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El 28-M en Santiago de Compostela: ¿Llegará Bugallo a los 20 años en la alcaldía?

Los votantes tendrá que decidir el futuro de una ciudad cada vez más tensionada por el turismo y que desangra habitantes
De izquierda a Derecha, María Rozas (CA), Xosé Sánchez Bugallo (PSdG), Borja Verea (PP) y Goretti Sanmartín (BNG)
Quincemil
De izquierda a Derecha, María Rozas (CA), Xosé Sánchez Bugallo (PSdG), Borja Verea (PP) y Goretti Sanmartín (BNG)

En estos comicios municipales Santiago de Compostela se mueve hacia un cambio de ciclo. Los votantes tendrán que decidir el futuro de una capital que continúa perdiendo población y busca la modernización de su núcleo urbano a la vez que se adapta a una turistificación provocada por números récord de visitantes del Camino de Santiago.

Las elecciones del 28 de mayo se presentan como una oportunidad para respaldar la gestión del ejecutivo del PSdG y del alcalde Xosé Sánchez Bugallo que podría llegar a los 20 años en la alcaldía. Después de casi una década de política municipal plagada de convulsiones, que incluyó entre otras cosas tres alcaldes del Partido Popular en una misma legislatura o la entrada de las mareas en el consistorio municipal, los comicios de 2019 prometían ser una vuelta a la gestión y al continuismo al que estaba acostumbrada la ciudad con el regreso de Bugallo

Entonces el PSdG consiguió 10 de los 25 concejales actuales, seguido de cerca por el Partido Popular con otros ocho. Compostela Aberta, la formación que había gobernado la ciudad de 2015 a 2019, perdió su hegemonía y tan solo conservó cinco de los ediles, mientras que el BNG aguantó con dos. El partido encabezado por Bugallo optó entonces por gobernar en minoría, con apoyos puntuales sobre todo de la mano de Compostela Aberta y el BNG. Esta inicial composición el Pleno fue cambiando, sobre todo en los últimos compases de la legislatura, con la dimisión del Javier Fernández, antiguo responsable de Obras al grupo de no adscritos, y la dimisión de José Manuel Pichel por un controvertido caso de posible corrupción. 

Composición actual del Pleno de Santiago (Quincemil)

De estos últimos cuatro años, la ciudad acogió un doble Xacobeo, recibiendo a un récord número de peregrinos, estrenó la estación Intermodal y reguló la presencia de pisos turísticos en varias zonas tensionadas, entre ellas el casco histórico. La relación entre turistas y residentes, sin embargo, ha ido empeorando cada vez más, con vecinos denunciando actitudes incívicas e inmobiliarias reclamando que se conserve el carácter residencial de la capital.

A pesar de esto, Compostela no ha cambiado demasiado en el plano urbanístico. Al igual que muchos otros ayuntamientos Santiago comenzó esta legislatura apostando por importantes peatonalizaciones como la de las calles del Hórreo, Concheiros o Clara Campoamor. Sin embargo se ha ido encontrando de nuevo frente a los problemas más enquistados de la ciudad. El edificio del antiguo colegio Peleteiro, que lleva unos 20 años paralizado, o la Casa de la Xuventude en la plaza del Matadoiro son algunos de los inmuebles más característicos de la falta de acuerdo en el Pleno. 

La Casa da Xuventude de Santiago.

El candidato o candidata que ostente el bastón de mando la próxima legislatura también tendrá que hacer frente a la dificil situación de la vivienda en la ciudad. Alquileres que han llegado estos últimos años a precios históricos, pisos de dificil habitabilidad, falta de vivienda disponible… Las medidas que el Gobierno central ha puesto sobre la mesa para paliar el problema, como la movilización de pisos de la Sareb o de parcelas que pertenecen al Ministerio de defensa apenas tendrán impacto en la capital gallega. El problema de la vivienda se ha planteado casi como un impedimento al propio modelo de ciudad y la razón por la que Santiago desangra habitantes que prefieren mudarse a localidades vecinas como Ames, Teo o Sigüeiro para conseguir mejores precios. 

Un Pleno dividido de difícil gobernabilidad 

Las perspectivas de cara a este 28M para los cuatro partidos principales es, como mínimo, complicada. El partido socialista llega a los comicios con un fuerte desgaste y con un Bugallo que tiene difícil mantener incluso la representación actual, alejando la posibilidad de mantenerse él solo en el gobierno. El actual regidor se apoya en los datos económicos, con Santiago entre las ciudades con menor paro de España y con el crecimiento del suelo empresarial que ha ido teniendo lugar estos años, especialmente en el polígono de A Sionlla, donde también se ha instalado el Biopolo. 

Mientras tanto, el Partido Popular encara los comicios con una lista renovada prácticamente en su totalidad y que ha hecho de su campaña una puja por “desbugallizar” Santiago. Verea ha hecho de las grandes propuestas urbanísticas, como el soterramiento de la calle Virxe da Cerca, la construcción de un aparcamiento soterrado en el Campus Sur o el derribo de la Casa de la Xuventude, un eje provincial de su candidatura para pensar a la capital en futuro, como explica su lema Compostelaré. 

Render del "Paseo de Galicia" propuesto por el PP de Santiago

Por su parte los nacionalistas han optado por Goretti Sanmartín, con la esperanza de convertirla en la primera alcaldesa de Santiago. En los últimos días varias encuestas han mostrado un fuerte crecimiento de la formación, y, aunque no suficiente como para poder hacerse con el bastón de mando, sí apuntan a que se convertirán en el voto decisivo para decidir al próximo regidor o regidora. El BNG se ha apoyado en la líder Ana Pontón durante la campaña, en la que han peleado por demostrar un nuevo modelo de ciudad que supere los “grises” del gobierno actual y los “negros” de la legislatura popular, priorizando a los residentes antes que los turistas. 

Finalmente, Compostela Aberta, con la ex concejala de Hacienda María Rozas a la cabeza, busca defender los ediles actuales con el argumento de que la ciudad ha avanzado gracias a sus propuestas como la de los controles sobre los pisos turísticos. Al contrario que en ciudades como A Coruña, la candidatura nacida de las mareas ha incluido en sus listas a personas de Podemos. Rozas apuesta sobre todo por una municipalización de los aparcamientos de Plaza Galicia y Plaza de Vigo, que terminan sus concesiones en los próximos años, y dar un impulso a Emuvissa, la empresa municipal de vivienda.

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