León XIV y Bartolomé I este viernes en Iznik, Turquía, la antigua Nicea.

León XIV y Bartolomé I este viernes en Iznik, Turquía, la antigua Nicea. Yara Nardi Reuters

Europa

León XIV insta a los líderes ortodoxos en Nicea a "superar el escándalo de las divisiones" entre cristianos

El pontífice celebra el 1700 aniversario del primer concilio ecuménico de la Cristiandad en un acto en el que faltaron los ortodoxos rusos.

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D. Barreira
Agencias
Publicada

Las claves

El papa León XIV visitó Iznik (antigua Nicea) para conmemorar los 1700 años del Primer Concilio de Nicea y llamó a la reconciliación entre los cristianos.

Durante el acto, acompañado por líderes ortodoxos, el papa instó a superar las divisiones entre las distintas ramas del cristianismo y abogó por la fraternidad universal.

La conmemoración no contó con la presencia de representantes de la Iglesia ortodoxa rusa ni de su líder, el Patriarca Cirilo, debido a la ruptura de relaciones con el Vaticano y su apoyo a la guerra en Ucrania.

León XIV enfatizó la necesidad de rechazar el uso de la religión para justificar la violencia y destacó la importancia del diálogo y la colaboración entre todas las confesiones cristianas.

El papa León XIV viajó este viernes a Iznik para conmemorar los 1700 años del Primer Concilio de Nicea, desde donde pidió la reconciliación de los cristianos "en una época dramática en muchos aspectos". En esta nueva etapa de su primer viaje internacional por Turquía y Líbano, el pontífice ha participado en un acto acompañado de los principales líderes de la Iglesia ortodoxa.

León XIV viajó en helicóptero a Nicea, convertida en centro de peregrinación para los cristianos y donde en el año 325 se celebró el primer concilio ecuménico de la Cristiandad.

En esa fecha, más de 300 obispos convocados por el emperador romano Constantino y llegados de todas partes se reunieron para poner fin a sus diferencias y poner las bases para el dogma de la divinidad de Jesús: un momento histórico de unión al que siguieron siglos de cismas que duran hasta ahora.

El Papa y el patriarca de Constantinopla han visitado las ruinas de la basílica de San Neófito.

El Papa y el patriarca de Constantinopla han visitado las ruinas de la basílica de San Neófito. Yara Nardi Reuters

"En una época dramática en muchos aspectos, en la que las personas se ven sometidas a innumerables amenazas a su propia dignidad, el 1700 aniversario del Primer Concilio de Nicea es una valiosa ocasión para preguntarnos quién es Jesucristo en la vida de las mujeres y los hombres de hoy, quién es para cada uno de nosotros", dijo el papa.

Desde la plataforma colocada en la zona arqueológica donde hace años se descubrieron los restos de la basílica de San Neófito, construida donde se cree se celebró el Concilio, el pontífice agregó: "Todos estamos invitados a superar el escándalo de las divisiones que, lamentablemente, aún existen y a alimentar el deseo de unidad por el que el Señor Jesús rezó y dio su vida".

"Cuanto más reconciliados estemos, tanto más podremos los cristianos dar un testimonio creíble del Evangelio de Jesucristo, que es anuncio de esperanza para todos, mensaje de paz y de fraternidad universal que trasciende las fronteras de nuestras comunidades y naciones", dijo el papa citando a Francisco.

"La reconciliación es hoy un llamamiento que surge de toda la humanidad afligida por los conflictos y la violencia. El deseo de plena comunión entre todos los creyentes en Jesucristo va siempre acompañado de la búsqueda de la fraternidad entre todos los seres humanos", añadió.

En el Credo Niceo -el que surgió de este primer concilio y que se rezó este viernes en Iznik al final de la ceremonia- "no sería posible invocar a Dios como Padre si nos negáramos a reconocer como hermanos y hermanas a los demás hombres y mujeres, también ellos creados a imagen de Dios", indicó el papa.

"Existe una hermandad universal, independientemente de la etnia, la nacionalidad, la religión o la opinión", destacó rodeado de los patriarcas ortodoxos y otras ramas del cristianismo.

Sin ortodoxos rusos

León XIV aseveró que "el uso de la religión para justificar la guerra y la violencia, como cualquier forma de fundamentalismo y fanatismo, debe ser rechazado con firmeza, mientras que los caminos a seguir son los del encuentro fraternal, el diálogo y la colaboración".

El papa agradeció al patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, 'Primus Inter Pares', líder espiritual de más de 300 millones de ortodoxos, ya que decidió "conmemorar juntos el 1700 aniversario del Concilio de Nicea", y al resto de patriarcas de las Iglesias y representantes de las comuniones cristianas mundiales que han aceptado la invitación a participar en este evento.

Sin embargo, no hubo representación de los ortodoxos rusos ni de su líder el Patriarca de Moscú y Toda Rusia, Cirilo, cabeza de la Iglesia numéricamente más grande con cerca de 140 millones, pues están totalmente divididos y no mantienen relaciones desde hace años.

También rompieron con el Vaticano a pesar de los acercamientos que intentó el papa Francisco y la situación ha empeorado con el apoyo de Cirilo a la guerra en Ucrania.