José Antonio, delante de una foto de Franco con la camiseta del Real Madrid.

José Antonio, delante de una foto de Franco con la camiseta del Real Madrid. Enrique Falcón

Reportajes

Mi comida delirante con el otro hostelero antirrojos de La Mancha: "No quieren trabajar y les dan 400 €"

Juan José Delgado, franquista reconocido, es el propietario del Restaurante El Cangrejo, al que llega gente de toda España para comer mientras suena el Cara al Sol.

4 septiembre, 2021 02:47
Domingo Díaz Enrique Falcón

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"Aquí es, no hay duda", avisa mi compañero. Estamos en La Solana (Ciudad Real). Un coche todoterreno pintado al completo con la bandera rojigualda está en la puerta del restaurante que vamos a visitar. En el lateral del edificio, igual: preside una enorme bandera de España. En la fachada, dos banderas cruzan tres balcones. La primera reza sobre un lienzo rojigualda "viva honrada la Guardia Civil". La otra, en verde, pero con letras del color de la insignia nacional celebra el centenario de la legión. "Sí, es aquí donde vamos a comer, no hay duda", le digo a mi compañero.

Estamos en el Restaurante El Cangrejo. Por el nombre, nada extraño. La escena sí es peculiar, cuanto menos. Sin conocerle, se puede deducir que el dueño del lugar tiene una filia con las tres bandas horizontales roja, amarilla y roja. En la puerta, un cartel ya avisa: "Entras en zona nacional. Si no te gusta, vuelve por donde viniste. ¡Arriba España!".

Lo único que descuadra al entrar es la música. Suena 'Tusa', de Nicky Minaj y Carol G. Es momentáneo. En cuanto los reporteros están acomodados, comienza el verdadero hilo musical. A todo trapo, suena el Cara al Sol. Esto es así todos los días, nos aseguran. "Suena unas veces cinco y otras 20". Algunos de los comensales movían los labios, aunque no se les escuchaba cantar. La grabación termina con "España, ¡una!; España, ¡grande!; España, ¡libre! ¡Viva España, Viva Franco...!". 

'El Cangrejo', el restaurante franquista en La Solana (Ciudad Real)

Aquí se come bien y te tratan bien, las cosas como son. Antes de hablar con el dueño sobre sus filias y sus fobias, nos sentamos a la mesa. Dos menús del día que, tras mucho insistir, pagamos por 22 euros. El reportero gráfico pide de primeras pimientos rellenos y yo un salmorejo. Cuando nos lo traen entendemos que no se permita compartir. Con un menú habríamos comido los dos de sobra. De segundo plato, ambos vamos a por el secreto con patatas. De postre, un café y un flan. 

Juan José Delgado es el gerente de este local, uno de los ocho miembros de la Ruta 36. Se declara franquista, pero sobre todo español. Este lugar es un homenaje al dictador, lo reconoce sin complejo alguno. "Con Franco se vivía mejor, aunque seguro que algunos vivían peor. Él hacía mejores cosas que las que se hacen ahora", dice.

Su discurso es similar al de Vox. Juan José habla mal de todos los políticos, excepto de los del partido de ultraderecha. Le gusta todo del partido de Abascal y espera que se deje caer por allí pronto.

Hablando de gustos, valora el discurso del empresario antirrojos de Málaga, al que no conoce, pero le gustaría. "Le ha echado dos cojones diciendo la verdad".

La izquierda y José Antonio

El coche de José Antonio está pintado con la bandera rojigualda. No se puede esconder, se le ve al lejos. En 12 años asegura que sólo le han roto la luna en dos ocasiones. "Unos encapuchados", cuenta como quien ve llover.

Su restaurante tiene tres espacios distintos. La entrada, con un pequeño apartado para los souvenirs a la derecha, una especie de patio techado con mesas y la zona del comedor. Todos comparten una decoración nostálgica -franquista, vaya-, mezclada con banderas de España y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado

El interior del baño es el único lugar sin decorar -la puerta, eso sí, está pintada con la rojigualda-. Lo compruebo mientras mi compañero el fotógrafo no sale de su asumbro con el cuadro del pueblo de La Solana con una imagen de Franco superpuesta en transparencia en el comedor al aire libre.

Una foto de Franco sobre el pueblo de La Solana.

Una foto de Franco sobre el pueblo de La Solana.

Alguien que se reconozca en una ideología de izquierdas no se sentirá cómodo aquí. Demasiado recuerdo al franquismo; es como si los fantasmas del pasado hubieran resucitado. A pesar de todo, José Antonio asegura que tiene clientes que no comparten su ideología. 

—Algún problema habrá tenido por la decoración...

—De momento, no me ha causado ningún problema. Aquí hay un cartel en la puerta que dice: 'Si no te gusta, vuelve por donde viniste'. Si llegas a la puerta, no te gusta la decoración, te marchas y sin problemas. Igual que yo respeto a todo el mundo, que me respeten a mí. Tengo clientes de izquierdas y sin problemas. Ellos vienen aquí, respetan lo que hay, escuchan el Cara al Sol y no se meten con nadie, como debe ser.

Cuenta la anécdota de una señora que se negó a comer allí. Iba acompañada por otras 16 personas, en una excursión, y todos se fueron sin probar bocado en el restaurante. "Pues hasta luego, señores. Sin problemas, no hay por qué insultar ni nada de nada. Te has vuelto, has hecho lo que tenía que hacer y ya está". 

Habla de respeto y libertad. Una especie de laissez faire vital. Mientras que no le repercuta a él, no hay problemas en nada. "Si me encuentro en problemas algún día, pues ya veré… (ríe). Si tú vienes a mi casa a meterte conmigo o algo, pues el que te va a responder soy yo".

—Si llega algún familiar de víctimas del franquismo y le dice que le ofende, ¿qué le diría usted?

—Yo no le diría nada porque víctimas hubo de los dos bandos. Hablamos sólo de un bando —preguntábamos por el franquismo, no por la Guerra Civil—. Yo cuando me han entrevistado otras veces, ahí no me he querido meter. Porque hay de dos bandos y sólo se habla de uno. Yo ahí no me meto. Lo respeto y ya está. Con el tema de los muertos y de los familiares hay que respetar. No me meto.

Este establecimiento abrió sus puertas en el año 1982, pero fue en 1995, tras una reubicación, cuando se decoró con todos los emblemas franquistas. El Cangrejo recibe visitas de toda España y acepta cualquier elemento decorativo que le regalen, asegura José Antonio. Eso sí, si alguien le ofrece una foto de Pablo Iglesias la pondría en "el contenedor de la basura. También podemos encender la lumbre".

Juan José con su coche.

Juan José con su coche. Quique Falcón

"Si no viene Pedro Sánchez, mejor..."

"Viene gente de toda España -reconoce-. Eso es porque se trata bien a la gente y se comerá bien". Pero tiene preferencias, claro.

—Aquí dice usted que se atiende a todo el mundo con respeto.

—Aquí a todo el que venga se le atiende con respeto y todo bien.

—Entonces, si vinieran por ejemplo Pedro Sánchez o Pablo Iglesias no tendrían problemas en el restaurante.

—Bueno, ese si come en su casa mejor. Los dos, sí.

Quien le gustaría que viniese a comer aquí es Santiago Abascal, líder de Vox. Por aquí ya han pasado otros miembros del partido de ultraderecha, como Macarena Olona. Le gusta todo de Vox y lo comparte todo.

—¿Hay algo en lo que no esté de acuerdo con VOX?

—No. No es porque sea un cerrado. No, no, no. Es que como lo de los demás no nos convence, porque llevan 40 años engañándonos, y ahora sale uno que dice lo que queremos escuchar los españoles... Pues es lo que te digo. Lo que sí quiero decir es que a Vox y a Santiago Abascal le doy todo mi apoyo. En lo que pueda ayudarles les voy a ayudar.

—¿No le da un poco de miedo que digan todo lo que usted quiere escuchar?

—A mí miedo ninguno. El miedo hay que dejarlo bajo la tumba, a dos metros bajo el suelo. Hay que morir de algo, así que…

José Antonio antes votaba al Partido Popular, pero ahora piensa que son el "PSOE camuflado". Cambió su voto porque Vox "es el único que nos puede sacar de lo que tenemos", dice.

Sin embargo, hay una persona a la que valora dentro del PP. Dice que ella sería un "pelotazo". La ecuación para conocer su nombre es fácil: hostelero, época Covid-19 y elige libertad ante el comunismo. Por supuesto, hablamos de Isabel Díaz Ayuso.

Foto del comedor donde suena el Cara al Sol todos los días.

Foto del comedor donde suena el Cara al Sol todos los días. Quique Falcón

"Casado es un chorla, si la metes -a Isabel Díaz Ayuso- a nivel nacional sería un pelotazo. Quitas a Casado y metes a Ayuso. Pero como esto es política pues lo van a dejar ahí. Pero esa mujer al frente con Vox... Pegan un pelotazo que arrasan. La que vale, vale. ¡Ole sus huevos ahí! Le ha echado cojones y mira", comenta casi en una ensoñación. 

Rehúsa hablar de feminismo

En el restaurante de José Antonio son cinco trabajadores contando con él. Al menos hay una camarera mientras estamos comiendo. Habría que preguntarles a ellos si tienen algún problema por la decoración del lugar en el que trabajan o con la ideología de su jefe, pero no es cuestión de poner en peligro el trabajo de nadie. Que no tiene por qué pasar, pero ¿y si pasa? Más vale prevenir que curar.

Cuestionamos únicamente al jefe. "Ningún problema tienen los camareros. A ellos les da igual, vienen a trabajar, no se meten en nada y sin problemas. Ellos cobran su sueldo, no se meten en nada y ya está. A ellos les da igual. Es más, estoy por decirte que están todos a gusto", dice José Antonio. 

Hay otros temas en los que no entra. Como buen aficionado taurino, saca la muleta a pasear cuando no quiere meterse en un lío. Pasa por encima de la próxima subida del salario mínimo interprofesional y el feminismo.

Una imagen del comedor con los uniformes de los CFSE.

Una imagen del comedor con los uniformes de los CFSE.

"Yo en el feminismo no me meto. Porque no, no, no… Ahí me tiraron también en otra entrevista… Yo a las mujeres las respeto, cada uno que viva su vida y ya está. Las mujeres nos han ganado la batalla de momento", apostilla riendo.

Sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional tampoco quiere hablar. "No me meto porque no lo entiendo muy bien. Tengo trabajadores y me afectaría, pero no me meto ahí".

"Mi sistema es España: una, grande y libre"

José Antonio, al igual que el resto de españoles, está enfadado por la subida del precio de la luz. Es lógico: ha pagado 1.700 euros por la factura de julio.  

"Como sigan así nos van a arruinar. Pero mucha culpa la tenemos los españoles. Sube la luz, sube el gas, sube la gasolina… ¿Y quién sale a la calle? Nadie. Ahora, meten a un rapero en la cárcel y quemamos media España. ¿Dónde está el sentido común?", se echa las manos a la cabeza.

Cree que habría diferencias si en el Gobierno hubieran estado Ciudadanos, PP o Vox. "Habrían quemado media España. ¿Sabes? Es un doble rasero. Que yo no tengo nada en contra de los raperos, hay que respetarse todos, pero ahí la culpa es de los españoles, que no salimos por esto. Por una tontería sí salimos a la calle", insiste.

Hace unos días, José Eugenio Arias-Camisón, dueño del Asador Guadalmina y conocido como el 'hostelero antirrojos', afrimaba que "la gente prefiere la paguita a trabajar". José Antonio Delgado no le conoce, pero le gustaría, porque José Eugenio "le está echando dos cojones diciendo toda la verdad".

Juan José contesta siempre arriba España, dígame cuando coge el teléfono de su bar.

Juan José contesta siempre "arriba España, dígame" cuando coge el teléfono de su bar. Quique Falcón

"Ahora mismo, a todo el que no quiere trabajar, le dan la paga de los 400 o 500 euros. Y entonces qué España vamos a crear, quién va a trabajar aquí. Esto se va a hacer leches", dice José Antonio Delgado. "Las pagas que le están dando a todo el mundo es pobreza. Habrá que trabajar".

Además, este hostelero piensa que en España se pagan demasiados impuestos. "No podemos mantener 17 gobiernos. Políticos, asesores, las pagas que le damos a todo el mundo... ¿Dónde vamos? Esto no hay quien lo aguante", dice.

"Aquí, el sistema que habría que tener es España: una, grande y libre".

"Esta es la democracia que ellos quieren"

El bar de José Antonio, o mejor dicho su decoración, pueden tener los días contados. La última reforma de la ley de Memoria Democrática aprobada por el Consejo de Ministros no tipifica la apología del franquismo como delito, aunque sí se castigarán con sanciones económicas las "humillaciones de las víctimas", la exaltación de la Guerra Civil, la dictadura o la represión.

En este lugar se pueden ver algunos carteles donde, por ejemplo, se hace mención a la victoria del bando nacional en 1939. Las fotos de Francisco Franco en cualquier parte, quizás también puedan suponer una infracción. De todas formas, será la administración de justicia la encargada de dilucidar qué es constitutivo de falta o qué no.

—¿Si le dicen a usted que esto es apología del franquismo y que hay que quitarlo?

—Si lo quito y lo pongo de Izquierda Unida sí puede estar, ¿no? Porque la memoria histórica no dice que lo de IU no pueda estar. Sin embargo, esto hay que quitarlo. ¿Por qué? ¿Esa es la democracia que ellos quieren? ¿Dónde está la democracia? Si vienen a arruinarnos o a cerrarnos, pues habrá que hacer lo que haya que hacer, pero habrá que aguantar lo que podamos.

—Hay bares que tenían botellas de vino de Franco y por comentarios adversos en Tripadvisor las han eliminado. ¿Lo haría?

—Vamos a ver, si yo tuviera dos botellas por ahí, en un rincón y recibo los comentarios, pues quizás las quitaba, y no me importaría. Pero yo con lo que tengo aquí, pues no lo quitaría. A no ser que ya vengan ahogando.

La conversación continúa con un debate habitual. José Antonio Delgado es facha, aunque él se reconoce "español ante todo". "¿Que por tener esto soy facha y por ser franquista soy facha? Bueno, pues soy facha. Pero yo considero que soy español", comenta.

El propietario de El Cangrejo es un fiel seguidor de Francisco Franco.

El propietario de El Cangrejo es un fiel seguidor de Francisco Franco. Quique Falcón

Habla de la molestia que supone a la izquierda la bandera rojigualda con el águila porque lleven alguna bandera del águila. "Lo que tienen que hacer es estudiar, porque esta bandera no es de Franco, ni el águila tampoco. ¿Le vamos a echar las culpas de todo a Franco? El otro día la ministra dijo que la subida de la luz era culpa de Rajoy y de Aznar. Como sigamos unos meses más va a ser la culpa de Franco... Pero cómo es esto así. Hay que considerarse español y respetarnos todos".

—¿Qué le pareció la exhumación de Franco?

—Me cayó bastante mal. Ahí no le hacía mal a nadie. Lo suyo era dejarlo donde estaba para toda la vida. ¿Que hemos pintado con sacarlo? Un gasto que si lo hubieran tenido que hacer algunos de sus bolsillos no lo hubieran hecho. ¿Y qué? ¿Ahora estamos mejor? ¿Hemos solucionado algo? Nos tendríamos que centrar en levantar a España, en vez de en tonterías. Hay que sacar a José Antonio, hay que sacar a los frailes… ¿Y con eso qué estamos ganando? Vamos a preocuparnos de que a la gente no les falte de nada, de bajar la gasolina, que la gente funcione.

—Me resulta contradictorio lo que está diciendo. Quiere mirar hacia adelante y no hacia atrás, pero esto es un cúmulo de nostalgia y recuerdos.

—Es que este señor —habla de Franco— miraba siempre hacia adelante, pero los políticos que tenemos están mirando y nos están llevando hacia detrás. Lo que digo es que deben ir para adelante y no para atrás, lo contrario que ahora. Y dicen, desde que salió el coletas, hay que bajar la luz, que nos van a arruinar. ¿Y ahora quién está pagando la luz? Los pobres. Porque a quien tiene billetes le da igual pagar la luz a lo que cueste.

Juan Carlos I debió imponerse

Los derroteros de la conversación no van en línea recta. Son una concatenación de curvas trazadas como si fueran un tótum revolútum: Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, monarquía, el coronavirus...

Vayamos a la primera. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado están bien representados aquí. Hay desde banderas a uniformes, y menciones a la mayoría de unidades militares. Son el orgullo patrio en este lugar. José Antonio pide la equiparación real, sin que les toreen. "Como dicen ellos, prohibido rendirse".

Además, piensa que los tienen "atados de pies y manos". "Eso es una vergüenza".

—¿Qué haría para mejorar las condiciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado?

—Los dejaría trabajar libremente. Ellos saben hacerlo. Lo que no puede ser es que vayan a un juicio con un delincuente y el culpable sea el Guardia Civil en lugar del delincuente, que es lo que pasa ahora. Y que estén 7 días rellenando hojas y el delincuente salga delante de ellos en el juicio... Los tienen atados de pies y manos.

Imagen de una de las paredes de El Cangrejo.

Imagen de una de las paredes de El Cangrejo. Quique Falcón

Es un hombre orgulloso del ejército español, pero no ha visto lo que ha ocurrido en Afganistán. Apunta que sólo enciende la tele para ver películas de vaqueros. Consulta las noticias a través del móvil, pero no está muy enterado del tema. 

José Antonio es un hombre al que le gusta "la inmigración controlada". Aboga por que los inmigrantes vengan a trabajar con sus papeles en regla —"ole sus cojones ahí", espeta—. "Lo que no podemos hacer es llegar a una tiná de ganado, abrir y que salgan 5.000 ovejas en estampida. ¿Quién las sujeta? Cada uno es de su padre y de su madre".

Pasemos a otro tema, la monarquía. José Antonio parece un poco decepcionado con Juan Carlos I y Felipe VI.

—¿Qué piensa de Juan Carlos I?

—Van a por la monarquía. Un rey —se refiere a Juan Carlos I— le tenía que haber echado cojones y decir: 'No, vamos a ver, si es que yo soy el rey aquí'. No me ha gustado que se haya ido. Es rey para lo bueno y para lo malo. A ver si hemos tenido un rey 40 años y ahora nos hemos hartado de rey. ¿Todo lo ha hecho mal?

—Él quiere volver.

—Es lo que tendría que hacer. Si volviera, estaría en su casa, porque España es su casa.

—¿Qué le parece Felipe VI? 

—El hombre sabrá sus faenas, pero a Felipe VI lo veo algo blando. Tenía que apretar un poco más las tuercas.

José Antonio responde amable y pacientemente a las preguntas que le vamos lanzando. También a las relacionadas con la Covid-19. No es negacionista, pero aún no se ha vacunado. Le llamaron mientras estaba de vacaciones y no le han vuelto a preguntar. Si recibe de nuevo el aviso, puede que acuda. "De momento, dijo el oso, no entrarás en mi guarida".

Un coche pintado con la bandera de España se ve desde la carretera y localiza El Cangrejo.

Un coche pintado con la bandera de España se ve desde la carretera y localiza El Cangrejo. Quique Falcón

Lo que sí cree es que los asesores deberían dedicarse a otra cosa. No entiende las medidas que están tomando contra la hostelería. "¿Por qué en la barra no puede haber uno y en la mesa puede haber ocho?", se pregunta.

Y, por último, habla de los problemas de los botellones y les da una solución. "Si lo tenéis ganado. Deja las discotecas hasta las 6 de la mañana. No que los echas a las 3 de la mañana y ¿dónde se van? Pues a un botellón. Ya la has liado. Los tienes en un local, encerraícos, gastando y tods controlados".

Juan José Delgado se despide de forma similar a como coge el teléfono del local. Si las llamadas las inicia con un "arriba España, dígame", el final de esta conversación no queda sin su apunte franquista.

Se dirige a la cámara y dispara.

—Bueno, señores españoles, aquí tienen su casa —el restaurante El Cangrejo— para cuando quieran venir a vernos. ¡Arriba España y viva Franco!