El jaguar es una especie endémica del continente americano.

El jaguar es una especie endémica del continente americano. Reuters

LA TRIBUNA

La guerra del dragón chino contra el jaguar latinoamericano

En las zonas de Latinoamérica donde se llevan a cabo proyectos ejecutados por empresas chinas aumenta el tráfico de especies protegidas. 

6 mayo, 2022 03:07

El jaguar es el felino más grande e icónico de Latinoamérica. Su población, gravemente afectada por la caza y la reducción de sus hábitats y presas, se distribuye desde la Patagonia hasta Norteamérica.

Reserva de Desarrollo Sostenible Mamirauá, en Brasil.

Reserva de Desarrollo Sostenible Mamirauá, en Brasil. Reuters

Las Américas se han comprometido en proyectos como la creación de corredores seguros a lo largo del continente para que este felino pueda moverse y para asegurar la diversidad genética que mantiene la salud de su población.

Sin embargo, su supervivencia esta en riesgo, más aún, según el análisis publicado por un grupo de investigadores de las universidades de Oxford y de Sichuan, y de otros pertenecientes a organizaciones conservacionistas de Brasil. La presencia de proyectos y empresas chinas se ha convertido en una amenaza adicional para los grandes gatos latinoamericanos.

Los investigadores señalan que en aquellas zonas en las que se llevan a cabo proyectos de desarrollo ejecutados por empresas chinas aumenta el tráfico de partes de estos animales. También aumenta la caza de otras especies.

Este fenómeno ya se había evidenciado en Asia y África, y busca satisfacer la demanda de partes de animales para la medicina tradicional china. 

"La demanda de alimentos y de artículos para la medicina tradicional china es una amenaza para el medioambiente y para la salud global"

Los mercados legales proporcionan la estructura para la cadena de tráfico ilícito que se alimenta de la pobreza y de los altos niveles de corrupción presentes en algunas zonas de la región. El tráfico ilegal de animales es el cuarto más grande del mundo tras el de drogas, armas y personas. Sin embargo, hasta ahora no ha habido una respuesta regional de los gobiernos latinoamericanos a este hecho.

Tampoco destacan por su dureza las respuestas a la pesca ilegal china en aguas latinoamericanas, aunque es una situación grave para varios países. La flota china es la más grande del mundo e incumple las normas ambientales, sanitarias y laborales. En Ecuador, en 2017, un solo barco pesquero fue capturado con 6.000 aletas de tiburón.

La creciente demanda de alimentos y de artículos para la medicina tradicional china, prácticas que además están relacionadas con la transmisión de la Covid-19 desde animales a humanos, es una amenaza para el medioambiente, pero también para la salud global.

La seguridad del continente americano está construida alrededor de amenazas tradicionales, desde la defensa de la soberanía a la limitación de la presencia militar de otras potencias o la lucha contra el crimen organizado. Y este hecho ha relegado la construcción de estructuras destinadas a gestionar amenazas no tradicionales en América Latina.

"Con un sistema regional débil, casi inoperante, falta capacidad para exigirle a China responsabilidad y cumplimiento de las normas"

Las amenazas ambientales no se deben sólo a la presencia china. También son responsables de ellas empresas nacionales y de países con una presencia más tradicional en la región.

Sin embargo, dada la escala y la potencia de la relación con el gigante asiático, el asunto debe abordarse de forma preventiva, no sólo reactiva. Ese abordaje requiere también la construcción de marcos de acción y de compromisos claros y acordes a los sistemas de consulta previa y concertación con las comunidades indígenas.

Con un sistema regional débil, casi inoperante, falta capacidad para exigirle a China responsabilidad y cumplimiento de las normas. Más aún cuando el pragmatismo comercial, abonado por la necesidad de acceder a recursos para el desarrollo, le ha dado carta blanca a los modelos extractivos para actuar en espacios tan frágiles como la cuenca amazónica, donde su huella ambiental es cada vez más grande.

*** Érika Rodríguez Pinzón es doctora en Relaciones Internacionales, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid y coordinadora de América Latina en la Fundación Alternativas.

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