Isa Serra podría sonreír como Bea Fanjul en nuestras páginas de finde, como Pantoja a caballo cuando la Malaya, como joven que sabe que a la revolución no hay que ir de morros. Pero Isa Serra decidió malencararse por el mundo y encontrar en las algaradas con la bofia su lucha armada.

Para ser un icono de la zurdería más desarrapada no hace falta ni la pipa ni el pasamontañas en la Sierra Lacandona, sino una pajarraca frente a la policía y que te encumbren. Y ahí está Isa.

En estos días de cambio, de snobs postrados de hinojos en la solana de Sol (sic) por un madero mastuerzo y asesino, Isa Serra ha venido a ser la ungida de Iglesias para cerrar el círculo de los suyos.

Tras los Vistalegres de cuchillos largos, el podemismo cabe en un taxi y, así y todo, Iglesias las quiere fieles en esa ortodoxia suya que resulta ya algo freudiano contra la Constitución. Isa Serra es violencia policial, y así lo estipula la Justicia, pero ser proclive a las algaradas es algo que da galones en Podemos y ahí la tenemos como portavoz de la cosa, sin sonreír y pidiendo dimisiones al sursum corda.

Lo que más nos duele es que Serra nunca sonría, y que si sonríe lo haga con un temblor irónico, inteligente, y no sabemos si nos va a rociar con spray negro o nos va a portavocear lo que sea que portavocee Podemos a los más cafeteros. La revolución de las sonrisas hizo un aparte con Serra, brazo armado y montapollos, indomable amazona que por donde pasa no crecen ni la hierba ni los cajeros electrónicos.

De Isa Serra hemos sabido que está con el movimiento antirracista, sí, pero como de tapadillo, que sus ismos son otros y ahora la vemos que vive sin vivir en sí por los que vieron la hoja roja dejados de la mano de Dios en un edificio feo que mira a la Sierra.

Isa Serra no es de hoy ni de mañana, sino que es el podemismo con mallas -negras- que cierra el círculo y que nos perdona la vida a los capitalistas, en días alternos y mientras vamos desconfinando los trabajos y los días. Isa es black power morado, y quienes hinquen rodilla frente a la portavoza llevarán mucho ganado.