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A Coruña realizará un seguimiento a las personas hospedadas en el albergue de Riazor

El pabellón cierra tras dos meses y el Concello trabaja con los usuarios para evitar que vuelvan a dormir en la calle
Concello da Coruña
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La Concellería de Benestar realizará un seguimiento de todas las personas que se hospedaron en el albergue temporal de Riazor durante la pandemia de coronavirus. Las instalaciones cierran sus puertas hoy después de dos meses durante los cuales alrededor de un centenar de personas se beneficiaron del servicio.

El Concello da Coruña invirtió más de 422.000 euros en la adaptación y mantenimiento de este espacio, lo que supone unos 38.000 euros semanales destinados al alojamiento, comidas, ropa limpia, servicio de ducha y controles médicos. La Concellería de Benestar acaba de realizar "una historia social" de todos los usuarios para buscarles una "salida adecuada" a su personalidad y necesidades y evitar que vuelvan a dormir en la calle, además de comprometerse a realizarles un seguimiento a largo plazo. "Hay un porcentaje alto que están cronificados por su situación o debido a las adicciones que tienen y resulta más complicado, pero trabajaremos con todas y todos ellos", informa el Concello coruñés en una nota.

A dónde fueron los usuarios

Muchas de las personas que se refugiaron en el albergue regresaron a sus municipios de origen o se reagruparon con la familia, en algunos casos tras "años sin tener contacto con los suyos". Algunas acudieron al Fogar de Sor Eusebia o a la institución benéfica social Padre Rubinos, mientras que otras recibieron una vivienda de emergencia.

El ayuntamiento asegura que de las 120 personas que pasaron por el triaje inicial en la entrada del albergue, 107 llegaron a entrar en el pabellón mientras que a las otras 13 se les buscó una alternativa. 11 de los usuarios abandonaron el dispositivo, 15 se reagruparon con sus familias y 14 fueron ayudados a encontrar un lugar en el que domir. Además, cinco personas dejaron el albergue para incorporarse a un trabajo y dos regresaron a los ayuntamientos en los que nacieron. La concejalía les gestionó una opción para quedarse en un albergue o habitación al resto de los usuarios.

Durante su estancia en el albergue, los usuarios recibieron formación y asesoramiento laboral y aquellos que no sabían castellano tuvieron acceso a clases. Además, también se les ayudó a hacer su currículum vitae para ayudarles de cara a su reincorporación a la sociedad. Estos asesoramientos, además de las otras ayudas proporcionadas durante su estancia, llevaron a las personas acogidas en el pabellón a escribir una emotiva carta de agradecimiento a los trabajadores.

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