El primer ministro francés, Sébastien Lecornu. Reuters
Lecornu aleja la moción de censura tras conceder a los socialistas la suspensión de la reforma de las pensiones
El primer ministro defiende que "no hay excusas" para tumbar a "un Gobierno que dejará de gobernar por decreto" y que presentará unos Presupuestos.
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El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, ha anunciado este martes en la Asamblea Nacional que su Gobierno deja en suspenso la polémica reforma de las pensiones hasta las próximas elecciones presidenciales en 2027.
Lecornu cede así a las presiones del Partido Socialista que puso esta medida como condición innegociable para no presentar una moción de censura a su segundo Gobierno. De hecho, el jefe del grupo de los diputados socialistas en la Asamblea, Boris Vallaud, confirmó que su formación está dispuesta a hacer la "apuesta" de continuar el debate en el Parlamento, lo que aleja el fantasma de una moción de censura inmediata por su parte.
Los votos de los socialistas son imprescindibles para que no salgan adelante las dos mociones de censura presentadas por la izquierda radical La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon y la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, que se debatirán y votarán el próximo jueves.
"No se aumentará la edad de jubilación desde ahora hasta enero de 2028, como solicitó específicamente ayer la CFDT (el principal sindicato de Francia)", aseguró Lecornu en su primer discurso ante el Parlamento tras ser nombrado de nuevo para el cargo por Macron,
Ahora bien, el jefe del Ejecutivo advirtió "muy claramente" de que "suspender por suspender no tiene ningún sentido" y puntualizó que no se trata de hacer "cualquier cosa", por lo que esta suspensión deberá ser "compensada".
Precisó que el coste de la suspensión para el sistema de pensiones de Francia "es de 400 millones de euros en 2026 y 1.800 millones de euros en 2027".
"Esta suspensión beneficiará en última instancia a 3,5 millones de franceses. Por lo tanto, deberá ser compensada financieramente, incluso mediante medidas de reducción de gastos", explicó el primer ministro francés.
Su objetivo, dijo, es evitar "un déficit mayor" y "poner en peligro la credibilidad de nuestro país, y más aún de todo nuestro sistema de pensiones".
Lecornu propuso, por tanto, organizar una conferencia sobre pensiones y mercado laboral en las próximas semanas de acuerdo con los agentes sociales, "antes de las elecciones presidenciales".
Si la conferencia llega a conclusiones, el Gobierno transpondrá el acuerdo a la legislación y el Parlamento decidirá. De lo contrario, señaló, corresponderá a los candidatos presidenciales presentar sus propuestas.
Gobernar sin 'decretazos'
Lecornu, defendió que "no hay excusas" para tumbar a priori en una moción de censura a "un Gobierno que dejará de gobernar por decreto" y aseguró que prepara un Presupuesto de 2026 "serio y fiable" para Francia.
El primer ministro francés confirmó que renuncia a aprobar los proyectos legislativos recurriendo al artículo 49.3 de la Constitución, que permite adoptar proyectos por decreto.
En su discurso de política general ante la Asamblea Nacional, el jefe de Gobierno aseveró que tiene la intención de cumplir en 2025 con el objetivo de un déficit del 5,4 % del PIB y que el año que viene cerrará por debajo del 5 % del PIB en 2026.
Para ello, el nuevo Gobierno del primer ministro francés propone aumentar los impuestos a los ricos y a las grandes empresas en 6.500 millones de euros el año próximo .
En el proyecto de presupuestos para 2026 presentado este martes, el Ejecutivo ha diseñado dos nuevos dispositivos fiscales para las grandes fortunas de los que se esperan 2.500 millones de euros, el primero un impuesto sobre el patrimonio financiero que gravará los bienes no profesionales integrados en los holdings familiares.
Con ese instrumento, del que el Ejecutivo confía en encajar unos 1.000 millones de euros, se busca contrarrestar el uso de esos holdings, concebidos inicialmente para salvaguardar las empresas familiares, como instrumentos de optimización fiscal aprovechando las exenciones a los activos profesionales.
Además, estarán sometidos a un impuesto excepcional aquellos que ganan más de 250.000 euros anuales, con un tipo impositivo del 3 % o el 4 %, con el objetivo de que en conjunto su nivel impositivo sea como mínimo del 20 %.
En paralelo, el año próximo se va a prolongar la llamada contribución excepcional dirigida a las grandes empresas con beneficios que facturan más de 1.000 millones de euros (unas 450 en total).