El narcosubmarino localizado en la Costa de A Morte, en el momento de su hundimiento.

El narcosubmarino localizado en la Costa de A Morte, en el momento de su hundimiento. Gustavo de la Paz - Europa Press

Opinión

Es urgente reaccionar contra el narcotráfico

El presidente de la Fundación Galega contra o Narcotráfico reflexiona sobre el delicado momento en la lucha contra el narcotráfico tras las últimas operaciones en Galicia, la última esta misma semana con el hallazgo de un narcosubmarino en Malpica

Manuel A. Couceiro Cachaldora
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Vivimos un momento muy delicado en la lucha contra el narcotráfico, una situación en la que se combinan diversos factores que dan como resultado un escenario sumamente preocupante, tanto en España como en Galicia en particular.

Viendo el problema en perspectiva, no hay duda de que a lo largo del tiempo hemos logrado importantes avances en la lucha antidroga por los que debemos felicitarnos. Pero también es cierto que actualmente y desde hace unos años las cosas están empeorando a gran velocidad. A nuestro juicio es imprescindible y urgente tomar decisiones. Veamos el porqué.

La costa gallega siempre ha sido -muy a nuestro pesar- una de las principales puertas de entrada para introducir cargamentos de cocaína con destino a media Europa. En los últimos años y en un contexto de sobreproducción mundial el problema se ha agravado especialmente, toneladas de droga entran por nuestros puertos y playas en un asedio creciente que parece no tener límite empleando diversos y sofisticados métodos: turismos, camiones, contenedores, pesqueros, mercantes, veleros, lanchas e incluso semisumergibles casi indetectables llegan hasta nuestras costas.

Y frente a ellos Policía Nacional, Guardia Civil, Vigilancia Aduanera y profesionales de la Justicia comprometidos con la causa realizando un trabajo excelente pero con los medios en precario. Los narcos con presupuesto ilimitado, y los nuestros con lo puesto.

Por si esto fuera poco, en astilleros clandestinos se fabrican narcolanchas para consumo propio y para “exportar” al sur de España en colaboración con delincuentes y talleres de Portugal, país en el que incomprensiblemente todavía sigue siendo legal fabricar estos engendros marinos. Para diversificar todavía más la próspera industria del narcotráfico, hace dos años se estableció en Pontevedra -y afortunadamente se desmanteló gracias al trabajo policial- el laboratorio de producción de cocaína más grande de Europa, regentado por colombianos y mexicanos que trabajaban a espaldas de los clanes gallegos.

Crecen también de forma alarmante los asentamientos de organizaciones criminales de medio mundo que han llegado para quedarse, traficar y blanquear las sucias fortunas de la droga. Galicia no es ajena a este contexto y las últimas operaciones confirman nuestros peores temores con la presencia creciente de bandas internacionales como albaneses y europeos del este que se unen a colombianos, dominicanos, marroquíes, mexicanos y a los propios gallegos. Una mala noticia sin duda, que tiende a disparar la violencia ya de por sí existente en torno al narcotráfico.

Cifras récord de tráfico, asentamiento de mafias internacionales, incremento exponencial de la violencia… en España estamos ante un problema de seguridad nacional, como ya se ha manifestado a nuestro gobierno y recientemente ante la Comisión Mixta de Adicciones del Congreso-Senado. Es urgente e imprescindible reaccionar y tomar las decisiones adecuadas para combatir con unas mínimas garantías lo que ya es una amenaza para la salud, la seguridad y el bienestar de nuestra sociedad.

Las soluciones a nuestro juicio pasan por agilizar la Justicia y dotarla de los medios necesarios, como también hay que dotar de los medios necesarios a nuestras fuerzas de seguridad. Policía Nacional, Guardia Civil y Vigilancia Aduanera necesitan recursos y apoyo, también legal, para hacer su trabajo. Resulta imperativo también cambiar una legislación, en algunos casos anacrónica y que no se corresponde con la realidad actual ni con la gravedad de los delitos cometidos. Con una Ley de Enjuiciamiento Criminal del siglo XIX parcheada y que no da para más nos enfrentamos a poderosos carteles internacionales de la droga con financiación ilimitada, medios y organización del siglo XXI.

Entrando en el caso gallego, después de más de treinta años sufriendo en carne propia la lacra del narcotráfico, con todos agravantes citados y el tercer submarino cargado de droga en nuestras costas parece más que necesario, imprescindible, que Galicia disponga de un Plan Especial de Lucha contra el Narcotráfico.

Pero la reacción no solo debe ser política, debe ser también social. No olvidemos que los miles de kilos de droga llegan para abastecer a un mercado que los paga y los consume con avidez en el contexto de una sociedad donde consumir drogas en tiempo de ocio está banalizado y normalizado. Es imprescindible también profundizar en el rechazo social al tráfico de drogas y a la figura del narcotraficante.

Como hemos indicado, estamos en un momento especialmente delicado y de las decisiones que se tomen ahora dependerá el futuro de la lucha contra el narcotráfico. La experiencia de otros países nos permite vislumbrar las devastadoras consecuencias a las que nos enfrentamos si como sociedad dejamos crecer -por acción u omisión- el tráfico de drogas: aumento descontrolado de la violencia, corrupción política y social, inseguridad, retroceso económico, personas y familias destrozadas, altos índices de fracaso escolar, dolor y miseria son algunas de ellas.

Es responsabilidad de todos evitarlo.

Manuel A. Couceiro Cachaldora

Presidente Fundación Galega contra o Narcotráfico