La sentencia que condena al exgerente del PP de Baleares por pagar con dinero negro la campaña electoral de 2007 es una pieza más que ayuda a componer el gran puzle de la financiación irregular de este partido.

Fernando Areal, cuñado del expresidente balear Jaume Matas, ha confirmado al juez que pagaba en B y sin factura los servicios al partido, aunque no ha aclarado el origen del dinero. Sin embargo, el caso es muy similar a los detectados antes en el PP de Valencia, Madrid, Castilla y León o Galicia, lo que lleva a pensar que había un sistema coordinado para actuar igual en todas las organizaciones regionales.

La Agencia Tributaria detectó en su día que el PP valenciano financió irregularmente a través de la trama Gürtel la campaña de aquel mismo año de 2007. En esa época, Mariano Rajoy ya era presidente del PP.

Según las investigaciones judiciales, el modus operandi se repetía con alguna variante, pero a la postre, empresas que contrataban con las administraciones gobernadas por los populares acababan entregando al partido importantes cantidades de dinero en efectivo o sufragando facturas por trabajos realizados para las campañas electorales.

Cabe recordar que el pasado mes de marzo, en el momento de cerrar su instrucción sobre los papeles de Bárcenas, el juez Ruz dio por acreditado que el PP se financió ilegalmente al menos durante los 18 años que abarcan sus pesquisas, así como que la formación burló al Tribunal de Cuentas con "contabilidades paralelas" y "cajas de dinero en efectivo o cajas B".

Pese a todas estas evidencias, Rajoy se ha empeñado en mantener que el PP está limpio y que casos como el de Bárcenas sólo demuestran que hubo personas que se han aprovechado del partido. La confesión de Areal viene a desmontar de raíz esa tesis.

La trascendencia de este episodio no ha servido para que ningún alto cargo del PP nacional haya creído oportuno dar explicaciones. Y ya no basta con pedir perdón, como ha hecho este jueves Andreu Ferrer, secretario general del PP de Baleares, nada más conocer la sentencia del juez.

La situación es muy grave. El PP va a acudir a las elecciones de diciembre con una mancha de corrupción que, lejos de menguar, se acrecienta cada vez más. El presidente y candidato y su secretaria general no pueden seguir a estas alturas haciendo ver que la cosa no va con ellos, como si cada organización regional funcionara de forma autónoma y a espaldas de Génova. Lo bien cierto es que, hasta ahora, ni Mariano Rajoy ni María Dolores de Cospedal han colaborado como debieran con la Justicia, ni han depurado responsabilidades internas, ni han dado una explicación convincente a los ciudadanos. Pero se beneficiaron de la corrupción y pretenden seguir haciéndolo.