Con la decisión de condecorar con la Medalla de honor única y exclusivamente a los policías de los Cuerpos de seguridad catalanes por su actuación en los atentados, el Parlament demuestra su mezquindad. La estrategia de los independentistas es clara: que se visualice una y otra vez que hay dos realidades distintas, la catalana y la española, como si fuera independiente la una de la otra.

Ya lo vimos con la actuación del conseller de Interior, Joaquim Forn, distinguiendo entre "personas catalanas" y "personas de nacionalidad española" al informar de las víctimas. Las autoridades de Cataluña empezaron diferenciando entre los muertos y terminan distinguiendo entre policías.

"Cobarde y miserable"

De nada ha servido que Ciudadanos, PSC y PP pidieran a la Cámara catalana que su reconocimiento fuera extensivo a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, porque todos "han garantizado la seguridad, se han jugado la vida y han colaborado de manera leal", como acertadamente expuso Inés Arrimadas.

En los sindicatos de Policía Nacional y Guardia Civil la discriminación del Parlament ha sentado muy mal, y han llegado a calificar de "políticamente cobarde y moralmente miserable" la decisión de los diputados independentistas.

Una labor no reconocida

Hay un dato incontrovertible: sólo en el primer semestre de 2017 se han realizado en Cataluña más detenciones relacionadas con el terrorismo islamista que en toda España durante 2016, y la mayoría las llevaron a cabo los funcionarios de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía. Su labor es la que el Parlament se niega a reconocer.

Los atentados islamistas han irrumpido en la campaña del referéndum independentista a mes y medio de la fecha elegida para su celebración. Es un acontecimiento que no estaba en el guión y que ha puesto nerviosos a los separatistas, que tratan de evitar a toda costa una influencia negativa en sus expectativas. Marginando a la Policía y a la Guardia Civil demuestran hasta dónde están dispuestos a llegar para lograrlo. La Medalla de honor que el Parlament entregará a sus agentes queda manchada por el sectarismo.