El periodista y columnista de 'El Mundo' David Gistau.

El periodista y columnista de 'El Mundo' David Gistau. Jorge Barreno

Reportajes

El periodista David Gistau, operado de una lesión cerebral tras desmayarse en un centro de boxeo

El columnista perdió la consciencia el 29 de noviembre y fue trasladado al Hospital Clínico de Madrid, en el que permanece desde entonces. 

16 diciembre, 2019 19:39

David Gistau (Madrid, 1970), uno de los columnistas estrella de la prensa actual, lleva desde el pasado 29 de noviembre en un estado de inconsciencia e ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de Madrid, según ha podido saber EL ESPAÑOL. El periodista del diario El Mundo estaba haciendo ejercicio cuando se desplomó en un centro de boxeo de Madrid.

Fue la tarde de ese 29 de noviembre cuando Gistau estaba entrenando boxeo en el gimnasio Morales Box Chamberí de la capital. No había estado intercambiando golpes con nadie, simplemente entrenaba, cuando justo después de terminar empezó a sentirse mal. Según ha podido saber este diario, le comenzó a doler la cabeza y se desplomó repentinamente. Tras el incidente fue trasladado al hospital y operado de urgencia de la lesión cerebral. Ahí vieron que tenía un hematoma subdural en el cerebro, según han trasladado a este diario fuentes cercanas a Gistau.

Según las mismas fuentes, los médicos consideran que su vida no corre peligro, aunque aún se muestran cautos a la espera de ver cómo evoluciona. Desde que sufrió el incidente, los profesionales sanitarios han intentado despertarle en varias ocasiones pero han sido infructuosas, ya que en los procesos ha sufrido serias convulsiones. También ha presentado algunos episodios de fiebre desde que está inconsciente.

David Gistau, durante una entrevista concedida a EL ESPAÑOL el pasado mes de abril.

David Gistau, durante una entrevista concedida a EL ESPAÑOL el pasado mes de abril. Jorge Barreno

Según ha trasladado a la familia el equipo médico, Gistau podría despertar en cualquier momento. Lo tiene que hacer por su cuenta. Es entonces cuando se podrá evaluar si el percance ha tenido algún tipo de repercusión en su sistema y si dejará secuelas. De momento, la evolución es lenta, pero buena, porque respira por sí mismo y sus constantes vitales son correctas.

Gistau, uno de los fichajes estrella del diario El Mundo en los últimos años y uno de los escritores y periodistas más brillantes de su generación, acostumbra a boxear en el Club Deportivo Metropolitano. Ahí entrena junto al boxeador, antiguo campeón de España, Jero García, con quien mantiene una buena relación personal. Sin embargo, en el momento en el que sufrió el incidente estaba entrenando sin Jero y sin ningún púgil con el que estuviera intercambiando golpes.

La pasión de Gistau por el boxeo

La afición de David Gistau por el boxeo no le viene de niño. Él no tuvo un padre que le sentase al lado del ring desde pequeño. A él, como a casi todos, le sentaban a ver el fútbol. Pero con el tiempo fue adquiriendo esa pasión por lo que pasa dentro de un cuadrilátero por cuenta propia. Ahora siempre hace gala de ella, habla de ella y escribe sobre ella. Su penúltima novela (Golpes bajos, 2017) versa justamente sobre ello y, desde las páginas de El Mundo, a veces abandona la columna para hacer reportajes de boxeo en la sección de Deportes.

“Me gusta porque me gusta”, explicaba el propio Gistau al diario Marca tras la publicación de Golpes bajos. “A diferencia de otros deportes, el boxeo tiene la ventaja de que no se enfrentan dos equipos sino que se enfrentan dos hombres. El drama se singulariza mucho entre dos personajes opuestos (...) y tiene algo muy literario, muy homérico”, añadía.

El primer recuerdo que Gistau atesora relacionado con el boxeo viene de cuando su padre trabajaba en el diario Pueblo. Ahí, entre sus visitas, conoció a un tipo que tenían trabajando de conductor y recadero que había sido boxeador. “Estando ahí, ese hombre con su nariz rota me parecía mucho más especial que cualquier periodista o cualquier directivo”, explicaba.

Apasionado del boxeo, David Gistau sufrió una lesión cerebral el pasado 29 de noviembre.

Apasionado del boxeo, David Gistau sufrió una lesión cerebral el pasado 29 de noviembre. Jorge Barreno

“El boxeo me gusta mucho porque es uno de los elementos que constituyen mi fascinación por una época americana de posguerra”, comentaba. “[En esa época, desde finales de los años 40 hasta los últimos combates de Alí] no solamente hay grandes combates de boxeo sino que a su alrededor hay todo un movimiento literario, cinematográfico… con personajes como Norman Mailer o el propio Hemingway”, aseguraba.

E iba más allá: “Todo ello constituye el armazón de una época americana que yo habría querido vivir. Yo hubiera querido ser un escritor americano en el Madison Square Garden en el combate Alí contra Fraizer. Creo que el boxeo es un elemento más de ese mundo cultural del cual yo me considero no solamente un admirador sino una persona muy influida”.

Gistau y Jero García

España no durmió la noche del 27 al 28 de julio de 1991. Muchos ya no lo recuerdan, pero esa velada se enfrentaron los boxeadores Pernell Whitaker y Poli Díaz, en un ring alejado de la patria del último, en Virginia, pero con todos sus compatriotas pegados al televisor. Era la primera (y última) vez que España tenía un boxeador entre los grandes y, por un momento, le robó todo el protagonismo al fútbol. Entre los desvelados estaba un todavía joven Gistau, con 21 años. Esa noche apuntaló su pasión por el boxeo y, desde entonces, le ha acompañado de manera paralela a su trabajo.

Como él mismo contó, de joven ya boxeaba en su barrio pero lo acabó dejando. Fue hace aproximadamente cuatro o cinco años que volvió a entrenar y a ir a las veladas de boxeo. Una de las figuras que más ha destacado e influido en esta faceta de Gistau ha sido la de su entrenador, Jero García.

Ex boxeador profesional, García fue campeón de España de boxeo, kick boxing y full contact. También ha sido actor y ha hecho de coach en el programa Hermano Mayor. Pero es en el boxeo donde sigue brillando. Regenta La escuela, un gimnasio de boxeo ubicado en el barrio madrileño de Lucero y donde David Gistau ha basado algunos de sus reportajes. Además, García trabaja de entrenador en el gimnasio del Club Deportivo Metropolitano, al que Gistau es asiduo.

La influencia de García en Gistau, sin embargo, no sólo se limita a los reportajes. Jero también se ha colado en la obra literaria del periodista. El gimnasio que Gistau describe en Golpes bajos es el del propio Jero y el protagonista también está basado en él, físicamente. Ahora es Jero el que está pendiente de él y de su evolución, como muchos, como todos los que acostumbran a leerle para ver su mirada lúcida posarse sobre lo que sea.