Ana, la mujer apuñalada por su pareja, José Antonio, posando junto a sus dos hijos.

Ana, la mujer apuñalada por su pareja, José Antonio, posando junto a sus dos hijos. Badía

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José era "drogadicto" y en una "riña" familiar, delante de sus hijos, apuñaló a su pareja, Ana, a su padre y mató a su suegra

EL ESPAÑOL confirma que la Guardia Civil investigará el triple apuñalamiento como violencia de género. "Los pobres niños lo han visto todo porque estaban en la casa", subrayan los vecinos de Sangonera la Seca.

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Sangonera la Seca
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Ana denunció hace un par de años la desaparición de su pareja: José Antonio Ruiz Almagro. La Policía Nacional le localizó en Italia, aunque su pretensión era llegar a Abu Dabi. Por desgracia, lo mejor habría sido que hubiese logrado su propósito de instalarse en Emiratos Árabes para así evitar la masacre que José Antonio protagonizó durante la tarde de este miércoles, cuando empuñó un cuchillo para matar a su suegra, Dolores, y dejar en estado grave a su propio padre, José, así como a su mujer, Ana. Todo ello, delante de sus dos hijos: unos niños de 9 y 6 años.

Mi hermana se llamaba Dolores Corbalán Romera: tenía 79 años”, según recordaba María, conteniendo las lágrimas, a la salida del chalé de Sangonera la Seca donde tuvo lugar este triple ataque con arma blanca que se ha saldado con una anciana fallecida y dos heridos graves que ingresaron en el Hospital Virgen de la Arrixaca. “El motivo sí lo sé, pero no se lo voy a decir”, tal y como advertía María al periodista de EL ESPAÑOL.

"Ana aguantaba a José. ¡Ha sido una 'tontaja'!”, clamaba con insistencia su tía, María, sin sentir realmente lo que decía porque por su boca solo hablaban la impotencia y la rabia propias de saber que el marido de su sobrina acababa de matar a puñaladas a su querida hermana: Dolores. "Ana le aguantaba porque él decía que estaba malo. ¡Menuda enfermedad que tenía!” "¡Míralo, decía que estaba malo!"

De momento, la Guardia Civil tiene claro que "una riña familiar" ha sido el desencadenante de este baño de sangre ocurrido dentro de un lujoso chalé que cuenta con un patio amplio, zona de aparcamiento y piscina, en el Camino de los Riscos de la pedanía murciana de Sangonera la Seca. No había denuncias previas por malos tratos de Ana sobre José, pero al haber sido atacada con un arma blanca por su pareja y haber fallecido su madre, Dolores, "el caso se investigará como violencia de género".

Ana tenía una empresa de venta online de productos informáticos. “Ella era la que lo mantenía porque José era un gandulón que no había trabajado en todo el tiempo que ha estado en la casa con ellas”. De hecho, el chalé donde convivía la pareja con sus dos hijos era propiedad de la fallecida, Dolores, y de su difunto esposo, Agustín: un matrimonio procedente de Lorca.

Unos agentes de la Guardia Civil, este miércoles, precintando el chalé de Sangonera la Seca donde se produjo el ataque.

Una fuente de la investigación confirma a EL ESPAÑOL que a José Antonio, de 44 años, le constan "varias denuncias por consumo de drogas" y "figura como drogodependiente". Tal historial se tendrá en cuenta para buscar una explicación a la atrocidad injustificable que tuvo lugar sobre las ocho de la tarde de este miércoles, en una zona de campo tranquila, salpicada de casitas y los típicos bancales de la huerta murciana.

"Hemos salido a la calle al escuchar unos gritos que no eran normales". "La Policía Local ha venido corriendo y ha tenido que hacer un disparo disuasorio para reducir a José Antonio", según relatan dos vecinos que presenciaron lo sucedido en el Camino de los Riscos y que atienden a este diario junto al precinto de la Guardia Civil. "Ha llegado una patrulla, uno de los agentes ha entrado al chalé saltándose la valla mientras que su compañero ha gritado: '¡Tira el arma!' Después ha sacado su pistola y ha disparado al aire". "La verdad es que nos hemos asustado bastante".

La contundencia de la intervención policial se ha debido a que Ana ha llamado para pedir auxilio al 112, informando de que había heridos por arma blanca, incluida ella misma que se había tenido que atrincherar en una de las estancias del chalé, junto a sus hijos, de 9 años y 6 añitos, para protegerlos de su pareja. "Los pobres niños lo han visto todo porque estaban en la casa". De modo que los dos agentes de la Policía Local de Murcia han llegado siendo conscientes de que se enfrentaban a una situación de riesgo vital. "Todo ha ocurrido muy rápido".

De inmediato, la primera patrulla ha recibido el apoyo de "otros doce coches" de la Policía Local y de la Guardia Civil, así como "cuatro ambulancias", para atender a los heridos de este triple apuñalamiento. Por desgracia, los sanitarios no han podido salvar a la pobre Dolores.

"Esta pareja llevaba unos quince años viviendo en la casa de los padres de ella: una de las más grandes del Camino de los Riscos porque ocupa una parcela de unos 4.000 metros cuadrados", tal y como detallaban estos dos vecinos que conocen a José Antonio y a Ana. "No se escuchaban discusiones en el chalé porque es como un búnker". Lo único que se oía era el trasiego de las furgonetas de reparto: "Tenían una empresa de venta online de productos de tecnología, ordenadores, electrodomésticos...".

Un grupo de vecinos, este miércoles, observando el movimiento de Guardia Civil en el chalé donde se produjo el triple apuñalamiento.

Un grupo de vecinos, este miércoles, observando el movimiento de Guardia Civil en el chalé donde se produjo el triple apuñalamiento. Badía

Los vecinos cuentan que en la casa convivían Ana y José, con sus dos hijos, y su suegra, la septuagenaria Dolores. Cada mañana, solían ver a Ana, de 44 años, al volante de su coche para llevar a sus chiquillos al Colegio Monteagudo, y por las tardes, era habitual ver "felices" a los críos, correteando por el patio, paseando con la bicicleta o jugando con su madre. A la anciana siempre la veían junto a su hija. Nada que ver con el cabeza de familia al que la mayoría coincide en definir como más huraño.

"Ana se relacionaba más con los vecinos, siempre saludaba y era una excelente persona". Pero a José "apenas" le veían y en el vecindario dibujan un perfil de hombre "poco sociable", "raro" e "incoherente hablando", al que "su padre solía venir a visitarlo para ver cómo estaba". Prueba de ello es que José, a sus 65 años, solía llevar a pasear a su hijo, José Antonio, con 44 años, "porque parece que no estaba muy bien" a causa de la marihuana.

La investigación abierta por la Guardia Civil que tiene en la diana a José Antonio Ruiz Almagro, vecino de Alcantarilla, con un trastorno cognitivo permanente, deberá aclarar qué le empujó a saldar una riña verbal con el triple apuñalamiento de su suegra, su pareja y su propio padre. Todas las hipótesis están abiertas: violencia de género, consumo de drogas, problemas mentales o disputas familiares. Al cierre de esta edición tanto Ana como su suegro, José, seguían "en estado grave" y hospitalizados "por heridas de arma blanca", según fuentes de la investigación.

"A José lo han tenido que reducir y les ha costado trabajo meterlo dentro del coche". "Luego han llegado unas agentes de la Guardia Civil que se han ocupado de calmar a los críos", tal y como relatan dos testigos, sin dar crédito a la muerte de la pobre ancianita. "Esto no ha acabado bien".