Francisco Hernando, con el altavoz en mano, durante la reunión vecinal celebrada en Seseña el domingo 15 de mayo.

Francisco Hernando, con el altavoz en mano, durante la reunión vecinal celebrada en Seseña el domingo 15 de mayo. Cedida

Reportajes El creador de "El Quiñón"

La última espantada de Paco 'El Pocero' tras el incendio de Seseña

Se presentó en la macrourbanización que construyó, prometió pagar los abogados de la demanda colectiva y, de momento, no se ha vuelto a saber de él.

22 mayo, 2016 02:14

Noticias relacionadas

Las cámaras acudieron a Francisco Hernando (Madrid, 1945), conocido como Paco 'El Pocero', como mosquitos en una noche de verano. Eran las 11 de la mañana del domingo 15 de mayo, un par de días después de que el vertedero de neumáticos de Seseña ardiera, y Hernando se presentó en la reunión de vecinos como parte implicada más. Nadie le esperaba. Con unas gafas de sol y altavoz en mano, 'El Pocero' concentró toda la atención mediática. "Dijo que no había terminado de construir El Quiñón porque los políticos no le habían dejado. Recordó cuando un programa de televisión le sacó con un traje de rayas como si fuese un preso y dijo que sus nietas le habían preguntado si el abuelo era malo. En ese momento se puso a llorar", cuenta Raúl González, miembro activo del Movimiento Vecinal de Seseña.

González estaba justo detrás del controvertido constructor cuando éste se dispuso a sincerarse ante el pueblo. Hernando ofreció su ayuda a los afectados, y para probar la autenticidad de sus palabras y su compromiso con el que ha sido su mayor proyecto hasta la fecha, dijo: "¿Creéis que yo habría puesto una estatua de bronce de mis padres en una rotonda o habría puesto mi nombre y el de mi mujer a una chapuza?", según parafrasea Raúl González.

Él y otra compañera del movimiento vecinal aprovecharon la situación y le pidieron que les prestase un local para reunirse. "Sabíamos que tenía uno, así que se lo comentamos y nos dio las llaves. También dijo que se haría cargo de los costes de los abogados para que denunciásemos de manera colectiva por lo penal. No sé si es la vía que más nos interesa, porque yo en principio no busco meter a alguien en la cárcel sino que limpien mi barrio y lo dejen como estaba", cuenta. De momento, asegura González, no han vuelto a saber nada de 'El Pocero'. "Le dijo a mi compañera que le apuntase su móvil, que él se pondría en contacto". Una semana después no saben nada de él. "Yo tengo esperanzas de que nos ayude, su propuesta parecía honesta. Si lo hace le estaré muy agradecido. Y si lo dijo por algo será, aunque sea porque él también quiere conseguir algo", añade el vecino de Seseña.

Este periódico ha tratado de ponerse en contacto con 'El Pocero', pero, según su sobrino Andrés Hernando, no quiere volver a hablar con la prensa. Sólo ha concedido una entrevista, a Espejo Público, en la que confirmaba que estaba dispuesto a correr con los gastos legales de la denuncia colectiva. En ella reconoce que ha estado "en la ruina", algo propio de "un empresario". "El que no se arriesga no se arruina. Yo creo que he dado muchos puestos de trabajo y mucha riqueza a mi país", dice. Este constructor de 71 años aseguraba en la entrevista que no ha fracasado, "sino todo lo contrario". También afirma no haber errado en las decisiones que tomó a la hora de haber construido El Quiñón. Sin embargo, del proyecto inicial —unas 13.000 viviendas— sólo ha construido una tercera parte.

Una fuente muy cercana a 'El Pocero' y vinculada a su actividad económica apunta que "ahora mismo Francisco Hernando vive de su hucha". "Vendió su segundo yate, sus aviones privados y seguramente unos cuantos coches de lujo que tenía. Ahora mismo está esperando a que se resuelva lo de Guinea Ecuatorial, ya que le reclama 1.000 millones de euros al Gobierno".

El intento de construir en Guinea Ecuatorial

El segundo macroproyecto de Paco 'El Pocero' fue edificar 36.000 viviendas en un país de menos de un millón de habitantes. En 2008, el constructor anunció su intención de invertir en Guinea Ecuatorial. Compró maquinaria que nunca llegó a utilizar y preparó un proyecto urbanístico que jamás vio la luz. El Gobierno guineano rompió el supuesto acuerdo al que había llegado con Teodoro Obiang. Por ello, en 2012 interpuso una demanda contra Guinea ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI). La inversión, siempre según 'El Pocero', fue de 1.000 millones de euros. La fuente consultada, que prefiere permanecer en el anonimato, asegura que "en la cifra hay un grado alto de exageración". "Es cierto que él compró maquinaria y que según una auditoría de una empresa alemana el valor era ese", añade.

El laudo del CIADI, publicado el 5 de diciembre de 2015, establecía que "los alegados derechos contractuales del demandante a invertir en Guinea Ecuatorial no fueron perfeccionados, es decir, no se cumplieron con los requisitos contractuales y, por lo tanto, no son exigibles".

La fuente anteriormente vinculada a las actividades económicas de 'El Pocero' apunta que después de que el CIADI desestimase la demanda, Francisco Hernando estudiaría emprender acciones penales. "De ello depende su supervivencia. Así, quizá, podría recuperar algo de dinero y acabar de construir en Seseña, pero esta posibilidad es incierta, es una moneda al aire. Ahora mismo tiene una deuda con la agencia tributaria de 86 millones de euros". "También podría ocurrir que un socio capitalista le inyectara el dinero suficiente como para acabar de desarrollar el proyecto, pero no es fácil", añade.

Tras sus intentos de conquista en el continente africano, se decía que 'El Pocero' había decidido invertir en Arabia Saudí. La fuente consultada por este periódico afirma que "hubo un intento pero no llegó a buen puerto". "Viajó a Riad pero no consiguió aquella oportunidad y no lo ha vuelto a intentar. No es cierto que haya invertido allí o que tenga un proyecto en mente", dice.

"Viene de lo más bajo de la escala social"

Francisco Hernando ya no vive en la abundancia como lo hacía en 2007, en aquel paraíso de burbuja inmobiliaria que le permitía comprar terrenos a bajo coste. Según el Registro de Propiedad de aquel año, su empresa matriz, Grupo Francisco Hernando Contreras SL., tenía un balance de ventas de 178 millones de euros, y su activo total era de 678 millones de euros. En 2014, esta empresa perdía 22 millones, su balance es 0 y su activo total, de 42 —aunque es imposible saber qué incluye en dicho activo total—.

Según la fuente cercana al constructor, cuando 'El Pocero' le dijo a su padre que quería ser empresario, éste lo echó de casa. "Viene de lo más bajo de la escala social. Su padre solía robar conejos en Monte del Pardo y tenía muy asumido que alguien que nace en una clase muy baja muere en una clase muy baja. Creo que todo lo que hace Paco es un intento de demostrarle a su padre, que ya falleció, que estaba equivocado".

El Pocero durante unas vacaciones en agosto de 2006 en Mallorca.

El Pocero durante unas vacaciones en agosto de 2006 en Mallorca.

Aquella imagen de Hernando fumando puros en su yate de 72 metros de eslora se desvanece, a pesar de sus incansables intentos de volver a ser el empresario que celebró una fiesta por todo lo alto para presumir de 'Pocerolandia'. En diversas ocasiones se ha descrito a sí mismo como un "analfabeto", pero en su círculo cercano aseguran que se conoce bien la Ley del Suelo y que él mismo redacta los contratos.

En la biografía que el escritor Julio Merino hizo de 'El Pocero', éste lo retrataba como un hombre que se crece ante la adversidad. Nada destaca mejor un éxito que un buen fracaso previo. Aquel que comenzó construyendo alcantarillas en Madrid, criado en Tetuán y que vivía hacinado en un pequeño espacio junto a su familia consiguió erigirse como uno de los empresarios más famosos del país. Jamás exento de polémica, claro. En julio de 2006, Izquierda Unida interpuso una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción en la que acusaba a Hernando de delitos de prevaricación, falsificación documental y malversación de caudales públicos.

Ahora, sumido en cierta irrelevancia, 'El Pocero' trata de recuperar el imperio que un día tuvo. Un resurgir bíblico, alguna macrourbanización que le haga volver a postrarse orgulloso ante las cámaras.