Fachada oeste o de Velázquez del Museo del Prado vista desde el Paseo del Prado.

Fachada oeste o de Velázquez del Museo del Prado vista desde el Paseo del Prado. Europa Press

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Por qué Madrid le debe a Arabia Saudí que El Retiro y El Prado sean Patrimonio de la Humanidad

El país árabe fue el que defendió el proyecto español ante el Comité de Patrimonio Mundial. Su intervención fue clave para la resolución.

1 agosto, 2021 01:18

Ha sido una carrera de fondo que ha durado casi 7 años. Pero Madrid ya tiene, en el Paisaje de la Luz (el eje del Paseo del Prado y el de El Retiro), su tesoro protegido. La Unesco acaba de otorgarle la categoría de Patrimonio de la Humanidad. Se convierte así en el primer espacio de la ciudad de Madrid que consigue dicha distinción. El quinto de la comunidad, tras el Monasterio de El Escorial, la universidad y el casco histórico de Alcalá de Henares, el paisaje cultural de Aranjuez y el Hayedo de Montejo.

Pero no ha sido fácil ni rápido. El tortuoso periplo a la gloria empezó allá por 2014, cuando se empezó a trabajar en este proyecto y la posibilidad de que fuese reconocido por la Unesco. Complicado, dadas las particularidades del mencionado eje. Porque ambos pertenecen a épocas distintas y el proyecto se encontró con las trabas del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS). Es decir, del organismo consultor que valora cada proyecto. 

El Prado sí, pero El Retiro no. Fue la principal decepción que se encontraron desde el equipo técnico que ha estado preparando el proyecto. Querían desde ICOMOS que se reformulase la estrategia. Son espacios construidos en diferentes epocas. El primero empieza en 1570 y el segundo de 1650. Sin embargo, "conviven desde hace 370 años y no se pueden entender el uno sin el otro", explica a EL ESPAÑOL Luis Lafuente, Director general de Patrimonio del Ayuntamiento de Madrid. 

Pionero en el mundo

"La riqueza del paseo del Prado radica en que es el primer paseo arbolado de la historia del urbanismo en Europa. Felipe II dio la orden a un paisajista para eso, para hacer una paisaje. Y le gustó tanto que alineó edificios en torno al Prado", explica, construyendo así "un paseo para todos los madrileños". Un enclave, además, que inspiró después otros paseos arbolados en Latinoamérica, en las alamedas de Lima o Ciudad de México.

Además, en torno a este eje se construyeron edificios culturales y académicos. "No se trata solamente de que sean dos espacios muy bonitos de Madrid. Es algo que va más allá. Es cómo se vertebró la cultura en torno a estos dos ejes. El Botánico, los museos..." explica a este diario Mónica Luengo, la coordinadora de esta candidatura. Lafuente coincide con ella: "Lo que se hizo aquí fue llevar la cultura al lugar en el que la gente se divertía". 

El Parque del Retiro

El Parque del Retiro

Pero como El Retiro se hizo a posteriori, para los evaluadores de ICOMOS no tenía canida dentro de este proyecto. Una cuestión "sin unos argumentos demasiado sólidos. Tenemos el caso de Budapest, que la ciudad de Buda es bastante más antigua que la de Pest", resume Lafuente. No obstante, el informe no es vinculante. Así, desde la candidatura madrileña no dejaron de confiar en el proyecto. Insistieron y ganaron.

Podría parecer que este tipo de lugares no tienen demasiada cabida en la lista de la Unesco. Pero lo que a priori podría parecer una debilidad, se acabó convirtiendo en fortaleza. Porque no sólo de monumentos vive la Unesco: "Se trata de reconocer a lugares que singulares que tengan un valor universal excepcional, que esté bien conservado y que sea auténtico", cuenta Mónica Luengo. Y, más allá de estatuas y catedrales, el eje madrileó cuenta con todas estas particularidades. 

La consultora rechazó inicialmente el proyecto conjunto, "pero en el ministerio creíamos. El equipo creía. Fueron meses de mucho trabajo, sorteando las dificultades, en colaboración con todas las administraciones", señala Pilar BarreroSubdirectora General de Gestión y Coordinación de los Bienes Culturales. Dirección General de Bellas Artes. 

Arabia nos representa

Tras reafirmarse en el proyecto, tocaba convencer a los 21 países que conforman el Comité de Patrimonio Mundial. Y ahí es donde entra en juego Arabia Saudí: "Tú no puedes defender tu propio proyecto, hay que elegir a otro país que se encargue de presentarlo. Nosotros optamos por Arabia Saudí por varios motivos. El primero es la buena relación que guardamos con ellos. Pero también lo bien que saben moverse dentro de la Unesco", prosigue Barrero.

Una de las entradas del Retiro

Una de las entradas del Retiro

Los árabes hicieron una presentación del proyecto español "muy cálida, muy sincera y con palabras muy bien escogidas". Y tras esa presentación empezaron a caer rendidos los países: "Brasil, por ejemplo, fue muy entusiasta con nuestra propuesta. O Rusia, cuyo embajador explicaba al resto de países que él había vivido 10 años en Madrid y que aquella zona era el paseo más bonito del mundo". 

Detrás de todo aquello había un trabajo "más difícil y más exhaustivo que una tesis doctoral", resume María Agúndez, Subdirectora Adjunta de Gestión y Coordinación de los Bienes Culturales. Dirección General de Bellas Artes. María explica, para los profanos en materia cultural, que "para los madrileños va a suponer sólo prestigio, pero no sólo eso. Es el turismo de calidad que va a recibir Madrid. Es muy buena noticia para la ciudad. Pero también significa conservación. Porque no es sólo llegar; es mantenerse. Ahora hay que cuidarlo". 

Y es que esta protección ha de servir para poner a salvo este eje de cualquier reforma urbanística radical. "Aquí también empiezan las obligaciones. Hay que tener cuidado, porque por ejemplo el puerto de Liverpool acaba de perder su categoría de Patrimonio de la Humanidad, precisamente por una serie de modificaciones urbanísticas nefastas que se han ido haciendo en los últimos años", explica Pilar Barrero. "La protección significa compromiso. Comprometerse a mantenerlo en las condiciones en las que debe estar", secunda Marta Luengo.

Salir voluntariamente

Liverpool no es la única que ha perdido esta distinción. Existe algún caso en el que la retirada fue solicitada por el propio país. Se trata de Omán, que en 2007 pidió que se le quitase la categoría de patrimonio de la umanidad al santuario del Oryx árabe. El motivo: dinero. Habían descubierto que la zona era rica en recursos para extraer y prefirieron renunciar a la lista de la Unesco y proceder a la explotación.

El puerto de Liverpool ha perdido la protección

El puerto de Liverpool ha perdido la protección

Esto no va a suceder en Madrid. El Paisaje de la Luz ha estado sometido a innumerables modificaciones a lo largo de los años. Algunas de ellas han hecho tambalear el proyecto. Cuenta Mónica Luengo una anécdota al respecto: "Se nos escapó el evaluador. La persona que tiene que venir a valorar la zona, a menudo se queda con la sensación de que solamente le enseñan los sitios bonitos. Y este se nos escapó", ríe.

Resulta que dicho evaluador de la Unesco, un suizo, se escapó una mañana para adentrarse por su cuenta en El Retiro. Allí encontró unas pistas deportivas que no le parecieron adecuadas. "De hecho, lo marcó como nota negativa en el informe", explica Mónica. Sin embargo, no ha sido suficiente para volcar la candidatura.

Trabajo en equipo

Porque el eje del Paseo del Prado y El Retiro ha mantenido la unidad y el espíritu inicial. Han sido paseos arbolados que han marcado tendencia en el mundo entero, donde se mezcla la naturaleza y la ciencia. El equipo de trabajo confiaba mucho en el proyecto, hasta tal punto que ha sobrevivido a 2 presidentes del gobierno, 6 ministros de Cultura, 3 presidentes de la Comunidad de Madrid y 3 alcaldes. 

"El trabajo en equipo, no obstante, ha sido excelente. A pesar de las trabas, de la lentitud y de la pandemia. La labor de los técnicos ha sido excepcional y nosotros teníamos una estrategia. De los 49 sitios que han sido reconocidos en España, yo he estado presente en 27 proyectos. Tuvimos informes negativos como el de ICOMOS. Por eso sabíamos que había que plantear una estrategia para desmontar la negativa", concluye Luis Lafuente.

Así, trabajo intenso durante 6 años, resistencia a los cambios de gobierno, confianza plena (casi tozudez) en defender el proyecto... y la intervencion providencial de Arabia Saudí, que fue la que llevó la voz cantante delante del comité que elige. Un aliado inesperado que convenció al comité cuando las cosas precían más torcidas. Con estos ingredientes, la ciudad de Madrid ya tiene su joya protegida.