David Serrano, dueño de la finca en la que murió Julen, compareció este pasado martes ante los medios de comunicación en Málaga.

David Serrano, dueño de la finca en la que murió Julen, compareció este pasado martes ante los medios de comunicación en Málaga. EFE

Reportajes

La jueza ve indicios de homicidio imprudente en el caso Julen: el dueño del pozo, imputado

La magistrada recoge la petición de la Fiscalía y también cita a una docena más, entre ellas, los padres de Julen y el pocero, todas en calidad de testigo. 

13 febrero, 2019 16:35

David Serrano, el dueño de la finca de Totalán (Málaga) en el que se encontraba el pozo de 71 metros de profundidad por el que se precipitó el pequeño Julen el 13 de enero, y cuyo cuerpo sin vida fue hallado 13 días después por los equipos de rescate, será citado finalmente como investigado por la supuesta comisión de un delito de homicidio imprudente. 

La titular del Juzgado de Instrucción 9 de Málaga ha observado indicios de un posible delito de homicidio por imprudencia en el dueño de la finca -y también tío del pequeño Julen-, según han confirmado fuentes cercanas al caso a Sur. 

La jueza recoge así la solicitud de la Fiscalía de Malaga, que pidió al juzgado que llamase a declarar como investigado por un delito de homicidio imprudente al dueño de la finca, donde ocurrieron los hechos. Sin embargo, no será él el único que tendrá presentar declaración ante la magistrada. 

También lo harán otras doce personas, pero en calidad de testigos. Entre ellas, el pocero que realizó la prospección por la que se precipitó el niño de dos años -y que aseguró haberlo cerrado con una piedra cuando terminó su trabajo-, los padres del menor, la mujer del único investigado en el caso y los tres senderistas que paseaban por la zona el día de los hechos y que fueron los primeros en llamar a los servicios de emergencia para auxiliar a los familiares. 

También acudirá al Juzgado de Instrucción a prestar declaración como testigo el maquinista que realizó la zanja en cuya extremidad se situaba el pozo. Esta obra fue encargada por el dueño de la finca que quería hacerse una casa y ordenó rebajar terreno a la montaña y hacer una zanja donde estaba previsto un muro de contención que evitase desprendimientos sobre la zona. 

Varios guardias civiles también declaran como testigos, entre ellos, el instructor de las diligencias de la investigación del caso Julen y dos agentes que llegaron en primer lugar a la finca. 

Con estas citaciones, además de otras pruebas que ha solicitado el juzgado, la magistrada pretende esclarecer las circunstancias concretas que rodearon al hecho de que el niño se precipitase por el pozo de 71 metros de profundidad.