1. PNV y EH Bildu han empatado en escaños, pero el PNV ha ganado en votos. Así que gobernará el PNV con el apoyo del PSE-EE.

2. Pero lo cierto es que también gobernaría el PNV con el apoyo del PSE-EE aunque EH Bildu hubiera ganado tanto en votos como en escaños.

3. De hecho, gobernaría el PNV con el apoyo del PSE-EE incluso aunque las elecciones las hubiera ganado el PSE-EE.

4. ¿Por qué? Porque cualquier otra opción que no sea esa, la de un gobierno del PNV con el apoyo del PSE-EE, saca a Pedro Sánchez de la Moncloa. 

5. Hay un segundo motivo para ese apoyo del PSE-EE al PNV. Y es que el PNV puede asociarse con el PP, pero EH Bildu no. Y aquí de lo que se trata no es de gobernar, sino de cerrar espacios. De impedir a toda costa una mayoría de gobierno alternativa encabezada por el PP

6. Es más. El futuro gobierno de PNV y PSE-EE contaría sin duda con el apoyo del PP si hicieran falta sus votos. Aunque está por ver que se los aceptaran. El PP es hoy un partido que, como un Groucho Marx inverso, desea desesperadamente formar parte de un club que no lo acepta como socio.

7. Al PNV le ha salvado las elecciones el PSOE con la operación de agit-prop organizada desde la Moncloa contra Pello Otxandiano

8. Permítanme que insista en la paradoja del punto anterior. A los nacionalistas del "queremos decidir", del "España es un lastre" y del "solos nos apañamos mejor" ha tenido que socorrerle la campaña un partido nacional español desde Madrid a la vista de su incapacidad para diseñar una estrategia electoral del siglo XXI. 

9. Esta última semana se ha dicho mucho eso de "ETA sólo importa ya en Madrid". Pero por lo visto, ETA ha importado lo suficiente como para que EH Bildu se haya quedado al borde de la gloria.

10. ¿Cómo reaccionará EH Bildu a un gobierno del PNV con el apoyo del PSE-EE? Con paciencia. Su estrategia es a medio y largo plazo. Las tendencias electorales y demográficas juegan a su favor. 

11. En conjunto, PNV y EH Bildu han sumado un 67,72% de los votos y 54 escaños de 75, cuando en 2020 sumaron 66,93% y 52 escaños.

Pello Otxandiano y Arnaldo Otegi.

Pello Otxandiano y Arnaldo Otegi. Efe

12. Puede que no parezca un crecimiento espectacular, pero la tendencia es inescapable: el País Vasco juega en una liga electoral ajena por completo a las reglas que operan en el resto de comunidades autónomas españolas, incluidas Galicia y Cataluña.

13. Podemos pierde seis escaños y Sumar sólo recoge uno. Elección tras elección, Yolanda Díaz confirma que es el mayor bluf de la política española desde la aparición de los partidos de la 'nueva política'. Veremos si llega como líder de Sumar a las elecciones europeas. 

14. La participación ha sido alta (62,5% ayer frente a 52.86% en 2020), lo cual por sí mismo no beneficia ni a la derecha ni a la izquierda, al PNV o a EH Bildu. Beneficia, como explica Pilar Rodríguez Losantos, al partido que haya llegado a la recta final de la campaña con más empuje. 

15. Pedro Sánchez rompe una racha electoral de malos resultados, salvados únicamente por su política de pactos con-todo-lo-que-no-sea-PP-o-Vox, y gana aire de cara a las elecciones autonómicas catalanas, mucho más relevantes para la continuidad de su gobierno que unas vascas en las que todo el pescado llevaba semanas vendido. 

16. El PSOE ha obtenido un buen resultado (dos escaños más que en 2020). Pero el desplome de Podemos confirma que EH Bildu, el verdadero beneficiado por esa caída, es ya el PSOE del País Vasco. Es decir, el voto por defecto de la izquierda vasca

17. El PP gana un escaño, pero sigue sin encontrar su discurso. ¿Qué función tiene el PP en el País Vasco, en qué se diferencia del PNV y a quién puede resultarle útil? Esas son tres grandes preguntas que el PP no debería pasar mucho tiempo sin contestar. 

18. Vox mantiene su escaño y sigue siendo irrelevante. 

19. Pradales ha sido un mal candidato. Urkullu no había hecho más que aumentar los escaños del PNV (de los 27 de 2012 pasó a los 28 de 2016 y a los 31 de 2020), y Pradales ha vuelto a hacer caer el partido hasta los 27.

20. Quizá no toda la culpa sea de Pradales, pero la partida con EH Bildu se juega en terrenos diferentes a los de hace una década. Ahora, ambos partidos son ya hegemónicos en el País Vasco. Veremos cómo gestiona la evidencia de que la imagen del PNV es la de un partido envejecido y pasado de moda. Casi rancio.  

20. El PNV gobernará con el PSE-EE en Euskadi, pero en Madrid formará sociedad con EH Bildu. Sus diputados en el Congreso continúan siendo los mismos, pero su fuerza se ha duplicado. A Pedro Sánchez se le avecinan curvas, por más que PNV y PSOE sean garantía de supervivencia mutua.