El fichaje de Arturo Vidal por el Barcelona ha sido bien recibido por los medios afines al club catalán debido a su polémico pasado. Es decir, y especificando, por sus enfrentamientos con el Real Madrid y no por su 'palmarés' en una más que ajetreada vida nocturna. El chileno es ya un héroe por su intento constante, sin resultado eso sí, de convertirse en el nuevo azote del conjunto blanco. Atrás quedan sus posts en redes sociales cargados de lágrimas y llantos por las eliminaciones del Bayern frente al equipo madrileño en las dos últimas ediciones de la Champions League.

Arturo Vidal durante su presentación con el Barcelona

Arturo Vidal durante su presentación con el Barcelona EFE

Un Piqué low cost que además guarda un especial rencor al Real Madrid por haber rechazado su fichaje en múltiples ocasiones. Porque sí, Vidal soñaba con vestir de blanco. Quizá su deseo se correspondiera por su obsesión con ganar 'La Orejona'. Y claro, eso era más fácil en el rey de Europa que en Turín o en Múnich. También más sencillo que en Barcelona, pero en el equipo azulgrana al menos ha encontrado a su media naranja para su particular cruzada.

Ojo, la evolución de Vidal es la normal. En el mundo existe dos clases de personas: las madridistas y las antimadridistas. Y estas últimas eligen a un segundo equipo. Por eso ahora mi decepción al ver su paso atrás en sus primeras declaraciones como culé. Simplemente mintió. Claro que no quiere ni ver el blanco, al igual que Sergio Ramos desea que el Barcelona pierda hasta en los amistosos. Al fin y al cabo el fútbol sin rivalidad es otro deporte.  

Arturo Vidal: "No soy antimadridista"

La otra opción es que Vidal sea un caballo de Troya del madridismo. Tampoco es descartable. Un equipo con Luis Suárez, Piqué y el chileno tiene más que posibilidades de protagonizar una miniserie sobre el VAR en Netflix. Será un reto para el Barcelona acabar con once ahora que el videoarbitraje aterriza, por fin y ya es tarde, en España. Sin Villar ni Sánchez Arminio, pero con un Rubiales que ha cogido el testigo a buen ritmo y va camino de recibir la insignia de oro y brillantes al igual que fue condecorado Franco cuando salvó al Barcelona de la bancarrota.