María Hermida y Santiago Outes en el horno de Panadería da Aldea, en A Coruña.

María Hermida y Santiago Outes en el horno de Panadería da Aldea, en A Coruña. Quincemil

Economía

La vida se encarece en A Coruña en 2026: del pan al café, de las obras a la peluquería

Servicios y sectores productivos auguran un nuevo año con subidas de precios por aumentos de costes, no todas aplicadas desde el 1 de enero porque ya se han repercutido otras a los consumidores en los últimos meses. "Antes no lo hicimos, ahora no queda más remedio"

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Uno de enero. Circular por la AP-9 es más caro. La subida del peaje por la autopista que cruza Galicia de norte a sur es una realidad cada año. En 2026, de nuevo. A la espera de que el BOE publique en los próximos días los nuevos importes por tramo aplicando el dato del IPC de noviembre, se estima que las tarifas subirán un 4%. No será lo único que suba para los gallegos.

El pan, el café, el chocolate y los dulces, la peluquería, el cemento o los viajes serán más caros. Pero no todo lo hará de forma automática el primer día del nuevo año.

Algunos de estos productos o servicios ya han encarecido a lo largo de 2025 y los negocios han repercutido a sus clientes el aumento de costes que han tenido que asumir. Otros no lo han hecho en los últimos meses y prevén hacerlo a partir de ahora, en enero, febrero o cuando lo determinen.

Cada sector tiene su particularidad y, por tanto, su modo de proceder a la hora de ajustar precios, que en algunos ámbitos dependen de la cotización de productos en los mercados, como el café, o del valor que alcancen por razones geopolíticas, como los combustibles.

No todos los hoteles, por ejemplo, tienen la misma categoría o el mismo volumen de personal y clientes; y no todas las peluquerías son del mismo tamaño y afrontan los mismos costes.

"Con los huevos, la mantequilla, la harina y el cacao por las nubes, tenemos que subir las barras, las bollas y los dulces. Antes no lo hicimos, ahora no queda más remedio"

María Hermida, propietaria de Panadería da Aldea

Tarde o temprano a lo largo del nuevo año, los gallegos notarán que el inevitable aumento del coste de la vida afectará a sus bolsillos y condicionará sus gastos, tanto para desplazarse como para consumir.

El taxi y el bus

En el terreno de la movilidad urbana, las tarifas del taxi han aumentado alguna vez con el cambio de año. En A Coruña, donde los profesionales pidieron subir el precio al empezar 2025 para hacer frente al coste de las aseguradoras, las organizaciones del sector, Tele Taxi y Radio Taxi, han propuesto para 2026 al Concello y a la Xunta el mantenimiento de los precios en suelo urbano y una revisión en los servicios entre municipios.

El sector plantea este incremento del precio en la bajada de bandera en un momento en el que han tenido que asumir la subida de costes y en plena competencia con los VTC (vehículos de transporte con conductor), con la irrupción de compañías como Uber o Bolt a los que la ley gallega solo permite operar servicios interurbanos, a pesar de que circulan en algunas ciudades.

El billete ordinario del bus urbano en A Coruña mantendrá el precio de 1,30 euros y el Estado ha prorrogado las ayudas al transporte público con rebajas del 50% en abonos cubiertas por el Gobierno central y el municipal.

El café y la hostelería

Una cafetería del centro de A Coruña con marca propia de café, Veracruz, ha subido el precio dos veces en lo que va de año y no lo va a hacer el próximo 1 de enero. En cambio otra, Manxares, sí lo repercutirá a partir del día 2, diez céntimos. "El kilo de café nos ha subido cuatro veces este año", explican. Muy cerca, el Café Universal, aún no lo ha decidido tras haber tenido que elevar el precio cuatro veces desde que reabrió en 2024.

"Cada establecimiento tiene su propio sistema. Las subidas que hemos afrontado durante el año unos ya las han repercutido, otros lo hacen en febrero a la vuelta de las vacaciones que se suelen tomar en enero", indica Héctor Cañete, presidente de los hosteleros coruñeses.

Un cliente consume en la terraza de una cafetería de A Coruña.

Un cliente consume en la terraza de una cafetería de A Coruña. Quincemil

La caída de la producción global de café, en parte debido a los efectos del cambio climático, y el aumento de la demanda en países donde ahora crece el consumo, como China, están detrás del aumento del precio, explica Cañete.

La hostelería, añade el presidente, asume también otros gastos que obligan a repercutir en el cliente, como "los impuestos a los azúcares", "costes laborales disparados" y la subida de la tasa de basuras, aprobada en el Pleno en octubre, que se modificará progresivamente hasta 2029 y el próximo año obligará a los coruñeses a pagar un fijo de 60,98 euros.

"Normalmente estamos repercutiendo menos que la subida real del coste de la vida, si no sería insostenible. Esto está provocando que los negocios sean cada vez menos rentables", advierte Cañete.

El pan y los dulces

Los pequeños hornos de pan y postres ya no van a poder contener precios en 2026. "Con los huevos, la mantequilla, la harina y el cacao por las nubes, tenemos que subir unos céntimos las barras, bollas y dulces. Antes no lo hicimos, ahora no queda más remedio", asumen María Hermida y Santiago Outes, responsables de Panadería da Aldea, en la calle Zalaeta de A Coruña.

En Panem, en San Andrés, no hay previsión de encarecer las barras de pan, pero los clientes ya han tenido que pagar más últimamente por los productos con cacao y sin gluten.

Barras de pan en el escaparate de una panadería de A Coruña.

Barras de pan en el escaparate de una panadería de A Coruña. Quincemil

El kilo de cacao se ha disparado de 15 a 25 euros de media, según repasan obradores de postres coruñeses, tras un periodo de malas cosechas. Los turrones de chocolate, por ejemplo, han salido más caros esta Navidad. Tras repercutir los precios a la clientela en menor medida a como a ellos les ha afectado durante el último año, ahora los pasteleros reorganizan su producción sin saber si tendrán que volver a elevar los precios.

La peluquería

Cortarse el pelo o cambiar de peinado será más caro en 2026. Lo normal es que las peluquerías de A Coruña suban el precio una vez al año para compensar los gastos en energía, alquiler, productos de belleza e impuestos. Si no lo hacen en enero, será más adelante, porque a los costes habituales ahora se suman otros.

"Si queremos mejoras en el servicio, hay que aplicarlas a los precios. Las peluquerías aguantan con alfileres, nos dirigimos a que el servicio esté más espaciado o se especialice más"

Asunción Catoira, presidenta de la Asociación de Estilistas Coruñeses

Explica Asunción Catoira, presidenta de la Asociación de Estilistas Coruñeses, que el sector ha acordado un convenio autonómico de inmediata aplicación que supone un incremento salarial del 13% y la reducción de una hora semanal. En total, calcula, los profesionales asumirán un aumento de costes del 18%.

"Si queremos mejoras en el servicio, hay que aplicarlas a los precios. O lo subes o lo subes, pero habrá algunas peluquerías, con un empleado, que quizá no lo hagan", explica Catoira. "El sector aguanta con alfileres. Nos dirigimos a que el servicio esté más espaciado o se especialice más".

La construcción

A lo largo de 2025 aumentaron los precios del cemento y el hormigón, hasta duplicarse el metro cúbico, influenciados por el coste de los derechos de emisión de Co2. Áridos, cerámicas, madera y acero se contuvieron. Pero no solo los materiales determinan la evolución del precio, como advierten las empresas que los venden.

Obreros en un edificio en construcción en A Coruña.

Obreros en un edificio en construcción en A Coruña. Enrique Romanos Tardío

"La escasez de mano de obra causa baja productividad y hace que se encarezcan obras en el sector entre un 70% y un 80%. Esta situación y la subida del cemento, que se nota mucho, hace que antes o después tengas que repercutir, porque los márgenes son muy justos", detalla Juan Rodríguez, responsable de compras de Novolar, empresa de venta de materiales de construcción de A Coruña.

Hoteles y viajes

¿Y viajar será más caro? "Cualquier subida tiene que ser muy controlada porque hay que tener en cuenta la economía de las familias y al mismo tiempo los hoteles tenemos que seguir siendo atractivos", reflexiona el presidente de Hospeco, Agustín Collazo, que apunta que cada establecimiento decide su política de precios "según cómo se vea afectado por la subida del IPC o por los gastos (energía, alimentación...)" que afronta cada año.

El hotel es parte del paquete viajero, que incluye desplazamientos y servicios dependientes de otros factores que escapan de la demanda. Agustín Vázquez, director de Ola Mundo! y agente de viajes, prevé que la fluctuación de los precios de los carburantes y la "creciente tendencia a viajar, cada vez con más destinos y otras alternativas de alojamiento" eleven los precios.

"Con demanda viajera sube el precio, que cada vez es más dinámico. Porque si suben los hoteles o los coches de alquiler, se encarece el paquete".