"En el cielo manda Dios/ y en la Tierra los cristianos,/ y en lo que pasa por España/ los sondeos de Tezanos." Ponle a estas letras el burumbún de la canción aquella de la guerra civil y tendrás la coplilla perfecta para rehabilitar moralmente al sociólogo. Es más, encárgale nueve misas laicas, corónalo en el Círculo de Bellas Artes con Luisito y Almudena y Pepi Bom. Con los de entonces y con los de la ceja -ya artríticos- que han acabado por estragar al bueno de Calamaro.

Promociona a José Félix Tezanos al Nobel de Literatura y dale las gracias por hacer de la ciencia sociológica un desiderativo que al final se cumple: como un masaje con final feliz en Montera.

Porque qué injusta es la masa militante con Tezanos y cuánto lo han injuriado los compañeros de pupitre. Qué rápido y qué pronto han dejado de agradecerle los servicios prestados en ese trabajo militante de estrujar la realidad como los esparteros de Murcia hacen con la teta de una cabra: hasta que les sale una gota que da leche al sediento y posverdad al presidente. 

No vamos a consignar aquí el mosqueo de los sociólogos con la metodología dispersa y take away de Tezanos, ni la desvergüenza de ir dejando caer que anuncia libro. Tú dale abrazos a Tezanos y que no decaiga, que la Sociología avanza que es una barbaridad.

A mí me duele más que a ti esta desmemoria histórica para con Tezanos. La cosa es que veo que Tezanos ha caído en ese limbo de los usados por el sanchismo: esos que van de Irene Lozano al Falcon; el largo etcétera de quienes Pedro Sánchez hace y deshace a conveniencia. Ya lo llamarán a filas, pero ahora nos da una nostalgia anticipada cuando las cosas del aparato pasan por gritar el "con Rivera no" y que todo pareciera un feliz accidente la madrugada del domingo.

A mí esta soledad sonora de Tezanos me duele como una cubitera en mitad del pecho. Nadie le aclamó en la noche del domingo; porque la cocina es un trabajo en equipo y es mejor que Lastra se ponga en evidencia ella solita a que el eminente José Félix -Pepefé- dé razones públicas de su psicomagia. 

En el proyecto de construcción plurinacional del PSOE que se nos fía tan largo, José Félix Tezanos merece una estatua junto a Wamba en la Plaza de Oriente. 

Lo que en Iván Redondo es palabrería anglosajona, en Pepefé Tezanos es artesanía pura de un guerrista rehecho a sí mismo. Que nadie lo olvide y que viva su dueño...