La parte trasera del Museo de Lleida está llena de Mossos d'Esquadra, de manifestantes, de periodistas y de cebolletas. Hay una especie de plantación de calçots (cebolletas) justo en el lugar en el que los medios colocan sus cámaras. Las pisotean sin remisión y provocan un olor nauseabundo. Una vecina de Lleida se nos queja a gritos: "A sobre que robeu, las trapitjeu!" (¡Encima que robáis, las pisáis!).

"Es per plorar i no pas per la ceba" (Es para llorar y no por la cebolla), lamenta una mujer que se dice voluntaria del museo. Dice que es para llorar porque, a unos metros de la plantación, hay un camión de mudanzas. No se puede acceder a él porque está protegido por vallas y decenas de mossos y guardia civiles. Es el vehículo más buscado del día. El que ha de trasladar un tesoro. El tesoro de Sijena. Ya va de camino

Las 44 obras de arte que reclama este pueblo aragonés han salido del Museu De Lleida pasado el mediodía entre gritos y cánticos de manifestantes independentistas indignados. Gritan, insultan... incluso se escapa alguna lágrima.

De nada les sirve que haya una sentencia judicial que ha ordenado el regreso de las piezas a Aragón, al pueblo donde se crearon y del que salieron con malas artes rumbo a Cataluña a mediados del siglo XX.

La mayor parte de los manifestantes que chillan reconocen no haber visitado ni una sola vez este museo, ni conocer al detalle el conjunto monumental que reclaman que se quede, a pesar de que las obras están en Cataluña desde los años 90. "Es una cuestión de orgullo, de honor". "Son nuestras obras porque las hemos pagado". "El gobierno español nos humilla. Para esto querían el 155. Para robarnos más todavía", son algunas de las frases que salpican los cánticos.

"L'Àngel Ros, us deixeu!" (¡Os dejáis a Àngel Ros!) canta la multitud. Àngel Ros es el alcalde de Lleida. Es socialista. Los conciudadanos que se han congregado cerca del museo le culpan de haber permitido que las obras de arte vuelvan a Aragón. "Esto es lo que nos espera si sale Iceta. Nos lo robarán todo".

Momentos de tensión

Los manifestantes han vivido momentos de tensión con los Mossos que protegen el dispositivo preparado para llevárselas, que han llegado a utilizar sus porras contra los concentrados. El momento de mayor tensión se ha producido cuando más de un centenar de personas han intentado acceder al perímetro vallado alrededor del Museo de Lleida, lo que ha sido impedido por una barrera formada por decenas de Mossos.

Hacia las 9 de la mañana han llegado otras 5 furgonetas de los antidisturbios de los Mossos, que se han unido a la decena de vehículos policiales y decenas de agentes que ya se encontraban en la zona desde esta madrugada.

Los concentrados han reaccionado a la acción de los Mossos con gritos como "no hace falta pegar" o "España nos trata como a perros".

Los Mossos cargan contra los manifestantes frente al Museo de Lleida por el traslado de Sijena.

"Aquest tresor l'hem pagat!", cantaban algunos mostrando la fotocopia de un cheque por valor de algo más de 14 millones de pesetas. Es el irrisorio precio que pagó Cataluña por estas obras de arte. Los aragoneses litigaron porque la venta no se ajustaba a derecho y vencieron.

La Generalitat se ha negado por sistema a devolverlas. Desde el museo se quejan de que las piezas no estarán en las mejores condiciones. Este tira y afloja ha sido resuelto por el ministro Méndez de Vigo: las obras vuelven a Aragón. Para los aragoneses es un triunfo histórico. Para los catalanes, una igualmente histórica humillación. Para el conflicto catalán, gasolina.