El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu Reuters
Netanyahu se abre a negociar con Hamás la liberación de los rehenes "y el fin de la guerra" antes de asaltar Ciudad de Gaza
El primer ministro israelí evita responder a la propuesta de alto el fuego que Hamás aceptó hace tres días, pero aprueba la operación militar para conquistar la ciudad más poblada de la Franja.
Más información: Israel avanza hacia la capital de Gaza e intenta romper Cisjordania para hacer inviable el Estado palestino
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó este jueves a sus subordinados "iniciar de inmediato las negociaciones para la liberación de todos los secuestrados y el fin de la guerra en condiciones aceptables para Israel", pero sin renunciar en ningún caso a la ocupación militar de Ciudad de Gaza, el último reducto del enclave palestino que permanecía fuera del radar de sus tropas.
Minutos antes de anunciar el reinicio de las conversaciones con Hamás, Netanyahu había aprobado los planes que las Fuerzas de Defensa israelíes le pusieron encima de la mesa para someter la capital de Gaza, donde antes de la guerra residían medio millón de personas. "Estamos en una fase de toma de decisiones", declaró el primer ministro frente a los soldados israelíes que combaten en la Franja.
Sin embargo, el Gobierno hebreo no contempla enviar a su delegación de regreso a Doha o El Cairo, sedes que han acogido las rondas de diálogo previas para sellar un alto el fuego. Según el Canal 12, Israel pretende en esta ocasión trasladar las negociaciones a otro emplazamiento.
Mientras tanto, Netanyahu mantiene una ambigüedad calculada que, por un lado, le permite mantener en pie a su Gobierno ante las amenazas de sus socios ultranacionalistas, que prometen dimitir en caso de detener las hostilidades, y suavizar, por otro, las críticas de la oposición, que le echa en cara ignorar el riesgo que la ampliación de la ofensiva entraña para la vida de los rehenes.
De paso, el primer ministro israelí evita responder con claridad a la propuesta de tregua que Hamás aprobó el pasado fin de semana. Un borrador que contempla la liberación de 28 de los 50 secuestrados —diez de ellos vivos— durante un cese inicial de las hostilidades de 60 días. A cambio, Israel debería liberar a 200 prisioneros palestinos de larga condena.
Postura maximalista
Unas horas antes, Netanyahu había reiterado en los micrófonos de Sky News Australia su intención de "liberar a todos los secuestrados, desarmar a Hamás, desmilitarizar Gaza y ofrecer un futuro diferente a los habitantes de Gaza". Una versión superficial de sus planes que repite de forma sistemática desde el inicio de la ofensiva.
La cúpula militar israelí estima que la tarea de erradicar a Hamás puede durar entre tres y cinco años, según el diario Yedioth Ahronot. "En otras palabras: la decisión del Gabinete implica continuar la guerra por muchos años, lo que afectará a la economía, la sociedad, el ejército y el estatus del país", apunta el periodista israelí Ronen Bergman.
A pesar de la cesión de Hamás, que dio su visto bueno a una propuesta desfavorable que ni siquiera contemplaba detener la guerra, una de las demandas principales del grupo en las anteriores rondas de diálogo, Netanyahu reaccionó con la exigencia de liberar directamente a los 50 rehenes que casi dos años después permanecen cautivos en Gaza, de los cuales sólo 20 siguen con vida, según las estimaciones de la Inteligencia israelí.
Netanyahu mantiene una postura maximalista que frustra cualquier entendimiento. De hecho, durante la entrevista con Sky News Australia, reafirmó que la conquista de Ciudad de Gaza se llevaría a cabo "incluso si Hamás acepta un alto el fuego en el último momento... Nunca estuvo en duda que íbamos a dejar a Hamás allí. Trump lo expresó mejor: Hamás debe desaparecer de Gaza, es como dejar a las SS en Alemania".
Cuatro de cada cinco palestinos muertos eran civiles
Mientras, las Fuerzas de Defensa israelíes intensificaron durante la madrugada del jueves los bombardeos sobre Ciudad de Gaza. Sus tropas habían tomado a lo largo de la jornada anterior las primeras posiciones en los barrios que encapsulan el enclave más poblado de la Franja.
Los combates se reprodujeron en otros puntos del territorio palestino. Al menos 70 personas perdieron la vida en las últimas 24 horas, según el recuento de las autoridades sanitarias locales, incluida una familia entera en el barrio de Sabra, a las afueras de Ciudad de Gaza. La desesperación en el interior de Gaza es tal que este jueves cientos de palestinos salieron a las calles para protestar a pesar del peligro.
Netanyahu, sin embargo, recrudece con el asalto a Ciudad de Gaza una guerra en la que cuatro de cada cinco muertos palestinos son civiles. Según una investigación conjunta que publicaron este jueves +972 Magazine, Local Call y The Guardian, el 83 por ciento de las víctimas mortales de la guerra eran civiles. Son las cifras que había recabado en secreto el servicio de inteligencia militar israelí Aman.
Hasta el pasado mes de mayo, las autoridades israelíes estimaban haber eliminado a 8.900 combatientes de Hamás, la Yihad Islámica y otras milicias afines. Menos de 10.000 milicianos abatidos cuando el balance de víctimas mortales superaba los 50.000. Cuatro de cada cinco palestinos muertos eran civiles.
Los datos desmontan la versión de las autoridades israelíes. Sólo en Srebrenica —aunque no en la guerra de Bosnia en su conjunto—, en el genocidio de Ruanda y durante el asedio ruso de Mariúpol los civiles representaron una mayor proporción de los muertos, según los datos que el Programa de Datos sobre Conflictos de Uppsala registra desde 1989.