Trump recibe a Netanyahu en la Casa Blanca, 7 de abril de 2025.

Trump recibe a Netanyahu en la Casa Blanca, 7 de abril de 2025. Leah Millis Reuters

Oriente Próximo

Netanyahu juega al despiste con el alto el fuego de Trump e insiste en eliminar a un Hamás al que su Ejército da por muerto

El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Eyal Zamir, asegura que las capacidades militares del grupo islamista palestino han sido "totalmente eliminadas", pero los ministros más radicales del Gobierno amenazan con romper la coalición si cesan los ataques en Gaza.

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Donald Trump intentó reeditar en Gaza la fórmula que utilizó la pasada semana para acabar con la Guerra de los Doce Días entre Israel e Irán. Un golpe de efecto en forma de publicación en Truth Social que, en cuestión de horas, consiguiera detener las hostilidades. En esta ocasión, sin embargo, el presidente de Estados Unidos no cosechó los mismos resultados.

"Mis representantes tuvieron hoy una reunión larga y productiva con los israelíes sobre Gaza. Israel ha aceptado las condiciones necesarias para completar el ALTO EL FUEGO de 60 días, durante el cual trabajaremos con todas las partes para poner fin a la guerra. Los qataríes y egipcios, quienes han trabajado muy duro para ayudar a lograr la paz, entregarán esta propuesta final. Espero, por el bien de Oriente Medio, que Hamás acepte este acuerdo, porque no mejorará — SOLO EMPEORARÁ", anunció (sic) Trump en la noche del martes a través de su red social.

Ese mismo día, el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, había mantenido una reunión en la Casa Blanca con el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, con el secretario de Estado, Marco Rubio, y con el vicepresidente, JD Vance, para discutir las condiciones de la tregua. Ayer, en paralelo, una delegación de Hamás se reunió en El Cairo con representantes diplomáticos de Egipto y Qatar para hacer lo propio.

La hoja de ruta para sellar la tregua que está ahora mismo encima de la mesa —similar a la que presentó a principios de marzo Witkoff, pero modificada en los despachos de Doha— contempla la liberación por parte de Hamás de diez de los rehenes que siguen vivos. Ocho en el primer día del alto el fuego y otros dos en cuanto se cumplan los primeros 50 días de tregua.

El grupo islamista palestino devolvería, asimismo, los cuerpos sin vida de otros quince cautivos. Los servicios de inteligencia israelíes estiman que sólo 20 de los 50 rehenes permanecen con vida.

A cambio, Israel liberaría a cientos de prisioneros palestinos, retiraría parcialmente a sus tropas de Gaza —que hoy controlan nada menos que el 75 por ciento de la Franja, según la corporación pública Kann— y, en última instancia, acelerarían la entrada de ayuda humanitaria.

Los 60 días de tregua que adelantó Trump servirían a las partes para negociar una segunda fase del que sería el tercer acuerdo de alto el fuego que entra en vigor desde que comenzara la guerra, derivada de los atentados de Hamás del 7 de octubre.

En la mencionada publicación de Truth, el mandatario estadounidense aseguró que Israel había aceptado "las condiciones necesarias" para "completar" el alto el fuego de dos meses. Pero Benjamin Netanyahu evitó respaldar el anuncio. El premier israelí insistió, en cambio, en su objetivo de "erradicar por completo" a Hamás.

"No habrá más Hamás. No habrá ‘Hamastán’. No volveremos a eso. Se acabó. No nos detendremos hasta liberar a todos los secuestrados y devolver la seguridad a los residentes del sur y a todos los ciudadanos de Israel", expresó ayer Netanyahu en su primer pronunciamiento público desde la publicación de Trump.

De todos modos, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Eyal Zamir, considera que "Hamás está muerto".

Según Kann, durante un debate acalorado en el seno del gabinete de seguridad israelí, Zamir hizo saber a los ministros más radicales del Gobierno de Netanyahu —contrarios a aceptar la propuesta— que las capacidades militares del grupo islamista palestino han sido prácticamente eliminadas. Una versión ampliamente extendida en el estamento militar que, paradójicamente, Netanyahu intenta ocultar.

Hamás, dispuesto

Hamás reconoció a través de un comunicado que "el esfuerzo de los mediadores es intenso para cerrar las brechas entre las partes", pero exige garantías de que la guerra va a terminar y de que el Ejército israelí emprenderá la retirada completa de Gaza.

De acuerdo con Taher al-Nunu, antiguo asesor de Ismail Haniyeh, el jefe del buró político de Hamás asesinado en julio del pasado año en Teherán, el grupo estaba "dispuesto a aceptar cualquier iniciativa que claramente conduzca al fin total de la guerra". Una cláusula que podría no estar incluida en los términos que demanda Hamás.

Las fuentes, de todos modos, difieren en este punto. Según el diario israelí Haaretz, el esquema qatarí no recoge el compromiso de Israel a poner fin a la guerra después de los 60 días de tregua, pero sí recoge el compromiso de Estados Unidos.

Cuando Trump reciba a Netanyahu el próximo lunes en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos se mostrará, dice, "muy firme" con el primer ministro israelí sobre la necesidad de acabar con la guerra. La cuestión es si Netanyahu aceptará.

"SÍ", responde (sic) Nomi Bar-Yaacov. "Es crucial que todos los detalles estén resueltos antes de la llegada a Washington del primer ministro israelí y que el período del alto el fuego se reduzca respecto a los 60 días que se están discutiendo actualmente", añade la mediadora internacional en conversación con este periódico.

Netanyahu emite señales de querer aceptar. Sus ministros de Seguridad Pública, Itamar Ben-Gvir, y Finanzas, Bezalel Smotrich, son una vez más el principal obstáculo. Los líderes extremistas religiosos amagan, del mismo modo que en ocasiones anteriores, con la posibilidad de tumbar el Gobierno en caso de detener la ofensiva.

"Después de la victoria frente a Irán, hay que mantener el impulso", expresó ayer el propio Ben Gvir. "La manera de derrotar a Hamás no es permitir que se recupere estando ya en la lona. No se trata de liberar a cientos de asesinos terroristas. La manera de derrotar a Hamás y devolver a los rehenes a casa es conquistar toda la Franja de Gaza, cortar la ayuda humanitaria, llegar a la fase de consolidación… y ganar", sentenció.

Los demás miembros de la coalición parecen estar abiertos a aceptar la propuesta. "Hay una gran mayoría en el Gobierno y también dentro del pueblo israelí a favor del esquema de liberación de rehenes. Si se presenta la oportunidad de avanzar con este esquema, ¡no podemos desaprovecharla!", escribió, en este sentido, el ministro de Exteriores, Gideon Sa’ar, en la red social X.

Fuera del Gobierno, la voluntad de sellar un acuerdo es abrumadora. Tanto, que el líder de la oposición, Yair Lapid, ofreció este miércoles a Netanyahu una red de seguridad, un compromiso a no votar a favor de ninguna moción de censura en la Knéset que pudiera tumbar el Gobierno. "Frente a los 13 votos de Ben Gvir y Smotrich, tienes mis 23 votos. Hay que traer a todos de vuelta a casa ahora", anunció Lapid.