El papa León XIV y el presidente turco Tayyip Erdogan pasan revista a la guardia de honor durante el desfile de bienvenida en el Palacio Presidencial en Ankara.

El papa León XIV y el presidente turco Tayyip Erdogan pasan revista a la guardia de honor durante el desfile de bienvenida en el Palacio Presidencial en Ankara. Reuters

Europa

Del Concilio de Nicea en el año 325 a Gaza: León XIV, el Papa estadounidense empieza su pontificado en Turquía

El Pontífice aseguraen el vuelo a Ankara que visitará España pronto.

El heredero del papa Francisco viaja a la cuna del cristianismo, donde sus minorías se sienten amenazadas en el epicentro de una región musulmana.

Más información: El papa León XIV acepta la renuncia del obispo de Cádiz tras las acusaciones de acoso sexual a las que se enfrenta

Publicada

Las claves

El papa León XIV, primer pontífice estadounidense, inicia su pontificado con un viaje a Turquía y Líbano, enfocándose en el diálogo interreligioso y la protección de las minorías cristianas.

En Turquía, León XIV conmemora el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea, destacando la importancia histórica de la región para el cristianismo y abogando por la paz y la convivencia entre religiones.

El papa denuncia la presión y discriminación que sufren las minorías cristianas en Turquía y Nigeria, y llama a renunciar a la lógica militar y promover la justicia y el diálogo.

En el Líbano, León XIV busca arrojar luz sobre la crisis social y política, rindiendo homenaje a las víctimas de la explosión del puerto de Beirut y apoyando a la comunidad cristiana local.

El papa León XIV inició el jueves su pontificado diplomático con un viaje a Turquía y Líbano, dos países de mayoría musulmana donde las minorías cristianas viven bajo presión y que están atravesados por las ondas expansivas de Gaza, Ucrania y el colapso libanés.

El viaje arranca el mismo día en que un arzobispo nigeriano denunciaba en la ONU las matanzas de cristianos en su país, parte de lo que muchos definen como un genocidio a cámara lenta en el cinturón central de Nigeria.

Durante el vuelo de Roma a Ankara, Robert Francis Prevost (70 años) señaló a los 80 medios que lo acompañan que espera visitar España pronto: “Hay más que esperanza”, aseguró, antes de aterrizar en lo que él mismo define como tierra “inextricablemente unida a los orígenes del cristianismo”.

La visita se ha estrenado con un intercambio político muy cargado políticamente. “Aplaudimos la astuta postura del Papa sobre la cuestión palestina”, declaró el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan (71 años), en la Biblioteca Nacional de Ankara, aludiendo a la condena de León XIV de la destrucción de Gaza y del sufrimiento civil, en continuidad con la línea de Francisco: apoyo explícito a una solución de dos Estados y respeto del estatus de Jerusalén, en clave humanitaria y de derecho internacional, sin alinearse con ningún gobierno concreto.

El Papa, sin mencionar Gaza ni Ucrania, lanzó un llamamiento global a la paz y pidió abandonar la lógica militar. Defendió “renunciar al uso de las armas como vía para resolver problemas” y “sentarse juntos en la mesa, dialogar y trabajar juntos por soluciones”, insistiendo en que la justicia y la misericordia, y no la fuerza, deben guiar el desarrollo.

El papa León XIV habla durante una reunión con autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en la Biblioteca Nacional del Palacio Presidencial de Ankara.

El papa León XIV habla durante una reunión con autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en la Biblioteca Nacional del Palacio Presidencial de Ankara. Reuters

Rechazó la “falsa lógica” de que cada comunidad se encierre en su propia fe y abogó por una “cultura del encuentro” frente a la “globalización de la indiferencia”.

El viaje es un test de la capacidad del primer Papa estadounidense para gestionar Gaza, el futuro de los cristianos de Oriente Medio y las tensiones intraeclesiales, y comprobar si consolida el perfil de Papa de unidad o marca una identidad propia.

Es su primer viaje, pero también el más significativo: sale de su zona de confort en Roma, se expone seis días a la lupa mediática y utiliza la diplomacia papal para intervenir en la región más volátil del planeta.

Turquía, cuna del cristianismo y escenario del viaje

Que el Pontífice comience precisamente en Turquía no es casual. El viernes visita Estambul y Nicea (hoy İznik, a unos 200 kilómetros al sureste de Estambul), donde se celebró en el año 325 d.C. el Concilio de Nicea convocado por el emperador Constantino que fijó el Credo y la doctrina sobre Cristo. León XIV viaja para conmemorar el 1.700 aniversario de aquel cónclave, en un territorio donde los cristianos son hoy numéricamente marginales, pero políticamente hipersensibles.

En el actual territorio turco fue también donde por primera vez los discípulos de Jesús recibieron el nombre de “cristianos”: en la antigua Antioquía, hoy Antakya, desde donde arranca la gran misión hacia el mundo grecorromano de san Pablo. Las rutas del apóstol atraviesan desde allí toda Anatolia, fundando comunidades en ciudades hoy turcas, entre ellas las siete iglesias del Apocalipsis: Éfeso, Esmirna (Izmir), Pérgamo (Bergama), Tiatira (Akhisar), Sardes (Sart), Filadelfia (Alaşehir) y Laodicea (Denizli). Los siete primeros concilios ecuménicos que definen la ortodoxia cristiana se celebraron íntegramente en lo que hoy es territorio turco, y hasta el obispo de Myra, san Nicolás —origen legendario de Papá Noel—, pertenece a esta geografía.

El papa León XIV posa con el presidente turco Tayyip Erdogan y su esposa Emine durante su encuentro en el Palacio Presidencial este jueves en Ankara.

El papa León XIV posa con el presidente turco Tayyip Erdogan y su esposa Emine durante su encuentro en el Palacio Presidencial este jueves en Ankara. Reuters

Sumados los grandes episodios bíblicos situados en la región (Abraham, el monte Ararat), la idea fuerza es clara: el cristianismo no solo nació en Palestina, sino que se nombra, se organiza y se universaliza en lo que hoy es Turquía. Por eso con su visita León XIV destaca que su viaje no es solo un gesto diplomático, sino un regreso al lugar donde una secta marginal se convirtió en religión global, cuyos descendientes sobreviven ahora allí como una minoría diminuta.

Continuidad con Francisco

Desde el Vaticano se subraya la continuidad con las promesas pendientes del fallecido papa Francisco: celebrar el aniversario de Nicea junto al Patriarcado ecuménico, la sede espiritual e histórica de la Iglesia ortodoxa con centro en Estambul, cuyo patriarca —el de Constantinopla— es considerado primus inter pares (primero entre iguales) entre los obispos ortodoxos, con autoridad moral pero no jurisdicción directa sobre las demás iglesias autocéfalas.

Laki Vingas, líder ortodoxo griego en Estambul, recuerda precisamente la invitación del Patriarca ecuménico Bartolomé I a Francisco para conmemorar juntos Nicea y subraya que León “sigue los pasos de su predecesor” al mantener ese compromiso y empezar su pontificado con esta visita. Interpreta la presencia del Papa junto al Patriarca como una nueva etapa de compromiso mutuo entre Oriente y Occidente destinada a mandar un mensaje de coexistencia y trabajo conjunto con otras etnias y religiones, no solo entre cristianos.

Además de reunirse con Erdoğan y con Bartolomé, el Papa chicaguense se reúne con el jefe de Asuntos Religiosos (Diyanet) y con el gran rabino, una agenda que muestra su apertura al diálogo con el islam y el judaísmo.

Minorías cristianas traumadas en Turquía

Si hace un siglo los cristianos representaban en Turquía alrededor del 20%, hoy apenas rondan el 0,5% de la población. Su situación es extremadamente frágil tras una sucesión de hechos traumáticos: el genocidio armenio (1915-17), precedido por las masacres hamidianas y la matanza de Adana; la década de violencia contra los asirios y siríacos (1915-24) y el genocidio y la expulsión de los griegos ortodoxos de Anatolia, desde 1914 hasta el pogromo de Estambul de 1955 y que se prolongó hasta bien entrada la década de 1960.

Aunque la Constitución turca protege formalmente la libertad religiosa, este siglo de discriminación, exilios forzados y violencia deja a los cristianos en una posición de desigualdad y exclusión, agravada por el giro hacia el nacionalismo conservador del partido islamista de Erdoğan, el AKP. Massimiliano Palinuro, obispo en Estambul, explicaba que aunque el Estado “defiende a los cristianos”, los prejuicios de la población hacen que la vida diaria pueda ser difícil y confía en que la visita papal aporte mayor aceptación y respeto.

El papa León XIV se reúne con Safi Arpagus, director de la Dirección de Asuntos Religiosos de Turquía, durante su primer viaje apostólico en Ankara.

El papa León XIV se reúne con Safi Arpagus, director de la Dirección de Asuntos Religiosos de Turquía, durante su primer viaje apostólico en Ankara. Reuters

Erdoğan, por su parte, insiste en la imagen de país puente: “Turquía, en el corazón de tres continentes, ocupa una posición única entre Oriente y Occidente, y sirve de puente entre diferentes culturas y creencias”, afirmó. Recordó que en ciudades como Estambul, Hatay, Mardin o Diyarbakir se pueden ver “mezquitas, iglesias y sinagogas una al lado de la otra, que han vivido aquí durante siglos sin miedo ni opresión”, defendió su política de acogida de refugiados y lanzó una advertencia sobre la “islamofobia en Occidente”.

El Líbano, último bastión cristiano 

La segunda etapa del viaje lleva a León XIV, el domingo, al Líbano, un país marcado por el colapso económico, la corrupción estructural y la emigración masiva de jóvenes. Es el Estado árabe con mayor proporción de cristianos —en torno a un tercio de la población— y uno de los pocos lugares donde siguen siendo un actor político central en Oriente Medio, aunque barrios y parroquias enteras se han vaciado durante las últimas décadas.

El objetivo del viaje papal es arrojar luz sobre el sufrimiento del pueblo libanés y, en particular, sobre el trauma de la explosión del puerto de Beirut en agosto de 2020. La oración silenciosa de León XIV en el Almacén 12 se plantea como un gesto de memoria y, a la vez, de exigencia de rendición de cuentas a la clase política por una catástrofe que simboliza el colapso del Estado libanés: más de 200 muertos, miles de heridos y cientos de miles de desplazados, en un contexto de impunidad casi total.

La visita se produce con un nuevo liderazgo político en Beirut que intenta recomponer el Estado y puede reforzar la percepción de Líbano como último gran bastión cristiano de la región y pieza clave en la arquitectura regional tras la guerra en Gaza. El sacerdote greco-ortodoxo Elias Karam, en la ciudad libanesa de Kab Elias, pone el listón alto para el primer Papa estadounidense: “Esperamos que un mensaje del Papa anime e inspire a los cristianos que aún viven en estas tierras a permanecer apegados a ella”, afirma, y confía en que su nacionalidad le permita influir en la administración de Donald Trump para buscar la paz en la región.

Aparte de su encuentro el jueves con Erdoğan en Ankara, en Estambul León XIV se reúne con Bartolomé, visita la Mezquita Azul y celebra una gran misa con la minoría católica; en Iznik conmemorará el Concilio de Nicea. En los tres días de visita en el Líbano, se reunirá con las autoridades, patriarcas y jóvenes, visitará los dos grandes pulmones espirituales cristianos: el santuario de Harissa (Nuestra Señora del Líbano) y la tumba de san Charbel, el monje milagroso maronita, en Annaya. La visita culminará con una oración en silencio y una misa multitudinaria en el puerto de Beirut.