5 marzo, 2023 01:44

Da gusto conversar con Javier Cercas (Ibahernando, 1962) porque siempre va con el arma cargada y porque dispara en todas las direcciones. Dice que un escritor cobarde es como un torero cobarde: mejor que se dedique a otra cosa, que éste es un oficio de riesgo. Cercas es una máquina de titulares y también un conversador generoso que se deja salpicar por los temas, porque la vida mancha. Una lo agradece en esta hora del vermú soleada y gélida en el Hotel de las Letras. Picamos unas patatas fritas y unas Fantas, como noventeros: somos buenos chicos.

[Javier Cercas: "Yo no soy equidistante con la Guerra Civil ni con Cataluña, pero en mi literatura sí"]

La verdad es que Javier se muestra siempre accesible, pero es uno de los grandes, tanto a nivel nacional como internacional. Ojalá tardemos mucho tiempo en empezar a echarle de menos, sobre todo bajo esta nueva luz pegajosa en la que los intelectuales nuestros se ponen de perfil para no ganarse enemiguitos ni perder paneque. Ha escrito algunos de los libros más relevantes de nuestra época -Soldados de Salamina, Anatomía de un instante- y se mete en movidas gracias a sus columnas, una cosa que siempre le mantiene vivo a uno, que le despeina el pelo con rebeldía. 

Por eso ahora publica No callar (Tusquets), una recolección de sus mejores artículos de los últimos veinte años, un auténtico ejercicio de arqueología presente. Con su característica socarronería, con su colmillo, con su piedad, con su humanismo, todo a la vez, desgrana España y Europa y llora a Cataluña. 

P.- Digamos que eres un escritor comprometido con tu época. 

R.- Todos somos responsables de nuestro tiempo. La ciudad es de todos, y, por tanto, todos somos responsables de lo que nos pasa. Un escritor también, ¿por qué no podría dar sus opiniones…? Todos lo hacen ya en redes sociales. Uno también desde su columna o sus libros, aunque sea con pequeñísima repercusión. 

P.- Ah, ¿no te da la sensación de que hay muchos creadores brillantes en sus obras pero estúpidos en el discurso público? Pero les damos ese cetro porque confiamos en su inteligencia… y nos quedamos chafadísimos con sus análisis cuñadescos. 

R.- (Ríe). Bueno, mira Maradona, que era un genio con la pelota en los pies… pero luego en la cabeza no tenía muchas cosas aparte de la pelota. También hay gente que se hace la loca, se hace la tonta. Dalí, por ejemplo, era un especialista en hacerse el tonto, aunque no lo era en absoluto, pero le convenía a su figura, y podía dedicarse a darle sombrerazos al generalísimo Franco. Le iba bien. Yo no me voy a meter con lo que hacen los demás, bastante tengo conmigo mismo, con preocuparme de mí mismo. 

Javier Cercas.

Javier Cercas. Esteban Palazuelos.

P.- ¿Has pagado precios altos por tus opiniones? 

R.- Me duelen los perjuicios que pueda haber ocasionado a mi familia. No es agradable que insulten a tu padre por la calle. 

P.- Vaya, ¿faltones y todo? 

R.- Y en redes ni te cuento, todos los días me insultan y eso que no tengo redes sociales ni nada. Las cosas se tensaron mucho en nuestro país a partir de la crisis de 2008. Antes de esa, la única comparable fue la del 29. Y bueno, ahora estamos en guerra y no sabemos cómo va a acabar. Es lógico que si uno toma partido en medios de difusión y si tus opiniones son controvertidas, la gente vaya a por ti. 

"Me llaman facha para callarme pero pinchan en hueso; soy un charlatán"

P.- ¿Qué te llaman, Javier?

R.- Genocida, de todo. 

P.- Esa no me la sabía. 

R.- Sólo falta que me digan que practico la zoofilia.

[Javier Cercas, Implacable: "Évole Mintió sobre el 23-F de Manera Escandalosa. Pura Industria"]

P.- ¿Eres uno de esos hombres de izquierda a los que ahora llaman “facha”? 

R.- Sí, por supuesto. “Facha” es una palabra muy barata, baratísima. Las críticas me afectan como a todo el mundo, prefiero que la gente me quiera a que no me quiera, ¿no? Pero empieza a importarme menos, porque soy mayor, y porque mi hijo ya es mayor. Me dolía que repercutiese en mi familia, en mi mujer. Es evidente que soy un hombre de izquierdas, ¿no?

Ahora por nada te llaman cómplice del fascismo, pero el título de este libro es No callar: mis odiadores han pinchado en hueso, que se dediquen a otra cosa, porque yo soy un charlatán. Pago un precio por lo que digo, en la vida nada es gratis. Pero un escritor que no corre riesgos no es un escritor, es un escribano. Yo como persona me considero razonablemente cobarde, pero como escritor no. Un escritor cobarde es como un torero cobarde: tiene que dedicarse a otra cosa. La escritura es un deporte de riesgo. 

P.- ¿Cuál ha sido el enemigo más poderoso que te has ganado? 

R.- Ah, mi enemigo es la mentira. La verdad os hará libres, decía el Evangelio, lo que quiere decir que la mentira nos hace esclavos. Yo lo he visto, en particular en Cataluña, pero también con el tema del Brexit. El instrumento principal del nacionalpopulismo ha sido la mentira. 

Javier Cercas.

Javier Cercas. Esteban Palazuelos.

P.- ¿Cuál es, a tu juicio, el gran error de la izquierda? 

R.- Me gusta esa pregunta. Uno de ellos sería la autocomplacencia, el creer que se tiene razón a toda costa y que eso autoriza cualquier desafuero. Y eso que yo creo que la izquierda tiene razón, ¿sabes por qué? Porque el socialismo democrático ha ganado en Europa. Yolanda Díaz es socialdemócrata, pero también el PP lo es de alguna manera, porque no está en contra del Estado de Bienestar. Esa es la conquista de la socialdemocracia en Europa, que en EEUU no ha cuajado. Décadas de su aplicación han creado los países, las sociedades más prósperas, libres e igualitarias del mundo. Noruega, Suecia, Dinamarca. Eso es lo que quiero para mí, pero con sol y con tapas. Somos unos privilegiados, y si no lo crees, viaja a África, o a Latinoamérica, o a Asia. 

P.- Pero la izquierda está mutando, convendremos. Está haciendo cositas extrañas, ¿no? Es antisolidaria con el tema de los nacionalismos periféricos, está centrada en los identitarismos de todo tipo… 

R.- Sí, sí. A lo mejor yo soy un izquierdista viejo. Los valores de la izquierda son la libertad, la igualdad, la prosperidad, y yo creo en esos valores, pero es cierto lo que dices, ha mutado: y la veo siendo cómplice de movimientos identitarios que son insolidarios, reaccionarios y a veces antidemocráticos, como ocurrió en Cataluña en 2017. Eso no me gusta.

"Soy un izquierdista viejo: la izquierda ha mutado y la veo ser cómplice de movimientos insolidarios, identitarios y reaccionarios"

P.- Cuidado con la censura, que había sido patrimonio de la derecha históricamente y la izquierda le está cogiendo el gusto. 

R.- Es una calamidad. La derecha ha sido tradicionalmente puritana y ahora tenemos una izquierda que se vuelve puritana, con el movimiento woke y todo esto. Me da grima, me horroriza, porque el gran valor de la izquierda siempre ha sido la libertad, que cada uno haga lo que quiera mientras no moleste al vecino y respete sus derechos, eso es lo esencial. Esta izquierda es puritana y regañona, te dice lo que tienes que hacer en tu casa, se mete en tu moral. Será que soy un izquierdista de la vieja escuela. 

P.- ¿Podemos, no Podemos, podéis…? 

R.- Yo leo el programa de Podemos en cosas sociales y estoy de acuerdo, muy de acuerdo, en realidad, pero en otras cosas desde luego que no, como en su complicidad militante y activa con una causa insolidaridad como el secesionismo catalán. Su compromiso con la democracia es limitado. En cuanto la cosa se pone dura les veo unos ramalazos de la tradición de Venezuela que no me gustan: sus referentes. Hay formas de ser de derechas y formas de ser de izquierdas.

A mí me gusta más la izquierda de Yolanda Díaz que la izquierda maquiavélica de Podemos, obsesionada con el poder, que trata de excomulgarla por sus discrepancias. En fin, yo quiero una ciudad pensada para que los ricos paguen y los pobres tengan oportunidades, una sociedad que no esté pensada para los fuertes y los ricos como yo, o como tú, porque al final estamos en la parte de los privilegiados. Yolanda me parece una persona bienintencionada. 

Cercas.

Cercas. Esteban Palazuelos.

P.- ¿Estaría preparada España para tener una presidenta que se define como “comunista”? 

R.- Yolanda Díaz no es comunista, es obvio, pero es que en España no queda ningún comunista. Es una cosa… ¿cuánta gente hay partidaria de la URSS? ¿O del régimen de Albania? Nadie. Ni siquiera Pablo Iglesias. 

P.- Es como si fueran partidarios de un comunismo que aun no se ha practicado. 

R.- Sí, pero es que eso no tiene ningún sentido en España. Aquí el Partido Comunista tuvo una historia de lucha contra la dictadura extraordinaria, se ganó un prestigio grande y autoridad moral, pero nunca se aplicó el comunismo. En los países donde se ha aplicado el comunismo, nadie es comunista, nadie. Esto de Yolanda es un brindis al sol, es un homenaje a la tradición, no más. Tampoco creo que haya ningún partido en España que guste de llamase fascista. Algún tipo habrá de Falange que ni siquiera sepa lo que es el fascismo, pero bueno. 

La cosa es que no hay tanta diferencia entre partidos políticos, al menos entre sus políticas económicas: no puede haberla, porque felizmente vivimos en un lugar que se llama Europa. Europa es la única utopía razonable que hemos inventado. Si fuésemos capaces de construir un Estado federal europeo en este siglo, Europa sustituiría a EEUU y a China, y esto es un hecho, porque nuestro PIB sigue siendo el más alto aun cuando Inglaterra se ha marchado, cometiendo el peor error de su historia reciente con diferencia. Pero no nos lo hemos creído todavía porque estamos discutiendo estupideces españolistas y no vamos a lo gordo. 

“Yolanda Díaz no es comunista porque en España no queda ningún comunista, pero ni de coña"

P.- En el libro también te refieres a la violencia contra las mujeres. ¿Cómo valoras la ejecución de la ley del sólo sí es sí? 

R.- No hace falta ser progresista para entender que la gran revolución de nuestro tiempo es la revolución de las mujeres, tú tienes que tener los mismos derechos que yo, y esto lo sabe hasta VOX, al menos en un 90%. Estarán de acuerdo. Ahora: el matiz. Una causa justa mal defendida puede convertirse en una causa injusta.

Si tú haces una ley para aumentar las penas a los agresores sexuales y a consecuencia de esa ley algunos salen a la calle y muchos ven rebajadas sus penas… tú me dirás. Es lógico, no hay que ser un genio para saber que algo se ha hecho mal. No pasa nada. Todos nos equivocamos. La ignorancia tiene remedio. La soberbia no. 

Cercas.

Cercas. Esteban Palazuelos.

P.- ¿Tito Berni es España? 

R.- Lo he visto esto por encima, pero qué te voy a decir: que me parece mal que un tío se gaste el dinero público en putas, porque lo he pagado yo también, y pago muchos impuestos, para que se gaste en escuelas y hospitales. Que se investigue y si alguien tiene que ir a la cárcel, pues que vaya. Y si es inocente, que salga inocente. Tenemos unos índices de corrupción maravillosos o pésimos dependiendo de con quién nos comparemos. Si nos comparas con el norte damos pena y si nos comparas con América Latina pues no. Pero nunca debemos de ser tolerantes con esto. 

P.- Oye, que hemos hablado mucho de la izquierda, pero, ¿y la derecha? ¿Cuáles son sus errores? 

R.- No sé quién dijo que la izquierda me molesta por lo que hace y la derecha por lo que es. No está mal, ¿verdad? La derecha española sigue apegada a cosas antiguas que debería quitarse de encima, como el nacionalismo español. 

"No me gusta que un diputado se gaste mi dinero en putas y no en hacer hospitales"

P.- La derechona. 

R.- Sí, ese concepto de Umbral. Es que el nacionalismo español hay que desactivarlo, no se puede usar para combatir otro nacionalismo, eso no va a ningún lado. Esa sería la gran revolución: cambiar los esquemas mentales del nacionalismo por los del federalismo, privatizar el sentimiento nacional, que cada uno se sienta lo que quiera, pero que todos respetemos las mismas leyes. El catalán no debe ser ningún problema, la lengua catalana es buena para todos, está bien, y hay que respetar al que habla catalán, como al que habla vasco, como al que habla gallego. Las lenguas no son un problema, no tienen la culpa de nada, el problema es su uso político. 

P.- ¿Feijóo va a ser nuestro presidente? 

R.- Sinceramente no lo sé y tampoco tengo mucha opinión de él. Creo que la derecha está sobreactuando y le va a salir caro. Todo esto que dice de que Sánchez es un dictador y se va a afincar en el poder… el apocalipsis, la amenaza contra el Estado de Derecho… vamos, es ridículo, y basta con ver la propaganda que se nos hace fuera de España. Están sobreactuando y no les va a salir bien. La función de la derecha es criticar al Gobierno: bien, la mía también, mi función es criticar lo que considere. Pero esta derechona, que dices tú, es un peso muerto para la propia derecha.