A la actuación de Chanel nº3 solo cabe ponerle un pero: no contentar a nacionalistas, a las que se dejan crecer el pelo de la axila para enseñarlo por Instagram, a pandereteiros y a El País. Propongo, para que haya consenso, mandar a la chirigota de El Selu al festival de Eurovisión de 2023 ‒quien no se ría con El Selu está contra la humanidad‒. Podrían ir con el tipo de Los enteraos a cantar el tema SloMo en manteca o El Kichi-kichi (come mogollón) en remedo de Chikiliquatre.

La Chirigota de El Selu de Cádiz.

La Chirigota de El Selu de Cádiz.

Aunque pensándolo bien, siempre habrá alguien que se ofenda. Quizás sacarían a relucir cuando esta genial chirigota gaditana cantó en un gran acto de campaña de Ciudadanos para las autonómicas catalanas de 2017, a petición expresa de Inés Arrimadas ‒vencedora de los comicios‒, que tarareaba las letras de Viva la Pepi, Ahora es cuando se está bien aquí o El que la lleva la entiende.

En Cádiz, aunque se piensen que esta es una sociedad abierta en contraposición, no sé, a la de Vic; por cantarle a los liberales, pusieron de fachas para arriba a Selu y los suyos: por ganarse unos euros para los Reyes de sus niños, como declaró un componente de la agrupación, como excusándose, en unas explicaciones que jamás tuvieron que dar.

No se lleven las manos a la cabeza si les digo que mi ciudad es bien sectaria ‒no se queda corta comparada con Alsasua‒, especialmente los círculos de carnaval: un entorno del que procede el alcalde, Kichi, aupado al consistorio por estos mismos coleguitas, quienes no le pasaban que hubiese un parterre roto a Teófila y cuando "su Kishi" comete su atropello democrático semanal, se callan como putas.

De hecho uno de los autores más destacados, llego a reconocer que con este alcalde se ha mordido muchas veces la lengua, porque al fin y al cabo "es uno de los nuestros".

Kichi que, por cierto, aplazó el concurso del Falla ‒empezó este lunes‒ porque le salió de sus michelines. Carnaval en junio: óle y óle mi Cai. Con Franco también se celebraban en estas fechas y se les llamaban Fiestas Típicas Gaditanas.

Claro que hay excepciones. Voces disidentes como la de Luis Rivero, quien, por ejemplo, compuso un pasodoble entero nombrando a víctimas de los etarras y rematando: aunque ahora alguno hasta se vanagloria / de pactar con esta escoria / de terror y metralleta. / Jamás podrán borrar de nuestra memoria / tantos muertos de la ETA.

Pero se da un fenómeno reciente, entre catalanes "constitucionalistas" especialmente, de apoyarse en el folklore gaditano ‒fue el caso evidente de Inés Arrimadas‒ para arremeter contra el nacionalismo y el independentismo de sus paisanos. Quieren ver un componente exótico, abierto y liberal donde, en definitiva, lo que hay es una fiesta castiza, de pueblo, solo que se canaliza mediante el humor y la copla, en vez de hacer castells y comer calçots.

Pásense por una sesión del Falla de preliminares y se sorprenderán con la cantidad de chovinismo, cerrilismo y victimismo ‒aquí nos victimizamos que da gusto‒ que van a escuchar allí: ni en un mitin de la ANC, oiga.

Por cierto, uno de los mayores fans de nuestra fiesta es Manel Riu, que comenta todo el concurso por Twitter en su lengua materna, la catalana ‒perdón, es oscense de nacimiento‒. Riu es profesor ¡de Castellano! en un instituto de Tremp (Lérida) y fue citado a juicio acusado de incitación al odio y revelación de secretos por las críticas a la Policía Nacional y la Guardia Civil el 1-O.

Y claro, luego están los pijos de Madrid que les ríen las gracias a "las murgas" (sic), "ji, ji, ji, qué graciosos los gaditanos, me troncho", "¡otra chirigotita, otra chirigotita!". No, señora, eso es una comparsa y aunque no los entiendas están cantando, sin humor mediante, que "tu nombre no se pronunciar, porque tu idioma catalán es pa’ tu puñetera madre" o que "¿’vasco sí y ETA no’? ¡Mierda a los dos!".

Los cobardes fue el nombre de la comparsa con la que Antonio Martínez Ares ‒el mayor poeta del carnaval gaditano‒ ganó el concurso de 2016, caracterizados de camaleones. Y eso es lo que hay en este mundillo, muchísimo cobarde que no se atreve a disentir de la doctrina oficial de la Fiesta de la Libertad ‒"andalucismo, feminismo hipócrita y populismo"‒, que es la misma que inspira el ideario de Adelante Andalucía.

El propio Martínez Ares, que nada más conocer el aplazamiento del concurso por decretazo del alcalde, dijo que "Ojalá Kichi y Cazalilla (concejala de Fiestas) se quedaran solos cantando en el Falla". Mira por dónde no ha sido así, y ahí estará su comparsa actuando el miércoles 18 con el pintiparado nombre de Los sumisos.

Fueron precisamente Los Camaleones de Martínez Ares lo que partieron una lanza por "la soberanía y la independencia de Cataluña" en la final de 2016. Juan Carlos Aragón y sus Mafiosos, dos concursos después, en un alegato cantado por la independencia de Andalucía, se preguntaba que si para que les echen cuentas y no seguir siendo el culo de España "¿basta solo con hablar otra lengua? / ¿o hay que usar pasamontaña?".

Camaleones como el comparsista Antonio Martín ‒no confundir con Martínez Ares‒ a quien el alcalde puso su nombre a la plaza más señera del barrio de La Viña mientras retiraba la placa de la casa natal de Pemán. Martín acabó cantándole al andalucismo y al feminismo ‒hay que ir con los tiempos, claro‒, pero en los setenta arremetía contra los homosexuales: Porque aquí el varón se casa con la hembra […] /Eso queda en tu nación que nada extraña [Inglaterra] / donde se confunde el sexo. / Si eso es progreso, / yo soy de España. / Y a mí me espera mi Lola, / sola en su alcoba / como Dios manda.

En fin, dicho todo esto, me entrego en cuerpo y alma durante las tres próximas semanas a "la demagogia irresistible del carnaval", como la llama Chapu Apaolaza. Porque si es con la música al 3x4 de El Noly o de El Lacio, a mí se me ponen los vellos de punta aunque sea una letra a favor de Putin o una defensa de la emasculación obligatoria. Con buena música entra hasta Rusia en la OTAN.