En la parte superior, tres productos de supermercado y, en la inferior, sus homólogos con extra de proteínas.

En la parte superior, tres productos de supermercado y, en la inferior, sus homólogos con extra de proteínas.

Reportajes

Desmontamos el negocio de los productos con extra de proteínas: más caros y "no recomendados"

EL ESPAÑOL comprueba que los productos de supermercados enriquecidos con proteínas pueden costar hasta cuatro veces más que los clásicos.

26 septiembre, 2022 02:50

De un tiempo a esta parte, existe un boom en el que los supermercados de España han aumentado su oferta de productos con extra de proteínas. Las cadenas ahora comercian yogures, leches, natillas, galletas a los que se les añade este macronutriente con el fin de presentarlos como más saludables. Sin embargo, para la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) “lo único demostrable es que son más caros que sus versiones clásicas” e incluso, en opinión de otros expertos, “son productos que pueden facilitar la expresión de enfermedades a largo plazo si se consumen diariamente, incluso en población sana”.

Así lo ha afirmado a EL ESPAÑOL Elena Toledano (Madrid, 1995), una nutricionista del Instituto Centta con seis años de experiencia. La experta, en este sentido, considera que “nos han hecho creer que la proteína que consumimos a través de las carnes, pescados, legumbres, huevos o lácteos no es suficiente y ‘debemos complementar’ con productos que sigan sumando”, pero lo que no nos cuentan es la cara B del asunto, es decir, que “un consumo alto y desmedido de proteína no está recomendado, y menos si proviene de productos y no alimentos como tal”.

La OCU, de hecho, va un paso más allá, pues defiende que esta amplia oferta la industria alimentaria y de la distribución puede llevar a la “falsa creencia” de que incorporando estos productos a la dieta se pierde peso. Para Consumo, este reclamo persigue “persuadir al consumidor de la necesidad de estos productos dentro de una dieta sana o como parte de dietas de adelgazamiento”. Y para más inri, como ellos mismos defienden, adquirir este tipo de alimentos en los supermercados puede encarecer la cesta de la compra.

Un yogur de fresa con 0% grasas de Mercadona y su homólogo con extra de proteínas.

Un yogur de fresa con 0% grasas de Mercadona y su homólogo con extra de proteínas.

Por ejemplo, en Mercadona, el kilo de yogur líquido de fresa con 0% de grasas cuesta 1,20 euros, mientras que su versión con extra de proteínas asciende hasta 3,57 euros el kilo. Es decir, más del doble. Pero no sólo ocurre en la cadena valenciana. Carrefour vende el kilo de natillas de chocolate de marca a 3,43 euros, mientras que el kilo de natillas de chocolate con extra de proteínas –también de marca– cuesta 7,33 euros. Nuevamente, el producto le cuesta al consumidor más del doble que el clásico.

Alcampo, por ejemplo, vende el tradicional paquete de Chips Ahoy! a 2,94 euros. El kilo, en este sentido, tiene un precio de 9,80 euros. Sin embargo, si nos fijamos en la versión con extra de proteínas de este tipo de galleta, llamada Yippie!, el paquete costaría 1,89 euros, pero el kilo se va hasta los 37,80 euros. ¡Casi se cuadriplica el precio!

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“Bajo mi punto de vista, el consumo de estos productos no está justificado sólo por un mayor aporte de proteína. No podemos convertir unas galletas en un alimento proteico porque no lo son. Es simplemente una estrategia de venta no basada en recomendaciones de salud”, esgrime, en este sentido, Elena Toledano. Por todo ello, la OCU no duda en calificar a estos productos enriquecidos en proteínas como “una moda de la industria alimentaria”.

¿Tienen algún beneficio?

Aunque los productos con extra de proteínas estén protagonizando un boom en los supermercados como el que ocurrió hace unos años con la proliferación de alimentos light, es cierto que previamente ya existían en tiendas especializadas de dietética o nutrición. Así lo afirma la OCU añadiendo que estos productos estaban destinados a “atletas y usuarios de gimnasios que buscan más musculación”.

Unas galletas frente a su versión con extra de proteínas, ambas vendidas en Alcampo.

Unas galletas frente a su versión con extra de proteínas, ambas vendidas en Alcampo.

Para este tipo de consumidores, los alimentos enriquecidos, quizá, puedan tener un pase si un profesional de la alimentación regula su consumo. La razón de esto la explica la OCU: “Los alimentos proteicos son muy saciantes y generan la sensación de lleno rápidamente para que tardemos más en sentir hambre, lo que favorecería una reducción en la ingesta calórica al comer menos”. Sin embargo, hay un pero: la sensación de saciedad no sólo la pueden proporcionar estos productos, sino que hay otros naturales como la sandía, la uva o la zanahoria que también sacian.

Aun así, el fácil acceso que existe hoy en día a los yogures o quesos con extra de proteínas, por ejemplo, empuja a que los consumidores los compren pensando que son más sanos. Pero lo que muchos desconocen es que para muchas personas, realmente, está contraindicado consumirlos. Nuevamente, la experta Elena Toledano daría algunas claves al respecto.

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–¿Para qué tipo de consumidores sería perjudicial ingerir productos con extra de proteínas?

–Esta reformulación de productos alimenticios es peligrosa para ciertos grupos de la población. Las personas con patologías renales, neurológicas o diabetes pueden ser las más afectadas. Ese exceso de proteínas puede ser grave para su salud y deben tener una alimentación pautada por un profesional que ponga esos límites. En general, son productos que pueden facilitar la expresión de enfermedades a largo plazo si se consumen diariamente, incluso en población sana.

Las proteínas recomendables

Pese a que parece una obviedad, no está de más recordar a los consumidores qué son las proteínas y cuáles son las recomendables. Así, “la proteína es un macronutriente importante, que se encuentra tanto en fuentes de origen animal como vegetal. Están compuestas por aminoácidos, algunos de ellos esenciales –esto significa que nuestro cuerpo no puede sintetizarlos y necesitamos obtenerlos de alimentos–”, explica la experta Toledano.

Unas natillas de chocolate vendidas en Carrefour, frente a su competidora con extra de proteínas.

Unas natillas de chocolate vendidas en Carrefour, frente a su competidora con extra de proteínas.

Y, “según la OMS, un adulto sano sin necesidades o enfermedades especiales cubre sus requerimientos proteicos con 0,8 g/kg de peso al día, aunque la mayoría de estudios apuntan a que esa cantidad es insuficiente, incluso para una persona sedentaria”. Sea como fuere, tanto la experta como la OCU, recomiendan a los consumidores obtener las proteínas de alimentos naturales como las carnes, los pescados, los huevos o los lácteos, incluso “para las personas que practican deporte”, dice Consumo.

Toledano, de esta manera, apuntala esta idea diciendo, sobre las proteínas y los productos de supermercados enriquecidos con ellas que “más no es mejor, sino que mejor es mejor: que un alimento o producto tenga altas cantidades de proteína no nos asegura una buena asimilación y utilización de la misma. El exceso de proteína que nuestro cuerpo no utiliza, se excreta por el inodoro, por eso no tiene sentido incluir proteína sin fin”.

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