Cierra Regalos Duende tras más de 40 años en Santiago: las zonas viejas se revitalizan teniendo habitantes

Cierra Regalos Duende tras más de 40 años en Santiago: "las zonas viejas se revitalizan teniendo habitantes"

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Cierra Regalos Duende tras más de 40 años en Santiago: "Las zonas viejas se revitalizan con habitantes"

Ana lleva toda su vida detrás de un mostrador, empezó en la tienda de sus padres y desde agosto de 1984 en el número 10 de la rúa da Caldeirería con Regalos Duende. El 26 de enero se jubilará, dejando el stock de sus productos en la mercería que regenta su hija en el número 13 de esa misma calle

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Ana comenzó con 14 años en la tienda de sus padres en Ulla, en el concello de Vedra, dice que "no tenía nada que perder" y con 23 años, en el año 1984, abrió su propia tienda en el número 10 de la rúa da Caldeirería, en plena zona vieja de Santiago de Compostela. Tras más de 50 años detrás de un mostrador, el 26 de enero cerrará las puertas de Regalos Duende para disfrutar de su jubilación.

Comenzó vendiendo productos más de decoración, con muy poca bisutería que ahora es lo que predomina en la tienda. "Se llevaba muchísimo la porcelana, porque recuerda que venimos de una época en que no había nada en las casas", rememora Ana, "la gente tenía muchas ganas de tener un florero y no ponerlo en el bote de las aceitunas, fue un cambio totalmente de época".

En Regalos Duende lo que más vendieron, "toda la vida", fueron los regalos de eventos, como de bodas o comuniones. "Antes la gente se casaban con 150 o 200 personas, y ahora se casan con 30", comenta Ana quien también explica el cambio de regalos que hubo por estas fechas navideñas, "la gente regala menos cosas materiales porque tiene de todo, entonces regala más experiencias y más cosas".

Tras tantos años de experiencia Ana menciona que "te tiene que gustar", "a mí me encanta, me encanta agradar a la gente, que no es lo mismo que gustar", puntualiza. "No le vas a gustar a todos, que no eres un churrasco", bromea, pero explica que le gusta que la gente "marche contenta y bien atendida". "Te tiene que gustar el trato con la gente, que se está perdiendo". Para Ana el éxito para durar tantos años en el local es "respetar al cliente" .

Revitalizar la zona vieja

Ahora le espera otro punto de su vida: su jubilación, más que merecida tras estar trabajando desde los 14 años, "espero no echar mucho de menos nada, espero encontrar todo estupendo" comenta Ana que también explica que seguramente eche de menos la rutina de trabajo, "como todos los jubilados".

En el caso de Regalos Duende sí que va a haber cierto relevo generacional, su hija con una lencería en esta misma calle de la zona vieja compostelana, pero en el número 13, se quedará con la mercancía del local.

Tener un comercio local en pleno casco histórico de Santiago es más un milagro y un reto que algo común, muchos de ellos cerraron y otros están a punto, debido a jubilaciones, pérdida de clientes o falta de relevo generacional. "A la gente le duele muchísimo que la zona vieja cambie, luego no viene a comprar y te sigue preguntando por locales que cerraron hace 40 o 10 años", lamenta Ana, "a todo el mundo le da mucha pena la zona vieja, pero nadie mira por ella".

También lamenta la pérdida, más bien escasez, de vecinos en la zona vieja. "Lo que hace falta en las zonas viejas es que venga a vivir la gente, que le faciliten poder vivir" y añade que "las zonas viejas solo se revitalizan teniendo habitantes, y para tener habitantes hay que dar facilidades de convivencia".