Imagen del una parte del alcornocal afectado, en color oscuro.

Imagen del una parte del alcornocal afectado, en color oscuro. E.E.

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"Lo del Gobierno con Doñana es humo: en Los Alcornocales sí hay daños y mira para otro lado"

La plaga de Lymantria lleva afectadas 45.000 de las 170.000 hectáreas de un Parque Natural en Cádiz, y el único tratamiento que permite el Ministerio no funciona.

17 abril, 2023 02:15

En la semana más dura, políticamente hablando, en la disputa que mantienen la Junta de Andalucía y el Gobierno Central con motivo de la ampliación de terrenos de regadíos en la Corona Norte de Doñana, en el Parque Natural de Los Alcornocales asociaciones agroganaderas como ASAJA y el sector corchero se han plantado ya y han anunciado movilizaciones contra el Ministerio de Agricultura.

La controvertida ley andaluza vuelve a calificar como terrenos de regadío con agua superficial tierras a 30 kilómetros del Parque, y que sólo sería posible gracias a varias obras hidrológicas competencia del Gobierno. Pero el Parque Natural de Los Alcornocales, en Cádiz, "se muere ya", subrayan a este periódico desde ASAJA-Cádiz.

En cuatro años, la lymantria dispar, un tipo de oruga, ha afectado ya al 27% del parque, constituido por miles de ejemplares de alcornoques. Son 45.000 hectáreas de las 170.000 que componen el pulmón verde más al sur de Europa.

El problema es medioambiental, pero también económico. El descorche de un ejemplar se hace cada 8 años, y si está afectado por la plaga no se puede realizar. España, con 506.000 hectáreas de alcornocales, posee el 25% del total mundial y es el segundo productor del mundo de corcho, solo por detrás de Portugal. Más de la mitad de la producción de corcho español proviene de Andalucía, siendo las provincias de Huelva, Cádiz y Málaga donde se produce. 

En Los Alcornocales, los titulares de los montes son tanto públicos como privados. Ayuntamientos como el de Tarifa, Jimena, Castellar, Los Barrios o Alcalá de los Gazules poseen hectáreas de alcornoques en este Parque Natural. "Ya en 2021 y 2022 en muchas fincas no se pudo llevar a cabo el descorche debido a esta plaga, que es el sustento económico de un enorme número de personas, y genera muchos puestos de trabajo, además de una inyección económica para los ayuntamientos que poseen montes públicos", indican desde ASAJA.

La Lymantria Dispar, en un ejemplar de alcornoque en el Parque Natural, en 2022.

Hasta hace unos años contra la lymantria se utilizaba "un biocida que se llamaba dimilín que era altamente eficaz" y cuyo uso se suprimió "según el Ministerio, siguiendo directrices de la UE", pero que es posible aplicar "si la lucha contra la plaga es catalogada como urgente". Y eso, precisamente, es lo que viene demandando el sector y la asociación agroganadera: que se declare la urgencia y que el Gobierno permita que se usen otros tratamientos que sí funcionan.

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En 2021 y 2022 se realizaron fumigaciones aéreas, "con hincapié en 2022, pues la Junta de Andalucía, que saca a licitación los trabajos, realizó hasta dos pases, aumentando el número de hectáreas tratadas". Sin embargo, tras cuatro años de una plaga que va a más, la ineficacia del tratamiento permitido, el bacillus thuringiensis "hace necesario que el Ministerio autorice uno nuevo, porque el vigente no hace absolutamente nada".

El momento exacto de la fumigación es igualmente relevante: debe hacerse en apenas dos o tres semanas, entre los meses de abril y mayo, antes de que eclosionen los cientos de miles de huevos de la lymantria, que, en forma de oruga, defolia sin descanso los alcornoques hasta que mueren. Una vez que el árbol está afectado, no se puede descorchar porque el árbol no lo resistiría. 

Ejemplares de alcornoques afectados por la plaga.

Ejemplares de alcornoques afectados por la plaga. E.E.

Mientras que el sector corchero ha pedido que se les permita adelantar el descorche un mes antes de que eclosione la plaga, desde la Junta de Andalucía indican a EL ESPAÑOL que el pasado 8 de marzo tramitó la petición, por carta, al Ministerio de Agricultura para que diera el permiso para utilizar un tratamiento eficaz.

La respuesta "ha sido negativa", cuenta el delegado territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Óscar Curtido. "Solicitamos lo que pedían tanto el sector como ASAJA", incide. "No se trata de un producto nuevo y se ha usado anteriormente. Nunca los informes han sido negativos: ni afecta a la salud ni afecta al medioambiente", explica. Este año, por tanto, y ante la negativa del Ministerio a decretar la urgencia contra la plaga, se volverá a fumigar con el bacillus thuringiensis.

"Lo del Gobierno con Doñana son humo y bulos: en el Parque Natural de Los Alcornocales sí hay daños medioambientales y se mira para otro lado", subraya Curtido. "Esto está pasando, sí está ocurriendo. Y es un problema medioambiental y socioeconómico. Porque si un monte de alcornoque produce, los titulares lo mantienen. El propio descorche, además, lo conserva. Hace más de 10 años que no hay un incendio en Los Alcornocales porque está limpio y mantenido". 

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ASAJA-Cádiz ha criticado duramente al Gobierno Central y al Ministerio de Agricultura, al denunciar su "inacción" ante la plaga. Por ello, la entidad ha anunciado que emprenderá movilizaciones en los próximos días "para ver si dejan de hacer oídos sordos y autorizan las materias activas necesarias. La ruina que nos sobreviene (medioambiental, social y económica) es enorme. La conocen y ya llevan tiempo advertidos de este problema".

El Parque Natural Los Alcornocales "se muere, y es sobre todo un problema medioambiental, además de económico y social". La labor de descorche da empleo a muchísimas personas que tienen en este medio "casi su único sustento de vida: corcheros y arrieros, entre otros, de los municipios integrados en el Parque". Se trata "de la pérdida añadida de empleos tradicionales y de arraigo histórico al territorio", apuntan desde ASAJA.

Parte de la masa forestal afectada por la plaga, en color oscuro.

Parte de la masa forestal afectada por la plaga, en color oscuro. E.E.

"Teniendo en cuenta que el descorche se realiza cada ocho años, hay una enorme masa forestal, de titularidad pública y privada, que no se puede tocar mientras es arrasada por la plaga", indican desde ASAJA-Cádiz. Las pérdidas, por tanto, son dobles. En primer lugar, la medioambiental, y en segundo, la económica, para un sector que esta temporada ve como el precio del quintal de corcho se ha disparado hasta los 140-150 euros cuando lo habitual es que se paguen a 80 o 90 euros.

Por otro lado, desde la asociación agroganadera se indica "la pérdida económica en los titulares públicos, como, por ejemplo, los ayuntamientos de Jimena, Los Barrios, Alcalá de los Gazules, etc., y los privados: ninguno va a poder descorchar este año, debido a la plaga". Este problema "lo lleva denunciando ASAJA-Cádiz todas las campañas, desde hace más de cuatro años, y la situación en este momento es insostenible".