Al-Thani, jeque de Catar, y a su espalda Mohamed bin Salman, príncipe de Arabia Saudí, junto con Infantino, presidente de la FIFA.

Al-Thani, jeque de Catar, y a su espalda Mohamed bin Salman, príncipe de Arabia Saudí, junto con Infantino, presidente de la FIFA. EFE

LA TRIBUNA

Así ha penetrado en España un agente desestabilizador mundial

Catar presta apoyo financiero a Hamás y a los Hermanos Musulmanes. También acoge en su capital a los líderes de la organización, con sus oficinas, desde hace once años.

18 noviembre, 2023 01:56

Las inversiones en España procedentes de Catar como país inmediato ascienden a 91.200 millones de euros hasta 2022. La mitad se concentran en el último lustro.

Aunque en flujos de inversión extranjera Catar es nuestro sexto inversor de Oriente Medio y África del Norte, en realidad es el primero en stock de posición inversora, con 10.312 millones. Más del doble que el segundo, Libia. Una herencia de Gadafi, cuya estrategia de compra de voluntades los catarís han, probablemente, emulado. Y muy por encima del tercero, Israel, con 1.228 millones.

Los datos anteriores son de DataInvex, el servicio de información sobre inversión extranjera elaborado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Conviene subrayar que las inversiones catarís son públicas y que el suyo es un capitalismo de Estado. Es decir, que sus decisiones de inversión las toma un fondo soberano que usa los recursos del petróleo para invertir globalmente. Ese fondo cuenta con 450.000 millones de euros en activos bajo gestión (de acuerdo con el SWF Institute).

Así pues, un estado extranjero no democrático (de cuyas aristas hablaremos enseguida) está tomando posiciones estratégicas en España, así como en otros países de la UE, dado que inversiones similares en sentido contrario serían imposibles porque no existe reciprocidad.

La política exterior de España, como la de muchas otras naciones, queda por tanto condicionada por estas inversiones. En realidad, eso es precisamente lo que se persigue. 

Catar posee en España el 25% de IAG (o sea, Iberia), el 19% de Colonial, el 8’7% de Iberdrola, el 5’5% de El Corte Inglés y el 4’9% de Prisa, propietaria de influyentes medios de comunicación como El País, Cinco Días, El HuffPost, la SER o As, además de la editorial Santillana.

"Catar ha financiado a 'Gaza' con 1.500 millones de dólares. Sólo que el 80% de esa cantidad ha ido a parar a las cuentas de Hamás"

La entrada en Prisa se hizo a través de International Media Group, vehículo controlado por el príncipe Khalid Thani Abdullah Al Thani, miembro de la Familia Real del emirato. ¿Entendemos ahora mejor que los medios del grupo capitaneado por Joseph Oughourlian se hayan convertido en los portavoces en habla hispana del relato de Hamás en su guerra contra Israel?

A través de diferentes vehículos, Catar también posee el Hotel W de Barcelona, el Hotel Intercontinental de Madrid, el Puerto deportivo de Barcelona Marina Port Vell y el de Tarragona Marina Port Tarraco. Qatar Foundation patrocinó durante más de un lustro al F.C. Barcelona y en 2023 ha propuesto una franquicia de dicho club en la liga catarí. 

Tras este somero repaso a los intereses de un Estado extranjero en España, intereses que incluyen importantes mecanismos de generación de opinión pública, grandes energéticas, transporte e inmobiliarias, enfrentémonos a algunas incómodas verdades.

Catar ha financiado a "Gaza" con 1.500 millones de dólares. Sólo que el 80% de esa cantidad ha ido a parar a las cuentas de Hamás, de sus operativos y de sus empleados. (según la Foundation For The Defence of Democracies).

Durante el pogromo del 7 de octubre en el que Hamás asesino en territorio israelí a 1.400 personas, hiriendo a 4.000 y tomando a 240 como rehenes que fueron trasladadas a Gaza, el ministro de Exteriores catarí emitió un comunicado culpando a Israel de la masacre.

Catar presta apoyo financiero a Hamás y a los Hermanos Musulmanes. Acoge en su capital a los líderes de la organización terrorista, con sus oficinas, desde hace once años y posee una poderosa arma de manipulación mediática: Al Jazeera, plataforma ideológica para los líderes de Hamás y fuente de incitación al odio y a la violencia contra Israel

A pesar de todo esto, la proximidad de Catar (un país de 2’5 millones de habitantes) a las altas instancias europeas es cada vez mayor. Tan próxima que, a causa del llamado Qatargate, se está investigando ya la red de corrupción que Catar organizó en el Parlamento Europeo para influir en decisiones clave, y que a cualquier otro Estado le hubiese costado el ostracismo diplomático y comercial. 

En estas circunstancias, confiar en la intermediación honesta de Catar en la actual guerra contra Hamás es una broma amarga.

Es sencillamente aberrante tratar a un patrocinador del terrorismo como a un Estado aliado de la máxima confianza, por mucho que compre su protección en el ámbito internacional con estrechos lazos diplomáticos, financieros y militares con el mundo libre.

Exijamos de Catar una condición antes de continuar con esta ceremonia de la hipocresía basada única y exclusivamente en el dinero, en el potencial inversor de Catar y en los intereses que ya tiene controlados.

"Catar está aprovechando el inmerecido papel que Occidente todavía le atribuye para servir a los intereses tácticos de Hamás en la guerra"

Dado que el que paga manda, si la capacidad de mediación del emirato ante los terroristas de Hamás no se traduce en la liberación inmediata de los rehenes capturados en el pogromo del 7 de octubre (algo que no ha sucedido hasta la fecha), se impone un cambio radical en las relaciones con el emirato. La razón es simple: se demostraría que Catar está aprovechando el inmerecido papel que Occidente todavía le atribuye para servir a los intereses tácticos de Hamás en la presente guerra.

Es una vergüenza dispensar un trato tan privilegiado a un país que, tras "comprarse" un Mundial de fútbol (ver Los entresijos de la FIFA, una docuserie de Netflix), fue condenado en 2022 por el Parlamento Europeo por la muerte de miles de trabajadores debido a la falta de condiciones de seguridad, y por el abuso que la comunidad LGTBI sufre a manos de sus autoridades.

Y la única manera de que Catar note alguna presión es cancelando, o condicionando severamente, unas relaciones empresariales que jamás se debieron establecer con semejante agente de desestabilización mundial.  

Es además un urgente deber moral y político sancionar ahora a cualesquiera entidades que asistan a Hamás. Y sí, incluimos aquí la presencia de Catar en España, donde sus turbios tentáculos no han dejado de crecer.

*** Ángel Mas es presidente de ACOM (Accion y Comunicación de Oriente Medio).

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