Un agente de la Guardia Civil cachea a un joven en un control para prevenir la violencia entre bandas juveniles, en la estación de metro de Arganda del Rey, a 11 de febrero de 2022.

Un agente de la Guardia Civil cachea a un joven en un control para prevenir la violencia entre bandas juveniles, en la estación de metro de Arganda del Rey, a 11 de febrero de 2022. Alejandro Martínez Vélez Europa Press

Reportajes

'Reyes', 'Gretty' y 'Pijito', jerarcas de los Trinitarios, se enfrentan a 180 años de prisión por amputar una mano por error

El 'coro' de Arganzuela provocó una parálisis facial y una mano semiamputada a dos jóvenes en un parque. Las víctimas no tenían vínculación con bandas.

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Embozados en sudaderas con capucha y mascarillas para dificultar así su identificación, un grupo de siete jóvenes armados se dirigió hacia el parque de la Cuña Verde del Ferrocarril, ubicado en el distrito madrileño de Arganzuela, pero muy próximo a Usera. Sobre las 22:50 horas del pasado 14 de enero de 2023, este coro de los Trinitarios, como se conoce en el argot policial a las facciones que se reparten el pastel delictivo en la capital, caminaba hacia el espacio verde con un objetivo: realizar una caída.

El lugar, frecuentado por los archienemigos de los Trinitarios, los Domincan Don’t Play (DDP) fue el testigo mudo de la brutal agresión a tres jóvenes, quienes no guardaban relación alguna con bandas juveniles. Los siete trinitarios, cargados de piedras y machetes y "con la clara intención de acabar con sus vidas o al menos aceptando la alta probabilidad de que ello ocurriera", asestaron varias puñaladas y golpes a los tres chicos. Todo ello a la voz de "patria", el grito de guerra de los Trinitarios antes de completar una caída. 

B., A., y C., las víctimas, trataron de huir a la carrera pero sufrieron terribles lesiones. Uno de ellos recibió dos machetazos en la cara, lo que le supuso la paralización incompleta del rostro, junto con un penetrante sangrado y una herida de 16 centímetros de longitud. Tal fue la magnitud del ataque perpetrado que se podía ver la cavidad bucal. Otro de ellos se saldó con su mano semiamputada y varios corte en el trapecio y parte de la espalda. Al ver que el machete iba impactar en su cabeza, A. levantó el brazo para protegerse y perdió la movilidad en los dedos.

Por los hechos anteriormente descritos, la Audiencia Provincial de Madrid sienta hoy en el banquillo de los acusados al coro de Legazpi. Los protagonistas de este suceso son siete jóvenes, con edades comprendidas entre los 19 y los 21 años en el momento de los hechos. Reyes, Gretty o Petete son algunos de los motes interpuestos a este ala de los Trinitarios de Arganzuela. Retro o Mono y Pijito completan estos alias. Sin embargo, hay uno de ellos para el que no se ha determinado un apodo y además se encontraba en situación irregular en España.

Según recoge el escrito de la Físcalía madrileña, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el cómputo global de penas de todos los imputados asciende a 178 años de prisión. Para todo el coro, el Ministerio Público solicitan distintas penas por el delito de asesinato en grado de tentativa. La cuantía varía en función de la implicación en las agresiones del parque de Arganzuela.

En concepto de responsabilidad civil, las cantidades son variopintas con respecto a las rendiciones penales. Para el joven que sufrió la parálisis facil a causa de los machetazos, el fiscal pide 23.000 euros de indemnización. Por su parte, para el que recibió las agrsiones en manos y brazos, la cantidad apenas supera los 7.000 euros.

Múltiples detenciones

El análisis del Ministerio Fiscal desboza la estructura de los jerarcas de Arganzuela. El documento muestra jurisprudencia creada a raíz de las reyertas del grupo: "La banda juvenil y violenta Trinitarios ha sido considerada organización criminal y sus miembros condenados por su pertenencia a la misma (bien como dirigentes bien como
miembros activos) por la comisión de diferentes delitos graves contra la vida e integridad física". Y no sólo en Madrid, dado que se aportan sentencias de la Audiencia de Barcelona y del Tribunal Supremo.

La resolución de imputaciones es clara. Todos los fallos encierran los mismos delitos: organización criminal, tenencia ilícita de armas, riña tumultuaria, lesiones y homicidio y asesinato en grado de tentativa, siempre y cuando estos dos últimos no se consumen, como en ocasiones sucede.

El perfil de los acusados es muy similar, con edades parecidas y con delitos muy parejos. Reyes se sitúa en la cúpula de los Trinitarios. Ocupa el cargo de "tesorero", aquel que lleva las cuentas de la organización y controla la financiación del mismo. Este joven, nacido en el 2001 bajo las siglas de D. S. E. R., ha sido identificado hasta en 51 ocasiones en apenas tres años y detenido seis veces, por asuntos relacionados con drogas, robos o tenencia ilícita de armas, entre otros.

Por su parte, Gretty (M. DE J. R.) es una de las cabezas del grupo criminal madrileño donde, tal y como recoge el escrito de acusación, su posición "le permite dar órdenes, que son de obligado cumplimiento para los que se encuentran por debajo de él en dicha estructura". Actualmente, tiene 24 años y también lleva a sus espaldas un marcado historial delictivo, con 24 identificaciones y siete detenciones.

Petete, sin embargo, es un mero eslabón de los Trinitarios. A. B. N. Ocupa el cargo de "soldado" a sus 21 años. Los agentes de la Policía Nacional le han identificado 18 veces y cuatro detenciones, por robos en establecimientos, amenazas graves o peleas. El resto de integrantes de la banda manejan estadísticas delictivas similares, pero aquel que se encontraba en situación irregular, W. P. B, de 21 años no ha quedado acreditado su pertenencia a los Trinitarios, pero también registra alguna vinculación con los mismos.

Los uniformados del Cuerpo pertenecientes a la Brigada Provincial de Información son los encargados de peinar la capital en busca de estos jóvenes criminales y darles caza. La unidad de élite policial, que además se encarga de delitos relacionados con el terrorismo, las sectas o la violencia en el deporte, incautaron más de un centenar de armas de fuego y blancas sólamente entre agosto y octubre del año pasado.