Visi, afectada por la pobreza farmacéutica.

Visi, afectada por la pobreza farmacéutica. Cedida

Reportajes

Visi, con 300 € de pensión y 80 de gasto en pastillas, no tiene para medicamentos como 1,5 M de españoles

Según datos del Banco Farmacéutico, se calcula que alrededor del 3,3% de la población española tiene problemas para poder pagar sus medicamentos.

20 octubre, 2022 03:00

La mañana no ha sido nada fácil para Visi. Hace un hueco en su ajetreada agenda de trámites y burocracia para atender a EL ESPAÑOL y contar su historia. “Perdona, es que me cortaban la luz y llevo una hora colgada al teléfono porque el sistema daba fallos”, explica mientras asegura que se encuentra muy cansada. Hoy, después de mucho tiempo, por fin ha recibido una buena noticia. Tras semanas de lucha e insistencia, esta mujer de 57 años ha logrado que no corten el suministro eléctrico de su domicilio, donde reside con su madre que padece alzheimer.

Visi es una de las personas que forma parte del 3,3% de la población que tiene problemas para pagar sus medicamentos, según los datos facilitados por el Banco Farmacéutico. Tal y como explica en conversación con este medio, nunca se había visto en esa situación. “Lo he pasado mal en la otra crisis, pero siempre lo suplía buscando otro trabajo. Ahora por salud no puedo”, añade. 

Su caso, asegura, podría ser el de cualquiera. Nunca se ha considerado una persona dada a pedir dinero, salvo cuando lo ha necesitado por urgencia. Tal y como cuenta, ha estudiado dos carreras universitarias, cuenta con 42 años cotizados y “ha trabajado como una burra”. “He pagado y soy defensora de pagar impuestos por todo lo que gano y me he visto en situaciones muy desesperadas, pero con la salud es muy complicado. En la actualidad, cobra una pensión de 300 euros y se gasta mensualmente cerca de 70 euros en fármacos. 

Fotografía de Visi, mujer afectada por la pobreza farmacéutica.

Fotografía de Visi, mujer afectada por la pobreza farmacéutica. Cedida

Hasta hace pocos meses trabajaba en un ayuntamiento, pero en noviembre se dio de baja tras sufrir un ictus y sus ingresos se redujeron ⅔ partes. “Intenté adaptarme, pero no hubo manera. Con el ictus que me dio, me pagué la rehabilitación, que era cara, porque es un profesional y hay que pagarlo. Pero llegó un momento que no podía pagarlo. Empecé a no poder pagar el gas, la luz, etc”, cuenta.

Cuando en febrero sus ingresos se vieron reducidos, empezó a descartar la idea de comprar un elemento básico para su día a día: los medicamentos. “Pensaba que me iba a dar algo”, confiesa a la vez que asegura que afrontó la situación con miedo. Y es que, aunque ya había solicitado una ayuda en la Seguridad Social anteriormente, tan solo le fue concedida una pensión de un importe de 325 euros, ya que únicamente se fijaban en su renta del año anterior. 

[Tensión en una comunidad de vecinos que no encenderá la calefacción este año: “Ojala te mueras”]

Por ello, se vio obligada a apretarse el cinturón con las medicinas y llegar incluso a racionar sus pastillas. “He tenido que hacer muchas cábalas en la lista de la compra y con la medicación me ha pasado. Me quedaban 7 días para cobrar, me quedaban tres pastillas y tenía que racionarlas. Incluso acabar con 20 céntimos en el monedero”, comenta. 

Hasta el momento, siempre había podido echar la mano al bolsillo, coger un billete y pagarlas. Sin embargo, ahora la situación ha cambiado. “Cuando he tenido dinero no he tenido que pedirlo a nadie, pero cuando no lo tengo no lo tengo. Yo no soy hipocondriaca, pero venimos de una temporada muy oscura de pandemia. Parece mentira que vuelva a una situación parecida porque el sector público no lo cubre, no lo contempla o no cambia los criterios”, añade. 

— ¿Cuánto dinero puede gastar en medicina al mes?

— ¿En medicinas? Dependiendo de lo que tenga que utilizar, pero unos 70 euros. Ya solo la del colesterol es bastante cara. Si me tengo que salir de la receta porque necesito un Almax para la acidez o por los medicamentos – a pesar de que tomo protector de estómago – eso va fuera de receta y es más caro. A lo mejor son 12 euros. 

Ayuda vecinal 

A pesar de la situación que atravesaba, Visi logró recibir una ayuda inmediata gracias al proyecto ‘Incofarmacia’, puesto en marcha por la Asociación Vecinal “La Incolora”, del barrio de Villaverde. “En las colas del hambre detectamos que hay personas que, no solo están teniendo difícil acceso a la comida, sino que tienen otros problemas como el pago del alquiler, el agua o la luz. Nos llamó mucho también el tema de la farmacia”, explica Javier, el presidente de la asociación. 

Donativos de la Asociación Vecinal La Incolora, del barrio de Villaverde.

Donativos de la Asociación Vecinal "La Incolora", del barrio de Villaverde. Cedida

Poco a poco comenzaron a salir a la luz casos de gente que no podía afrontar el pago de sus medicamentos. Algunos de ellos, incluso, padecían enfermedades crónicas. “Conocimos a una mujer, que ha fallecido por cáncer, que tuvo que regresar a su país para morir”, cuenta Javier. En su caso, le habían recetado un tratamiento para los efectos derivados de la quimioterapia. Como no tenía dinero para comprar la medicación, ella misma era la encargada de regularla. “Si tenía que tomarse una pastilla al día, ella se tomaba una un día sí y otro no, o cada dos días. Claro, no hacía ningún efecto. Cuando te prescriben una medicación hay que seguirla al pie de la letra. Si es una pastilla al día es una pastilla al día”, explica Javier. 

Ante esta situación, la asociación decidió crear una hucha dedicada exclusivamente a donaciones para productos de farmacia. Su ‘modus operandi’ es sencillo. Debido a la prohibición de facilitar medicamentos sin receta, los miembros de la asociación no pueden almacenar fármacos. Por ello, aquellas personas que necesitan ayuda con sus medicamentos acuden a las farmacias que participan en el proyecto, presentan sus recetas o tarjetas electrónicas y se les ofrecen los fármacos sin pagar nada por ello. 

Para Visi, la ayuda de la asociación fue todo un alivio. Se trataba de una respuesta inmediata, no como la de los organismo públicos. Ahora, gracias a los ingresos que comenzará a recibir a partir del próximo mes, no será necesario que acuda a la asociación a por medicamentos. “Yo el mes que viene no voy a necesitar ir a la asociación, pero este mes sí. Yo no he encontrado ayuda en la administración pública, pero aún así yo no hubiera podido esperar tres meses a que me contestaran, porque yo me tengo que tomar la medicación ya”, cuenta.

Un problema desconocido 

Las personas en la misma situación que Visi llegan a la asociación a través de su trabajadora social. Hasta la fecha, ‘La Incolora’ ha tenido entre 12 y 14 actuaciones mensuales con personas en una situación de vulnerabilidad con necesidad de recibir medicamentos. Sin embargo, tal y como cuenta Javier, se está percibiendo un aumento en el número de casos en los últimos meses. “Hemos visto que hay un repunte de casos porque la crisis se agrava. Ahora mucha más gente entra en vulnerabilidad por falta de empleo y ayudas. Hemos aumentado el número de personas a las que estamos ayudando”, explica. 

Algunos miembros de la Asociación Vecinal La Incolora

Algunos miembros de la Asociación Vecinal "La Incolora" Cedida

El perfil de los beneficiarios de estas ayudas es muy variado en cuanto a procedencia y edad: migrantes, españoles, niños y personas mayores. “Estamos pagando vacunas a niños, asique desde infancia hasta personas mayores que tienen una pensión de viudedad mínima que no les llega para todo”. 

A pesar del incremento del número de personas que solicita este tipo de ayudas, desde la asociación vecinal consideran que se trata de un problema aún por descubrir. Sin embargo, tambien confiesan que cada vez son más las personas interesadas en participar ofreciendo donativos, incluso fuera de Madrid. “Igual que la gente nos llama para pedir ayuda, la gente nos llama para ofrecerla. Hemos tenido transferencias que nos han hecho desde Valencia”. 

Si todo sale como está previsto, Visi dejará de ser una de estas beneficiarias, pero como ella llegarán muchos más. Por ello, considera vital dar a conocer la labor que realizan este tipo de asociaciones. “Sería buenísimo que fuera visible, que tuvieran más recursos y que se pudiera ayudar a más gente. En el momento que tienes un mínimo ingreso la ley no está hecha para que te ayuden. Estamos hablando de la perdida del poder adquisitivo y la inflación, pero le estás diciendo a una persona que con 800 euros y una hipoteca puede vivir”, asevera. 

Ante esta situación y de cara a casos como el suyo, Visi reclama un mayor estudio de las condiciones para prestar este tipo de ayudas. Los fondos de ‘La Incolora’ no son infinitos. El dinero destinado a las ayudas deriva únicamente de los donativos, que en algunas ocasiones han llegado incluso a quedarse a cero. “Hace unos meses se habían quedado sin fondos. Eso no debería suceder. Y si sucediera, que hubiera una coordinación entre la administración y sectores privados que puedan contribuir para que eso recursos estén siempre cubiertos, porque es importantísimo”, sentencia Visi.