Soldados israelíes en la entrada de un túnel de Hamás en el hospital de Al Shifa este miércoles.

Soldados israelíes en la entrada de un túnel de Hamás en el hospital de Al Shifa este miércoles. Reuters

Oriente Próximo

El dilema de los rehenes: qué gana y qué sacrifica Israel con una tregua justo antes de entrar en Jabalia

Israel sabe que su victoria es cuestión de tiempo, igual que sabe que será casi imposible rescatar a los rehenes por la fuerza. 

23 noviembre, 2023 03:37

Después de partir Gaza City en tres sectores y rodear el campamento de refugiados de Jabalia -último reducto de las fuerzas de Hamás- desde el noreste, el oeste y el sur, Israel aceptó este martes un extraño alto el fuego. ¿Por qué extraño? En primer lugar, porque va en contra de todo lo que ha repetido el primer ministro Benjamin Netanyahu desde que se inició la guerra: el alto el fuego era un recurso vinculado exclusivamente a la entrega de todos los rehenes y en según qué condiciones. De repente, Israel se conforma con la entrega de solo 50 de los más de 200 secuestrados: un grupo de mujeres y jóvenes menores de diecinueve años.

Las cesiones no acaban ahí: además del alto el fuego durante cuatro días a empezar a las diez de la mañana, hora local, de este jueves 23 de noviembre, Israel liberará a 150 presos, también mujeres y menores de 19 años. Es el resultado de semanas de diplomacia estadounidense, tratando de poner de acuerdo a las dos partes a través de sus aliados en la zona: Egipto y Qatar, donde se han llevado las negociaciones.

Es de entender que Biden y Blinken han presionado al gobierno israelí para aceptar una oferta digna y permitir que la ayuda humanitaria se pueda repartir por todo el norte de Gaza y los muchos evacuados a la zona sur puedan regresar a sus hogares.

Israel y Hamás pactan una tregua parcial para intercambian rehenes por presos y dejar entrar la ayuda humanitaria Edición: Jose Verdugo

[Israel continúa con sus operaciones militares en Gaza horas antes de que empiece el alto el fuego]

Ahora bien, a nadie se le escapa -porque así lo han declarado las propias IDF en varias ocasiones- que una tregua de este tipo sólo puede beneficiar a Hamás desde el punto de vista militar. Los terroristas tienen 96 horas por delante para reconstruir túneles, reagrupar milicias y pensar en un nuevo enfoque para la guerra.

Si Israel ha permitido que Hamás respire justo cuando había conseguido asfixiar a sus tropas y encajonarlas prácticamente en un solo barrio, es porque entiende que los perjuicios son menores que los beneficios y que Hamás será incapaz de reanimar su fuego.

Avance israelí en la Franja de Gaza previo a la tregua entre Israel y Hamás

La traición de Hezbolá

Después de casi un mes de ocupación de la Franja de Gaza, los israelíes no han llegado ni al centenar de bajas en combate. Teniendo en cuenta que han tenido que entrar por tres puntos distintos, que han establecido amplias zonas de seguridad y que han entrado en Gaza City con los tanques y la infantería por delante, la cifra llama la atención.

Los expertos esperaban un baño de sangre y una lucha sin cuartel casa por casa. No se ha producido. La resistencia palestina ha sido escasa y centrada en muy pocos lugares, generalmente alrededor de los hospitales y en la ciudad norteña de Beit Hanún.

Sameera Dwayyat muestra una fotografía de su hija,  Shorouq Dwayyat, de 26 años y prisionera de Israel.

Sameera Dwayyat muestra una fotografía de su hija, Shorouq Dwayyat, de 26 años y prisionera de Israel. Reuters

Desde que Hezbolá renunciara públicamente a cumplir con sus amenazas y se desmarcara del conflicto, Israel sabe que su victoria es cuestión de tiempo. Del mismo modo, Hamás es consciente de que no tiene salida: cometieron un terrible error de cálculo, convencidos de que sus infames actos terroristas del 7 de octubre no solo torpedearían el acuerdo inminente entre Arabia Saudí e Israel, sino que agitarían todo el mundo árabe en su favor.

No ha sido así, más allá de algunas escaramuzas en la frontera con Líbano. Estados Unidos amenazó a Irán con represalias si no se estaban quietos y los ayatolás ni se han movido en todo este tiempo.

En ese sentido, el riesgo militar que corre Israel es escaso. Aunque es probable que grupos aislados mantengan la esperanza y aprovechen estos cuatro días para retomar fuerzas y trabajar en nuevas estrategias. Durante las seis horas diarias en las que las IDF se han comprometido a no utilizar drones, muchos de los combatientes aprovecharán la circunstancia para huir, sin más.

Habrá que valorar también hasta qué punto, ante la derrota inminente, la sociedad civil de Gaza puede contemplar algún tipo de acción contra Hamás para apartarlos del poder.

No logran rescates

Convencidos de que el oxígeno que le llega al enemigo no bastará para sanar sus pulmones, Israel consigue a cambio de las cesiones un bien más que preciado: la vida de 50 de sus rehenes. No son 200 y se ha dejado fuera del intercambio a los hombres mayores de edad. La decisión está siendo muy discutida porque se interpreta como una cesión, más aún en un gobierno que se caracteriza por su radicalismo.

Ahora bien, son 50 vidas que se salvan y que vuelven a casa. Vistos los resultados de la operación militar en ese campo, no es ni mucho menos poca cosa.

[Israel combate a Hamás en Zeitún y avanza hacia el campo de refugiados de Jabalia por norte y oeste]

Porque lo cierto es que las IDF han conseguido todos sus objetivos territoriales a un precio muy bajo, pero no han logrado rescatar más que a un rehén, en el norte de la Franja y muy al principio de las operaciones.

Pensaban hallarlos en los túneles de los hospitales, pero ahí solo quedaban restos de ropa y biberones. Confiaban en que los detenidos revelarían su paradero, pero nadie parece saber nada, ni siquiera los cooperantes que trabajaron durante semanas en los mismos hospitales y escuelas donde se supone que permanecieron escondidos.

Una persona frente a un mural en Tel Aviv con fotografías de los secuestrados por Hamás.

Una persona frente a un mural en Tel Aviv con fotografías de los secuestrados por Hamás. Reuters

Si Israel ha llegado a este acuerdo, es porque entiende que no va a conseguir liberar rehenes de ninguna otra manera. En cierto modo, se da por rendido. Lo único que han rescatado hasta el momento son los cadáveres de tres secuestrados. Por la fuerza, parece complicado cumplir el objetivo más importante desde el punto de vista psicológico para la sociedad judía.

Del mismo modo, conscientes de esa debilidad, Hamás no puede deshacerse sin más de todos sus presos. Lo hará poco a poco según sus necesidades. De hecho, aún está por ver si los subalternos cumplen con las órdenes de sus líderes recibidas desde Doha.

A este respecto, el primer ministro Netanyahu afirmó este miércoles que, en cuanto acaben los cuatro días de alto el fuego, volverán con todo a buscar a los desaparecidos. Es muy improbable que los encuentren a corto plazo.

Las IDF han tomado el Hospital Indonesio, la mezquita Al Sheikh Zayed y se disponen a entrar en el campo de refugiados de Jabalia… pero saben que es imposible que los rehenes estén ahí o en cualquier otra parte de Gaza City. Los terroristas los trasladarán a otras zonas (probablemente en el sur) durante estos cuatro días.

De la capacidad para seguir pistas que lleven a sus nuevos paraderos dependerá buena parte del éxito israelí en esta operación. Sobre el terreno, debería resultar más sencillo.