El mapa de los pisos turísticos en Santiago y sus alrededores: concentrados en el Camino
Santiago de Compostela se ha convertido en el principal campo de batalla para la regulación de viviendas turísticas en Galicia y, como consecuencia, muchas de ellas han ido desapareciendo en los últimos dos años. Con un total de 628 inmuebles en este régimen, la capital gallega ha pasado de contar de un 1,35% a un 1,12% de VUTS en proporción a la vivienda disponible.
A principios de mes contábamos que la ciudad ha vuelto a superar el récord histórico de precio de alquiler, algo que plataformas y asociaciones insisten que es debido a la proliferación de las viviendas turísticas. Sin embargo, tras la llegada de multas y sentencias que avisaban a los propietarios de la necesidad de tener una licencia municipal, son muchos los que han dado de baja sus inmuebles en este tipo de negocio.
Ahora mismo, en Santiago de Compostela, estas licencias estarían limitadas a propietarios de ciertas zonas de la ciudad, ya primeras plantas y bajos. Así lo ha aprobado el Pleno con los votos en contra del PP y la abstención del BNG, aunque casi toda la oposición se ha mostrado en contra de las formas y la falta de consenso con los dueños de las viviendas.
Las zonas más congestionadas de Santiago son también las que sufren hoy en día una mayor despoblación y subida del alquiler: el casco histórico, y zonas del Ensanche Compostelano. Cuanto más cerca de la Catedral, más probable que se encuentre en una vivienda turística.
Zonas cercanas al parque de Belvís, en el barrio de Galeras y hasta Xoán XXIII son las que según el INE tienen más de 29 viviendas en sus contornos. Es justamente en los barrios donde es más difícil encontrar piso, ya no solo para estudiantes sino en general. Según el portal inmobiliario Idealista, un inmueble de alquiler en la zona histórica de Santiago tiene el precio por metro cuadrado más alto de la ciudad con 9,9 euros. Ahora mismo, en una época baja para el mercado, el piso más barato disponible en el casco histórico tiene un precio de 500 euros al mes.
No es una situación extraña. El casco histórico compostelano se ha ido vaciando en los últimos años de servicios esenciales para los propios vecinos. En lugar de bancos o supermercados, los callejones del Centro de Santiago están llenos de tiendas de recuerdos, bares y restaurantes. Es esta falta de servicios públicos a la que grupos como el BNG apuntan para racionalizar la turistificación de la zona vieja y el abandono de naturales de la ciudad.
Entre el coste de acondicionar un inmueble histórico, por el que hay que seguir un riguroso proceso, para ponerlo en un alquiler más duradero y el coste de arreglarlo para los turistas, muchos propietarios lo tienen claro.
El Camino Francés: la ruta de oro para las VUTs
Qué pasa con otros municipios que se encuentran cerca de la capital o caen en los alrededores del Camino de Santiago. En estos pueblos del rural la tendencia es la contraria a la de Compostela y en sus términos municipales el número de VUTs sube.
Arzúa por ejemplo, es la localidad más afectada por este fenómeno, donde, a pesar de estar solo censados cerca de 6.000 habitantes, el pueblo ya dispone de 99 viviendas turísticas de acuerdo con datos del INE. Es precisamente en este municipio en el que la proporción dobla la de Santiago y los pisos turísticos pasan a ser un 2,74% de las viviendas disponibles totales.
Es un fenómeno cada vez más notable ya que, a medida que crece la popular de la peregrinación a Santiago, los albergues tradicionales van quedándose más pequeños y los turistas que buscan acomodaciones más cómodas eligen otras alternativas. Las VUTs ya son el triple de los albergues, cuyo número quedó estancado hace años en 25, pero por la modalidad del alojamiento ofrecen menos camas para pernoctar.
En otros municipios por los que pasa en Camino Francés, como Melide o O Pino la situación no es tan notable, las VUTs en estas localidades apenas representan el 0,79 y el 1,54 % respectivamente, pero sí que comienza a notarse una tendencia. Desde agosto de 2020 hasta agosto de este año, el número de inmuebles turísticos prácticamente se duplicó, pasando de 26 a 47 en el caso de Melide y de 24 a 43 en O Pino.
Una regulación a la escala de la de Santiago de Compostela está muy alejada en estas localidades, si bien es cierto que alguno de los alcaldes, como el arzuano José Luis García, comenzaba a hacer notar su preocupación sobre la proliferación de estos alojamientos.
Ría de Muros y Noia
También en el área de influencia de Santiago de Compostela, pero algo más alejado se encuentra la ría de Muros y Noia. La primera de las Rías Baixas sufre al igual que su compañeras un fenómeno de turistificación, pero más relajado que en Arousa o Pontevedra.
En esta zona, las localidades más afectadas son Porto do Son y Muros. Ambos municipios a las puertas del Atlántico son conocidos por sus amplias playas y el encanto de sus cascos históricos. Allí se suelen asentar sobre todo en el caso de Porto do Son turistas del interior de Galicia que quieren pasar unas semanas de verano en la costa.
Muros cuenta con un total de 155 viviendas de uso turístico, según los datos del INE, lo que supone el 2,74 % de los inmuebles totales. Estas se concentran sobre todo en las zonas hacia el final de la ría, donde está el recinto natural de Montes y Lagoa do Louro, y en playas como la de Esteiro.
Porto do Son tiene algunas viviendas más, un total de 187, en agosto de 2022, lo que eleva el impacto a casi un 3%, el doble que Santiago. En este caso no están todas tan concentradas, sino que la dispersión del territorio sonorense deja las viviendas en zonas repartidas, en lugar de centrarse en un núcleo particular.
Precisamente en Porto do Son el precio de compra de la vivienda ha ido subiendo ligeramente en el último año. El precio medio del metro cuadrado está en los 1.399 euros según los informes de Idealista, un 5,9 % más que el año anterior.
