Este domingo, en el programa Salvados, de la Sexta, invitaron a Emiliano García-Page para ofrecerle un trato denigrante y agresivo que no habíamos visto ni siquiera con otros personajes de la oposición. No es de extrañar, los fanáticos siempre tratan peor al traidor que al adversario.

Para empezar, la escenografía fue soviética. Sentaron al acusado en una mesa de madera, tipo Checa, rodeado de ciento veintiuna sillas vacías. Tantas como diputados socialistas han apoyado a Pedro Sánchez. Y García-Page ocupando otra silla en el centro, solo, desleal y traidor.

Era un escenario de acoso. Le dijo Gonzo: "Usted se ha quedado solo". Y así empezó la ronda de preguntas.

El ambiente ya estaba caldeado por el entrevistador, quien hizo spoiler de la película por si había alguien distraído y no se enteraba del mensaje. No podía haber lugar a confusión y todo quedó aclarado con una pregunta que no esperaba respuesta: Emiliano García-Page "¿debería abandonar el PSOE?".

En el PSOE no hay lugar para traidores y ayer se pidió al disidente que se reconciliase con el líder del partido. Que al menos tuviese un gesto con él. Le preguntaron si pensaba pedir perdón a Sánchez, dando por supuesto que tenía que hacerlo.

La escena nos transportaba directamente a una película de la mafia italiana. Parece que la libertad se paga más cara en unos partidos que en otros. Sólo faltaba el beso.

En el programa hubo un momento memorable porque no estaba preparado. Durante el paseo por las calles de Toledo se acercó espontáneamente un ciudadano para felicitarle por "todo lo que estaba haciendo". Gonzo, que no pudo evitar el encuentro, se acercó y le preguntó que qué era ese "todo".

El ciudadano, socialista declarado, dijo lo que pensamos todos. Que eso de la amnistía y los independentistas le parecía mal. Gonzo entonces no tuvo más remedio que apostillar: "O sea, que le da las gracias por tocarle las narices a Sánchez".

En otro momento, este sí debidamente preparado, compareció en el tribunal un militante socialista de toda la vida. O sea, de esos que tienen Rh PSOE y no son traidores.

El honorable ciudadano manifestó que venía a tirarle de las orejas al colega por unas declaraciones que sólo sirven para dar alas a la derecha de este país. Y añadió que "es mejor cualquier cosa que el PP con VOX". 

Aquí Page estuvo brillante y me puedo imaginar a José Luis Rodríguez Zapatero revolviéndose en su sillón. El presidente autonómico se limitó a desmontar el cinismo de un partido que no tiene miedo de provocar a la derecha hasta el insulto con tal de alimentar la retórica del conflicto.

Dijo una de esas verdades que son como templos: a Vox lo alimenta que el PSOE pacte con ERC, Junts y Bildu. "Lo que más irrita a la derecha española son las concesiones de la izquierda". Y esta es una de las claves del gobierno sanchista: ¿a quién le interesa más alimentar a la "extrema derecha"? ¿Quién la necesita más?

La otra verdad que se podría esculpir en piedra para que resista el embate de lavado de cerebro al que se nos va a someter sin descanso la dijo García-Page cuando argumentó que no es lo mismo querer perdonar cuando se tiene mayoría absoluta que cuando la amnistía la facilitan los amnistiados a cambio de unos votos. El que ha traicionado a sus votantes ha sido Sánchez cuando ha hecho exactamente lo contrario de lo que decía el programa.

El resto de la entrevista utilizó técnicas clásicas de asociación implícita que quizás a un espectador forofo se le hayan escapado, pero que eran un poco groseras. Se hizo muy evidente que se quería sugerir que García-Page es una persona de derechas, más afín a Feijóo que a Sánchez, y nacionalista español. "Emiliano rasca el voto de la derecha".

Pero en realidad todo estaba dicho antes de empezar: los que no entienden que en política hay que hacer concesiones para salvar al partido deben ser expulsados. Se empieza, como ayer, con el acoso, y se termina con las purgas.