
El hijo de María del Mar fue robado en 1981, cuando ella tenía 17 años.
A María del Mar le robaron a su bebé hace 43 años en Irún y ahora lo ha encontrado en Oviedo: "No quiere saber de mí"
María del Mar sospecha que su propia madre junto a los médicos del hospital donde parió fueron quienes le robaron al bebé hace 43 años.
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A sus 61 años, la vida de María del Mar Cano Mazuelas es un vaivén de emociones. Hace 3 años se dio cuenta de que el bebé que le robaron en el hospital de Irún, en Guipúzcoa, País Vasco, estaba con vida. Sintió una felicidad inmensa, aunque pronto se convirtió en tristeza porque ese hijo que hoy tiene 43 años, no muestra ningún interés en conocerla a ella, su madre biológica.
"No quiere saber nada de mí. Me ha destrozado la vida" por segunda vez, dice María del Mar, porque la primera vez que se le destrozó la vida fue el día que le robaron a su hijo. Ella tenía 17 años entonces y desde el primer momento sospechó que ni los médicos ni su propia madre le decían la verdad sobre ese bebé que parió.
"Sospecho de mi madre", indica María del Mar porque fue ella quien le informó que su hijo había nacido con deformaciones y muerto. "Mi madre me dijo que no era conveniente verlo porque venía deformado, que era desagradable de verlo y que para que no me quede con mala imagen, que mejor no lo vea", recuerda.

María del Mar Cano tiene 61 años y vive en Granada
Ella jamás le creyó. "Lo que pasa es que era su palabra contra la mía y contra la de los médicos. El médico que me atendió también estaba compinchado", detalla. Sin embargo, fue una enfermera quien le comentó que su hijo había nacido sano. María del Mar se aferró a las palabras de esa mujer durante toda su vida y hace 3 años, gracias a las investigaciones ordenadas por una jueza, supo que su vástago nunca nació muerto como le había dicho su madre.
"Mi hijo vive en Oviedo", señala esta mujer, y aunque sabe el nombre de él, prefiere no decirlo por asuntos legales y "para no perjudicarlo". María del Mar no puede comunicarse con el que viene a ser su primogénito. Tampoco visitarle o llamarle por teléfono.
"El juzgado le invitó a personarse al hijo, pero renunció a ello. No ha querido personarse ni formar parte. Con eso pareciera que no quisiera conocer a la madre ni tener contacto con la madre", explica el abogado Juan de Dios Ramírez, quien ha acompañado a esta mujer durante más de 11 años desde que se abrió el caso para encontrar a ese bebé robado en 1981.
Todavía no saben cuál es la razón por la que el hijo de María del Mar no quiere verla, pero sí están seguros de que se trata de él porque "así lo ha concluido la policía autonómica vasca, por las investigaciones que se han realizado. Sabemos la identidad y que se le ha invitado a entrar en el procedimiento. El juzgado sabe el domicilio, nombre, apellidos, DNI", detalla el abogado.
Tanto María del Mar como su letrado coinciden en que continuarán haciendo lo posible para que madre e hijo puedan reencontrarse. "No voy a parar de luchar hasta que mi hijo quiera saber de mí", insiste.
Un "infierno"
Aquel 28 de octubre de 1981, María del Mar era una jovencita embarazada que estaba a punto de parir en el hospital de Irún, donde vivía con su familia. El padre de ese bebé ya no era parte de la vida de esta mujer. "Yo decidí tener a mi hijo sola", cuenta.
Una vez que nació el bebé, ella recuerda que no le dejaron tenerlo en sus brazos y luego llegó su madre a decirle que su hijo estaba muerto, que era mejor que no lo viera porque podía ser traumático para ella observar su cadáver porque, además, estaba deformado.
Como tenía 17 años y estaba muy agobiada por la situación, no pidió el cadáver, sin embargo, María del Mar asegura que nunca creyó lo que decía su madre y siempre trató de averiguar qué había pasado con ese bebé que cargó por 9 meses. "Eso fue un infierno. Cada vez que sacaba la conversación con mi madre, me la callaba. Ella nunca me lo ha aceptado. Se lo va a llevar al otro mundo y va a seguir negando que mi hijo está vivo", relata.
A los 20 años, María del Mar se casó con otra pareja que conoció y se fue a vivir con su esposo a Granada. Ahí formó una familia y tuvo dos hijos más, mientras que la relación con su madre solo se fue deteriorando hasta que se dejaron de hablar. Ella tampoco tiene interés en comunicarse con su madre. "Habrá gente que diga 'uy que duro', pero es que no me importa. Es que me ha destrozado mi vida".
Fue en 2011 que María del Mar comenzó a denunciar el robo de su bebé ante la policía, pero lo hacía ella sola y sin conocer bien el procedimiento. "Luchando yo sola me cerraban los casos por todas partes hasta que conocí a Carmen Lorente en 2013 y con ella comencé esta nueva lucha".

Los últimos 43 años de su vida, María del Mar ha esperado el día en que pueda reencontrarse con su hijo.
Lorente es de la asociación Sevilla Bebés Robados, que se encarga de acompañar a mujeres como María del Mar en sus denuncias. "Ella venía rota, destrozada. No sabía cómo encontrar a su hijo", recuerda Lorente, quien le ayudó a preparar una nueva denuncia junto al abogado Juan de Dios Ramírez, y así consiguieron que una jueza ordenara una investigación a la policía autonómica vasca, la Ertzaintza.
Además, la jueza citó a declarar a la madre y a la hermana mayor de María del Mar. "Gracias a la declaración que hizo mi hermana y a mi madre que la pillaron en varios fallos, pues me abrieron el caso, y en poco tiempo encontré a mi hijo", cuenta María del Mar. En sus investigaciones, la Policía se dio cuenta de que no había documentación de algún cementerio en el que haya entrado un bebé el día en que María del Mar parió y su nombre tampoco estaba en el libro de mujeres que entraron a parir ese día en el hospital de Irún.
El dolor más grande
Fue hace tres años que la Policía encontró al hijo de María del Mar en Oviedo. Ese día, "me puse a dar chillidos de alegría, que no me lo creía. Yo decía 'ya lo han encontrado, pues mañana voy a verlo'. Pero el abogado me dijo que no, que para eso tenía que haber un proceso".
A pesar de que le encontraron, el hijo de María del Mar no ha querido conocerla ni hablar con ella y la mujer ha pasado los últimos 3 años esperando que su hijo, al menos, le deje conocer su rostro. "Ni le tengo cara ni nada", dice y cuenta que hace 2 navidades le envió una carta a través del juzgado. "Le llegó, pero no tuvimos noticias. No se quiso poner en contacto con nosotros. La jueza le mandó un escrito para que fuera a recoger la documentación, que ahí estaba todo, y él se negó", relata la mujer.
María del Mar tiene otros dos hijos, quienes también quieren conocer a su hermano mayor. Ella cree que las personas que lo adoptaron le han contado una versión diferente de lo que ha sucedido, y por eso es que su hijo no quiere verle.
"Él solo conoce una versión, no conoce la mía. Lo que esa mujer le haya querido contar. Para mí, un papel puede decir que ella es su madre, pero su madre soy yo y siempre seré yo, y yo no le he abandonado como le han hecho creer a él. Saber que tu hijo está vivo y no quiere saber nada de ti es el dolor más grande del mundo", lamenta.