Un niño juega con una rueda en un colegio afectado por las bombas.

Un niño juega con una rueda en un colegio afectado por las bombas. Khalil Ashawi Reuters

Oriente Próximo

Los combates entre los rebeldes y el ejército sirio ponen en peligro la tregua

El alto el fuego fue pactado por Rusia y Turquía. El objetivo es allanar el camino a una nueva ronda de negociaciones.

29 diciembre, 2016 23:26

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La tregua entre el régimen sirio y la oposición armada dio comienzo este viernes a las 00.00 hora local de Siria (las 23.00 hora peninsular española del jueves).

Sin embargo, los combates entre los rebeldes y las fuerzas del gobierno sirio se han retomado menos de dos horas después de que entrara en vigor, según han señalado observadores internacionales y fuentes oficiales del grupo rebelde a la agencia Reuters. Se trata de la primera violación del alto el fuego después del acuerdo al que habían llegado Rusia y Turquía.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dice que los rebeldes han violado el pacto y han tomado posición en la provincia de Hama.

Mohammed Rasheed, portavoz del grupo rebelde Jaish al-Nasr, ha dicho que han sido las fuerzas gubernamentales quienes han violado la tregua al bombardear zonas de Atshan y Skeik, pueblos de la provincia de Idlib que bordea Hama. 

El alto el fuego había sido aceptado este jueves tanto por la Comandancia General del Ejército y las Fuerzas Armadas de Siria, como por las facciones rebeldes sirias. Ambas partes habían dejado claro que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) no tiene ninguna relación con la tregua, pero diferían sin embargo en la inclusión o no del Frente de la Conquista del Levante (antiguo Frente al Nusra, exfilial siria de Al Qaeda), según información de Efe.

Para las autoridades sirias, la Conquista del Levante, que en varias partes del país lucha junto a otras facciones rebeldes, estaba excluida del pacto. Sin embargo, para la oposición armada, todo territorio en el que ellas están presentes quedaba enmarcado en el cese de hostilidades.

La tregua estuvo precedida de un intenso bombardeo aéreo y de artillería de leales al presidente, Bashar al Asad, contra la región de Guta Oriental, principal feudo de los rebeldes en las afueras de Damasco, que causó al menos 23 de muertos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

La mayor parte de las víctimas, 14, perdieron la vida en Duma, la principal ciudad de Guta Oriental, en el extrarradio de la capital siria. Otras cuatro personas, todas ellas de una misma familia, perecieron en la población de Arbín, otras dos en Harasta y dos en Saqba, y una más en Zamalka.

Asimismo, a lo largo del día varios proyectiles de mortero cayeron en barrios del centro de Damasco, entre ellos en la zona donde se encuentra la embajada rusa.

Horas antes del comienzo del cese de las hostilidades, el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al Mualem, aseguró en una entrevista a la televisión estatal que el acuerdo es "una oportunidad real de alcanzar una solución política al conflicto" en su país.

Al Mualem señaló que esta oportunidad podía "poner fin al derramamiento de sangre en Siria y encontrar un futuro para el país". El ministro sirio insistió en que el EI y el Frente de la Conquista del Levante no estaban incluidos en el acuerdo, por lo que el ejército seguirá luchando contra ellos.

El cese de hostilidades tiene como objetivo allanar el camino a una nueva ronda de negociaciones, prevista para finales de enero en la capital kazaja, Astaná.