El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, reacciona mientras pronuncia un discurso con motivo del 69.º aniversario del levantamiento húngaro de 1956, en Budapest.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, reacciona mientras pronuncia un discurso con motivo del 69.º aniversario del levantamiento húngaro de 1956, en Budapest. Bernadett Szabo Reuters

Europa

Orbán asalta el grupo de prensa más grande de Hungría a cinco meses de unas elecciones que perderá según todos los sondeos

Un grupo empresarial afín al primer ministro adquiere la filial húngara que edita el tabloide más leído del país. Su ex redactor jefe desliza la posibilidad de que se esté preparando para una posible derrota.

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Las claves

El grupo Indamedia, vinculado al círculo de Viktor Orbán, ha adquirido la filial húngara de Ringier, controlando así el periódico sensacionalista Blikk y otras publicaciones clave a cinco meses de las elecciones.

Con esta operación, el control de Orbán sobre el sector mediático húngaro, ya estimado en torno al 80%, se incrementa de forma significativa, consolidando un dominio casi total sobre la prensa nacional.

La compra se produce en un contexto electoral adverso para Orbán, con encuestas que sitúan al opositor Péter Magyar como favorito por primera vez en quince años.

La estructura financiera y empresarial detrás de Indamedia incluye a empresarios estrechamente ligados a Orbán, como Miklós Vaszily y Lőrinc Mészáros, quienes han facilitado la adquisición mediante conexiones con bancos afines al gobierno.

Viktor Orbán controlaba alrededor del 80% del sector mediático de Hungría, según las estimaciones más optimistas de Reporteros Sin Fronteras (RSF). Es seguro que el porcentaje aumentó de forma considerable el pasado viernes, cuando Indamedia, un grupo cuyos propietarios forman parte del círculo íntimo del primer ministro, formalizó la compra de la filial húngara de Ringier, una empresa suiza que tenía en su haber varias cabeceras de circulación nacional, entre las que figura Blikk, el periódico sensacionalista más leído del país.

Orbán y sus oligarcas dieron el gran golpe a falta de cinco meses de las elecciones parlamentarias más determinantes de la historia reciente de Hungría. Unos comicios en los que, por primera vez en quince años, el mandatario ultraconservador no parte como claro favorito. Es el eurodiputado Péter Magyar, líder de Respeto y Libertad (Tisza, por su acrónimo en húngaro) quien encabeza con holgura las encuestas.

El reconocido periodista húngaro Iván Zsolt Nagy no cree en las casualidades. "Podría haber varias razones para la adquisición por parte de Indamedia. Una es obviamente de tipo comercial, y podríamos considerarla perfectamente lógica si no estuviéramos a cinco meses de las elecciones y si no supiéramos quién es el comprador", apunta en conversación con este periódico el ex redactor jefe de Blikk, que pactó su salida del rotativo tras la llegada de los nuevos propietarios.

"Indamedia posee el portal de noticias más potente y ahora ha adquirido el periódico impreso más grande, el tabloide Blikk, además de revistas femeninas —incluida Glamour— y un sitio web de salud. Es una cartera perfecta en sí misma. Pero, insisto, faltan cinco meses para las elecciones", subraya Nagy, que había aterrizado en la redacción del diario sensacionalista sólo siete meses antes para darle un lavado de cara.

"¿Cuáles podrían ser los objetivos políticos, si los hay? Se me ocurren dos. Por un lado, el Gobierno está en una situación sin precedentes, enfrentándose por primera vez en quince años a un rival político que podría derrotarlo en las elecciones de 2026. Por lo tanto, es concebible que en los últimos cinco meses de campaña quieran llegar a votantes que tal vez sólo lean tabloides", reflexiona el periodista, sabedor de que Blikk es "una marca muy fuerte y popular, con 500.000 lectores diarios, lo que podría ser una masa decisiva en las urnas".

"La otra posibilidad —que no excluye la primera— es que se estén preparando para una posible derrota en las urnas", desliza Nagy. "En ese escenario, el Gobierno actual perdería el control de los medios públicos, que actualmente están totalmente a su servicio, y el imperio mediático —que incluye casi 500 medios y los apoya con todos los recursos a su disposición— podría desmoronarse, pero Indamedia podría permanecer. De hecho, con una cartera así, podría ser extremadamente poderosa e ineludible en el mercado publicitario".

Y es que Indamedia tiene servidas varias porciones del pastel mediático húngaro. "Edita el periódico digital más leído del país, Index.hu, que no silencia a los críticos del Gobierno de Orbán, es cierto, pero que tampoco lanza ataques contundentes contra el primer ministro, y que, cuando la situación lo requiere, participa en los esfuerzos de desacreditar a la oposición usando métodos muy cuestionables desde un punto de vista profesional", subraya Nagy.

Detrás del entramado de Indamedia figura el empresario Miklós Vaszily, uno de los engranajes del Sistema de Cooperación Nacional (NER, por sus siglas en húngaro), la denominación oficial que recibe la red política, económica y mediática que sostiene el régimen de Orbán.

Vaszily es, desde abril, el director ejecutivo de TV2, uno de los principales canales de televisión del país y la punta de lanza mediática del Fidesz, propiedad del oligarca Lőrinc Mészáros, un amigo de infancia de Orbán que pasó de instalar tuberías de gas y agua a amasar la mayor fortuna del país a base de licitaciones públicas desde que el Fidesz recuperó el poder en 2010.

"Gracias a sus conexiones, los ejecutivos de Indamedia pudieron obtener, por ejemplo, la línea de crédito bancaria que necesitaban para ejecutar la adquisición", explica Nagy. "Es importante señalar que uno de los propietarios del grupo mediático es el presidente del consejo de supervisión del banco que proporcionó dicha línea de crédito, MBH Bank, y ese banco tiene estrechos vínculos con el amigo de la infancia de Orbán, quien ahora es el hombre más rico del país". Es decir, Lőrinc Mészáros.

¿En qué lugar queda la prensa libre en Hungría? "Todavía hay algunos medios nacionales que pueden considerarse independientes. Por ejemplo, hvg.hu, telex.hu, 24.hu, 444.hu, e incluso el canal de televisión RTL", responde Nagy. "Pero en su caso, la pregunta más bien es si son capaces de resistir la tentación de alinearse con la oposición más de lo profesionalmente aceptable. En última instancia, eso también pone en peligro su independencia".