El exvicepresidente catalán Oriol Junqueras

El exvicepresidente catalán Oriol Junqueras EFE

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La nueva vida de Oriol Junqueras, el "limpiacristales" de la cárcel de Estremera

El dirigente independentista está recluido en un módulo autogestionado junto a Raül Romeva y Joaquim Forn. No le gusta el tono de Torra, pero prioriza la formación de Gobierno.

15 mayo, 2018 01:57

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Junqueras tiene buen aspecto; está fuerte, delgado e incluso luce un nuevo corte de pelo. Participa en las actividades de prisión, hace deporte, juega al fútbol, lee mucho y limpia los cristales. Es la función que tiene en el módulo en el que está recluido, donde no se encuentran los presos más peligrosos, y los que hay se autogestionan, incluso en los conflictos. Cada uno realiza unas labores determinadas y la de Junqueras es la de limpiar los vidrios.

Junto a Oriol Junqueras está Raül Romeva, uno de los exconsejeros de la Generalitat, que pasa gran parte del tiempo haciendo deporte y tiene un tono mucho más musculado que cuando estaba en libertad. También Joaquim Forn, mucho más delgado. Los tres están con el cuerpo dentro, pero con la cabeza fuera. Los tres están muy pendientes de lo que sucede en Cataluña. Y más ahora que la Generalitat tiene nuevo presidente: Quim Torra.

Le han levantado la sanción

Junqueras está de mejor humor. Y es que en los últimos días ha recibido visitas importantes para él. La principal ha sido la de su mujer, Neus, y sus dos hijos menores. No podían ir a verlo porque tenía vetadas las visitas. Estaba sancionado por haber concedido una entrevista de cinco minutos al periodista catalán Jordi Basté. La sanción ha concluido. Y no se debe, como se había publicado, a que Oriol Junqueras limpie cristales. Eso lo hace porque se encuentra en un módulo de autogestión y él se ha adjudicado esa tarea. Pero Junqueras ya puede recibir visitas porque las sanciones caducan. Y este es el caso.

Otra visita importante ha sido la de su padre Artur, que no podía ir a visitarle porque no se encontraba en la lista de familiares cercanos que entregaron en prisión cuando ingresó el líder republicano. Ahora, tras muchas gestiones, Artur Junqueras ha sido incluido en esa lista y ha podido visitar a su hijo acompañado de Isaac Peraire, alcalde de Prats de Lluçanés. Ambos salieron juntos en coche de madrugada el pasado fin de semana y pudieron reencontrarse con Oriol sobre las diez de la mañana.

Pero tal vez, la visita más mediática y la que más ha trascendido ha sido la de Xavier Sardà. El periodista, que había mantenido numerosas polémicas en el pasado con Junqueras, ahora es una de las personas con las que mejor se entiende. Hasta el punto de que fue el propio político preso el que pidió recientemente que quería que Sardà le visitase en prisión. Incluso pidió a sus compañeros de ERC que escuchasen más lo que dice Sardà.

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Discrepancias con el tono de Quim Torra

Junqueras reveló a Sardà que discrepa de las formas y el tono de Quim Torra. Sí que es verdad que para el político preso, la prioridad era formar gobierno, levantar de este modo el 155 y recuperar capacidad de maniobra desde la Generalitat. Pero Quim Torra es un político que ha escrito tuits rayanos a la xenofobia, por lo que Junqueras, que se caracteriza por ser una persona con un perfil social mucho más plural, no comulga con sus formas.

Tampoco está de acuerdo con los políticos que han huido. De forma muy velada, Junqueras se mantiene firme en su idea de que en ningún momento se le pasó por la cabeza largarse. Pone el ejemplo de Sócrates, al que condenaron a muerte por no querer marcharse de Atenas. Del mismo modo, el político republicano entiende que los líderes políticos no deben marcharse. Es una pulla clara a los promotores de la DUI que optaron por la huida, contrariamente a lo que hicieron Junqueras y compañía, que prefirieron quedarse y asumir las consecuencias. “Marcharse no es una opción”, sostiene Junqueras.

Puigdemont jamás le escribió

En este mismo contexto, le pega algún palo a Puigdemont. El expresidente de la Generalitat se había subido al carro de pedir la libertad para los presos y de manifestarles su apoyo público. Incluso había insinuado en petit comité que está en permanente contacto con ellos. Todo falso. Dice Junqueras que jamás ha recibido una carta de Puigdemont en prisión. No sabe nada de él.

Junqueras prefirió quedarse, aun a sabiendas de que iría a la cárcel. Le dijo a Sardà que en ningún momento se le pasó por la cabeza abandonar su país. Que no se siente arrepentido por no haber huido. Y que la DUI era una especie de punto de no retorno al que se llegó porque de las dos partes que se tienen que sentar a hablar en un conflicto, una (España) no quiso hacerlo.

Leyendo a Zweig

No obstante, sabe que de aquella república que proclamaron no queda nada, si es que alguna vez hubo algo. Al respecto, Junqueras le confesó a Sardà que está leyendo un cuento del alemán Stefan Zweig titulado El álbum mágico. Va de un hombre que tiene un álbum con una colección de sellos muy valiosa, pero su familia pasa apuros económicos, van vendiendo los sellos a sus espaldas y no se lo cuentan. “A veces creemos que tenemos algo que en realidad no tenemos”, le dijo a Sardà. “Como la República”, le espetó el periodista.