
El 'tinglao' al que se refiere es el operativo de película que tiene montado la Policía Judicial desde que tomó Porkitrans en Librilla. La base logística está equipada con una estación de servicio, un lavadero, taller, cámaras frigoríficas, restaurante, aparcamiento para los camiones... Desde el domingo, no paran de peinar cada palmo para localizar los cadáveres de estos dos ciudadanos africanos. "Yo me brindé a la Guardia Civil a colaborar en la búsqueda. Les expliqué que conocía las instalaciones como trabajador, les dije que había una fosa séptica en la gasolinera, que hay 7 u 8 puntos de conexión con el alcantarillado, un foso...".
- ¿En qué zonas prestaron más interés los investigadores?
- Testigo: En la gasolinera es donde están haciendo más hincapié por la fosa séptica. También registraron los remolques frigoríficos.

La balsa de riego inspeccionada por los buzos del GEAS.
El Instituto Armado está poniendo toda la carne en el asador para encontrar algún vestigio del camerunés Jean y el marfileño Siaka. Los buzos del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) se han sumergido en la balsa de riego y no han encontrado nada. La Unidad de Subsuelo ha metido una cámara pocera en los pozos ciegos de las instalaciones y con un georadar se ha escudriñado cada milímetro de terreno, para detectar algún resto óseo o movimiento de tierra realizado para enterrar a las víctimas. También se ha recurrido a perros de agua, como en la DANA de Valencia, especializados en búsqueda biológica, incluso se llegó a interrumpir las obras de un tramo del AVE Murcia-Almería que está pegado a Porkytrans, para no perjudicar las pesquisas.
Este miércoles, desde primera hora de la mañana, los monos blancos de criminalística bullían por el lavadero, por las cámaras frigoríficas y el foso de los camiones, para aplicar ilumino buscando alguna gota de sangre... Pero tras cuatro días no hay ni rastro de los cuerpos de los desaparecidos. "A Juan le vi dentro de las instalaciones acompañado de dos agentes". "No entiendo por qué no está colaborando", reflexiona este testigo y antiguo compañero de trabajo del empresario septuagenario que está investigado.
Esta base logística de tráilers está próxima a varias casas de campo y uno de los vecinos también fue interrogado por la Policía Judicial, acerca de la inquietante desaparición de estos dos padres de familia -con antecedentes por estafa-. "A principios de año, vinieron un par de agentes de paisano para preguntarme por el movimiento que había en Porkytrans", tal y como recuerda este segundo testigo: un pensionista.
Tales palabras desvelan que "desde enero o febrero", la Policía Judicial ya tenía en la diana a Juan M.S., socio minoritario y encargado de Porkytrans, debido a que la señal del móvil de los desaparecidos acaba en el Polígono Cabecicos Blancos: el lugar donde le dijeron a sus esposas que iban a mantener una reunión de negocios el 14 de diciembre. "Los agentes me interrogaron: querían saber si había visto salir o entrar algún africano a la empresa", según confirma este segundo testigo.

Un cámara del programa Mañaneros 360 de TVE, este miércoles, grabando uno de los pozos ciegos y puntos de alcantarillado de Porkytrans.
"Ahí tienen cámaras frigoríficas para manipular la carne que transportaban: cerdos, conejos...". "Yo creo que los negricos no están ahí, que se los han llevado a algún sitio y les han dado un tiro". "Lo que he escuchado es que les compraron una partida de remolques frigoríficos y les pagaron con dinero falso", según teoriza este segundo testigo del caso que habla con EL ESPAÑOL. "Han detenido a Juan y a su sobrino, Jesús".
Los mencionados arrestos han caído como una bomba en la Comarca del Río Mula de la que son oriundos estos dos empresarios del transporte. "Tienen vínculos con Pliego y Casas Nuevas". Lo mismo ha ocurrido tras trascender que la tercera arrestada es la esposa del empresario Jesús P.M. que ha sido encarcelado: María P. P., de 49 años.
Riesgo de fuga
Este miércoles, la titular del juzgado de Instrucción número 4 de Totana ha enviado a prisión al empresario Juan M. S. (1954) y a su sobrino, Jesús P. M. (1983), como supuestos autores de un doble homicidio y ocultación de cadáver. Por su parte, María P. P. (1976) ha quedado en libertad, con la obligación de comparecer periódicamente en el juzgado y se le ha retirado el pasaporte por riesgo de fuga, debido a que está investigada por un delito de encubrimiento.
La investigación judicial deberá aclarar el motivo por el que parece que han desaparecido de la faz de la tierra los cuerpos de Jean Mirabeau Ngoho y Siaka Coulibaly, tras la reunión que mantuvieron en diciembre en una de las naves de esta empresa de Librilla. El primero vivía en Málaga y el segundo en Orihuela, el motivo del viaje a tierras murcianas era realizar una operación de compra de vehículos de segunda mano para enviarlos a África, pero los pagaron con su vida.