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Las mejores cosas que ver en San Cibrao, en A Mariña Lucense

En un rincón de la Mariña lucense se encuentra San Cibrao, un pequeño pueblo costero con numerosos atractivos, entre los que se encuentra una curiosa sirenita: la Maruxaina.
Vista aérea de San Cibrao.
turismo.gal
Vista aérea de San Cibrao.
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A menudo es el gran olvidado en las visitas al norte de Galicia a favor de otras poblaciones más grandes y a priori más atractivas como Foz o Viveiro. El pequeño San Cibrao, con no más de 2000 habitantes, es un pueblo del municipio de Cervo que pertenece a la comarca de la Mariña Occidental lucense. Es casi una península abierta al Cantábrico, formada por la unión de una isla (o Porto de Arriba) con la parte continental (Porto de Abaixo, también llamado Figueras) a causa de la acumulación constante de arena. 

San Cibrao tiene carácter marinero, y eso se palpa en cada una de sus esquinas, en su puerto pesquero, sus pintorescos barrios, sus playas tranquilas y sus característicos “Farallóns”, un grupo de tres islotes frente a la península que ya son uno de los símbolos de la localidad. 

San Cibrao tiene muchas cosas que ver y todas bonitas. Esta es nuestra selección de lo mejor que ver en San Cibrao. 

1. Su tradicional puerto pesquero

Panorámica de San Cibrao (Foto: turismo.gal)

San Cibrao aún conserva el tradicional carácter marinero de su pequeño puerto, que ya en época medieval destacaba por la construcción de carabelas y posteriormente por las fábricas de salazón, cuya huella aún se puede apreciar en los restos del conocido como Castillo Marino de San Cibrao. 

Un paseo por el actual puerto, que mantiene su fisonomía original de 1940, no se entiende sin pasar por su lonja o su cofradía, o echando un vistazo a sus casetas de pescadores. Otra actividad interesante es observar la pesca del día: lubinas, percebes o, en menor medida, pulpo. 

2. Sus pintorescos barrios marineros

Barrios de San Cibrao (Foto: Shutterstock)

Hay dos zonas fundamentales en el pueblo para entender su distribución: Porto de Arriba y Porto de Abaixo. San Cibrao nació de la unión del primero, que era una isla, con el segundo, la zona continental. Se cree que acabaron uniéndose por la acumulación de grandes cantidades de arena, que acabaron por compactar ambas zonas y crear una especie de corredor entre ellas. 

Es en Porto de Arriba donde se encuentra el barrio de marineros, donde ver su actividad diaria o contemplar el trabajo tradicional de las "redeiras". 

3. El faro de Punta Atalaia

Faro de Punta Atalaia (Foto: turismo.deputacionlugo.gal)

El faro actual se construyó en 1983 debido a la gran proyección que alcanzó en la zona la fábrica de Alcoa-San Cibrao, que aumentó considerablemente el tráfico marítimo en este tramo de la costa de Lugo. 

Pero antes hubo otro, el primero que tuvo la localidad, construido en el S. XIX y de menor alcance que el nuevo. Otra actividad justificó en este caso su edificación: el comercio generado por las fábricas de Sargadelos, que movían a gran cantidad de embarcaciones. Es del mismo ingeniero que el faro de Illa Coelleira, Marcelo Sánchez Novellán y se ubica al final del pequeño cabo de Punta Atalaia, un auténtico balcón al mar. 

Muy cerca están los tres islotes llamados Os Farallóns (Sombriza, Baixa y Pe), situados a casi una milla de la Atalaia. 

4. El Museo do Mar

Museo do Mar (Foto: turismo.deputacionlugo.gal)

Fue en 1969 cuando la Deputación de Lugo tomó conciencia del importante patrimonio que significaba el mar y todo lo relacionado con él para el pueblo de San Cibrao. Tomando como referencia la colección de un maestro local, Francisco Rivera Casás, nació el Museo do Mar de San Cibrao, un auténtico homenaje a la Mariña Lucense a través de una exposición permanente que pretende dar a conocer la vida marinera en estas costas a lo largo de su historia. 

En él encontramos interesante información sobre la carpintería de ribera, los oficios derivados de las actividades del mar y hasta sobre la caza de ballenas, habitual en Galicia desde el S. XII hasta principios del XIX. 

5. La capilla de San Cibrao

Este pequeño templo de origen incierto, que algunos historiadores datan en el S. IX pero del que sólo hay constancia oficial desde el año 1128, se encuentra en el barrio llamado Porto de Arriba. 

La capilla está dedicada al santo de la localidad, San Cibrao, y destaca por su retablo mayor, ya que en su exterior predomina la sencillez de líneas. Por su antigüedad e importancia histórica, es otro de los lugares que hay que ver en San Cibrao. 

6. Sus tranquilas y recogidas playas

Praia de O Torno (Foto: turismo.deputacionlugo.gal)

Los arenales de San Cibrao destacan por ser tranquilos y recogidos, a pesar de hallarse en pleno noroeste peninsular. El más conocido de ellos es la Praia de O Torno, reconocida por la Unión Europea con la Bandera Azul por la calidad de sus aguas. Pero hay otras dos playas: Cubelas y A Caosa.

7. La sirenita de San Cibrao: la Maruxaina

A Maruxaina (Foto: turismo.deputacionlugo.gal)

Con seguridad conoces la famosa Sirenita de A Coruña, situada en la playa del Matadero, pero quizá no sabías que en Galicia tenemos alguna que otra sirenita más, en este caso en San Cibrao: la Maruxaina. 

Dice la leyenda que la Maruxaina vive en un castillo sumergido junto a Os Farallóns, y que a veces ayuda a los marineros a volver sanos y salvos a casa y otras se vuelve malvada y trata de confundirlos con sus cantos para que sus barcos naufraguen en el mar. Es por eso que cada mes de agosto en San Cibrao se celebra un juicio a la Maruxaina, en el que se lleva su figura en procesión por las calles del pueblo hasta la Praia do Torno, donde se determina si es culpable o se merece un indulto. 

En todo caso, es curioso contemplar su figura, mitad humana, mitad pez, en medio del mar y cubierta parcialmente de agua. 

Emma Sexto

https://unmundoinfinito.com/

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