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Juicio Alvia: Un ex-cargo de Adif culpa a Renfe y sus maquinistas de no trasladar el riesgo de la curva de Angrois

El ex compañero de Andrés Cortabirtate en Adif señaló a la formación de los maquinistas como responsable de los análisis de riesgos en la zona de la tragedia
 El excargo de Adif Alfonso Ochoa, acompañado de los abogados del Estado
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El excargo de Adif Alfonso Ochoa, acompañado de los abogados del Estado

La octava jornada del juicio por el accidente del tren Alvia, que el 24 julio de 2013 descarriló en Angrois y provocó 80 muertos y 145 heridos, continuó este jueves 10 de noviembre con el testimonio de Alfonso Ochoa, ex director general de Operaciones e Ingeniería y ex responsable de la Dirección General de Explotación y Desarrollo de Infraestructura de Adif. Fue el único testimonio de la jornada, vital para la defensa del operador ferroviario, que al igual que la administración sostiene que el maquinista, Francisco Garzón Amo, es el único culpable del accidente.

A preguntas del abogado del Estado, el ex-dirigente de Adif especificó que la modificación del proyecto, que cambió la instalación del sistema de seguridad ERTMS en los últimos tramos del trazado, no dependía del administrador ferroviario sino del Ministerio de Fomento. "Adif no toma esa decisión porque concierne sobre todo al ministerio", añade.

Ochoa entra en el juicio propuesto por la abogacía del Estado que representa a su antiguo empleador. Precisamente en el interrogatorio, el testigo consideró "correcta" la decisión de cambiar el proyecto porque "no tenía sentido" explotar la línea con dos cambiadores de ancho, algo que suponía dificultades y "limitaciones" para el mantenimiento de la infraestructura.

Sobre la falta de señalización en la curva de Angrois, Ochoa defendió que las indicaciones de reducción de la velocidad no eran necesarias porque no se iba a recuperar la velocidad normal de tramo y ha destacado que el libro de velocidades le parece "más seguro" "porque así sabe exactamente la velocidad a la que tiene que ir". Sobre la falta de balizas en la curva, Ochoa, al igual que Andrés Cortabirtate, el acusado en el juicio y ex dirigente de seguridad en Adif, discutió que hiciera falta porque en tramos similares del sistema ferroviario no existían.

El testigo continuó su declaración señalando que le "sorprendió" que un maquinista pudiese desatender la conducción durante 100 segundos, los que duró la llamada entre Garzón Amo y el interventor del tren en instantes previos al descarrilamiento. Ochoa aseguró que era tarea de Renfe y no de Adif la de controlar que los maquinistas circulasen por las líneas en funcionamiento correctamente. "Entiendo que quien debe evaluar si es posible o no es el responsable del factor humano en la conducción, que concierne al operador".

Alfonso Ochoa cementa así la estrategia de inocencia de Adif, que responsabiliza tanto a Garzón como a Renfe del accidente y desvía el foco del papel de Cortabitarte y el Ministerio de Fomento.

La desconexión de ERTMS y la peligrosidad de la curva

Sobre la polémica desconexión del sistema de seguridad ERTMS, el ex dirigente de Adif indicó que tuvo conocimiento de la situación a través de un correo electrónico de Cortabitarte, en el que explicaba que se hizo por incidencias del sistema. Preguntado si le parecía normal la situación Ochoa reiteró que no le parecía "que hubiera otra opción".

El testigo señaló que el sistema se desconectó no por cuestiones de seguridad, sino por "cuestiones de circulación" y que "puede ocurrir que un tren en vez de 300 vaya a 200 y genere retrasos". Por tanto la consigna sobre la desconexión, para evitar tener que informar a diario , autoriza la desconexión hasta que se arregle el sistema. En definitiva "una formalidad".

En la interrogación de manos del abogado del estado, el antiguo responsable de Adif calificó como especulación lo que ya habían dicho otros testigos en jornadas previas: que con el ERTMS en los últimos tramos del viaje no se hubiese producido el accidente. Señaló al maquinista, que tendría que haber reconocido el

Al igual que había hecho Cortabitarte en su declaración, Ochoa defendió la normalidad de la curva de Angrois, frente a la "singularidad" con la que se han referido las acusaciones en este proceso judicial. Señaló las mismas cifras que su antiguo compañero de trabajo, unos cien tramos en España cuentan con las mismas condiciones y no había balizas, algo que cambió con el accidente.

"Que cada palo aguante su vela"

A preguntas de la Fiscalía, Ochoa también contradijo los testimonios que han dado varios maquinistas ante la jueza Fernández Currás, indicando que las señales se ven "perfectamente" tanto a 200 como a 300 kilómetros por hora. El fiscal presionó al ex dirigente de Adif por sus declaraciones sobre la responsabilidad de Renfe, pero el testigo insistió que era competencia del operador formar a los conductores y evaluar el riesgo de desatención. "Que cada palo aguante su vela", declaró el testigo, que apuntó que esta es la norma en el conjunto europeo.

Mientras el representante incidía en esta línea, Ochoa redobló la inocencia de Adif en todo lo relativo al análisis de riesgos de la curva. "Quién puede percibir ese riesgo realmente son los maquinistas", ha insistido, añadiendo que "hay unos canales en su empresa que se comunican por menos de nada".

"Los maquinistas comunican cosas con muchísima facilidad, cuando quieran. Si lo han considerado, no lo han sabido trasladar", ha resuelto.

Concluido el interrogatorio del Ministerio Público, el resto de acusaciones continuaron la vista con sus preguntas. El letrado de la asociación de víctimas Apafes comenzó cuestionando la imparcialidad del testigo, por su papel en él y su relación con uno de sus acusados, algo que él negó. El abogado hizo referencia al documento firmado por el testigo en el que afirmaba con rotundidad que si el maquinista hubiera frenado tan solo 4 segundos antes, no se hubiera producido el accidente.

Sobre este informe que Ochoa había redactado para Adif, el acusado señala que tanto la empresa como "el director de asesoría jurídica" le habían encargado del estudio. En esta tanda de preguntas de las acusaciones uno de los momentos más tensos ha sido la reprimenda de la magistrada Elena Fernández Currás al letrado de la la Plataforma de Víctimas, mientras interroga al testigo sobre los informes que había firmado.

Defensa de Renfe

Cuando llegó el turno del abogado representante de Renfe, Alfonso Ochoa tuvo que defender sus acusaciones que durante toda la jornada había estado lanzando al operador. Durante el interrogatorio, el ex cargo de Adif ha admitido que el administrador de la vía realizaba inspecciones en cabina para evaluar el riesgo de accidente por factor humano supervisando la conducta de los maquinistas. "Hace la observación de vigilancia de conducción", indicó explicando el papel del inspector de Adif.

"Es una forma de conocer la respuesta de quienes conducen con la infraestructura", señaló. El letrado de de Renfe ha seguido en esta línea para demostrar la obligación que tenía Adif en el análisis de la seguridad, y salvar así al operador de la posible culpa.

Culpa a los maquinistas de no haber dado la voz de alarma

El último interrogatorio del día, y que elevó el tiempo total del testimonio a las seis horas. Ya cansado y algo frustrado por la longitud del proceso, en el que varios abogados habían sido reprobados por repetir preguntas, Ochoa se enfrentó al cuestionamiento de la defensa del maquinista Franscisco Garzón, sentado en el banquillo de los acusados.

El letrado fue duro con el ex dirigente, en parte por su papel como autor de varios informes que demostraban precedentes de descarrilamientos por exceso de velocidad en otras partes de la red ferroviaria de España en años previos a la tragedia de Angrois. Cuando le preguntaron si este tipo de incidentes eran nuevos en el sistema ferroviario, el ex cargo de Adif admitió que se conocen ""desde el origen de los tiempos" los riesgos.

A lo largo del interrogatorio ha habido momentos de tensión, en particular entre la defensa del maquinista y la de Adif, representada por los abogados del Estado. Estos últimos argumentan que no estaba dejando responder a testigos y ambos han resultado reprendidos por la jueza. En un momento dado cuestionado por la responsabilidad de Adif en la seguridad en la vía, Ochoa ha vuelto a colocar la culpa sobre los maquinistas y ha afirmado que "no vale llorar sobre leche derramada y echarse la culpa el uno al otro". Esta respuesta se ganó una nueva intervención de la magistrada Fernández que ha señalado que es la práctica que tanto él, como Adif y Renfe llevan haciendo desde que comenzó la jornada.

Sin embargo, quizás la frase más emblemática que ha dejado el testigo sobre su posición en el juicio ha sido la que pronunció casi al final del día, en referencia a las advertencias de los maquinistas sobre la peligrosidad de Angrois. "Si en lugar de hablarlo en la cantina lo hubiesen traspasado a los consejos territoriales de seguridad, nos habría hecho un favor, la verdad", contestó al letrado defensor de Garzón.

La declaración terminó finalmente a las 14:36 horas, unas seis horas para un único testigo, y haciéndolo el más largo hasta la fecha. Mañana, viernes 11 de noviembre continuará el juicio con un trabajador de la Dirección de Instalaciones de Control de Tráfico de la Dirección General de Operaciones e Ingeniería de ADIF, que fue el autor del proyecto modificado de instalaciones del subsistema de control, mando y señalización. 

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