Sébastien Lecornu en una comparecencia el pasado viernes. Reuters
Macron da un portazo al adelanto electoral y vuelve a nombrar primer ministro a Sébastien Lecornu
El inquilino del Elíseo insiste en la misma figura para superar la crisis política que paraliza Francia. La ultraderecha de Le Pen y otros grupos parlamentarios ya han prometido que presentarán mociones de censura.
Más información: Los socialistas franceses cierran la puerta a un gobierno de coalición con los macronistas tras reunirse con Lecornu
Emmanuel Macron volvió a tocar este viernes la misma tecla para intentar salir del atolladero político que paraliza Francia. El inquilino del Elíseo nombró otra vez primer ministro a Sébastien Lecornu, la misma persona que dimitió del cargo hace apenas cuatro días por la reacción hostil del sector de la derecha tradicional de Los Republicanos (LR) a los nombramientos de su Gobierno.
Lecornu ocupó el Palacio de Matignon durante veintisiete días. Es el mandato más breve de cualquier primer ministro en el periodo de la Quinta República. Mucho más corto incluso que el del excomisario europeo Michel Barnier, que sólo duró tres meses antes de salir eyectado por una moción de censura.
Existe la posibilidad de que Lecornu rompa su propio récord. Y sin embargo, aceptó el reto. "Es mi deber aceptar la misión que me ha confiado el presidente: hacer todo lo que esté a mi alcance para dotar a Francia de un presupuesto antes de fin de año y responder a los problemas cotidianos de nuestros compatriotas", escribió el exministro de Defensa en la red social X.
"Como he dicho, esto sólo podrá hacerse bajo ciertas condiciones", añadió Lecornu, que instó a los ministros que pasen a formar parte del Gobierno, cuyos nombres todavía no han trascendido, que se comprometan “a desligarse de las ambiciones presidenciales para 2027”.
El principal cometido de Lecornu es presentar un proyecto de presupuesto el próximo lunes. Es urgente. Después, la Asamblea tendrá 70 días para examinar sus cuentas, como contempla la Constitución.
El primer ministro deberá sortear las mociones de censura, una tarea que se antoja casi imposible. De entrada, el presidente del RN, Jordan Bardella, delfín de Le Pen, confirmó que sus diputados presentarían una "inmediatamente". "La disolución es más inevitable que nunca", escribió la propia Le Pen en redes sociales.
La izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon también denunció lo que considera "un nuevo gesto de desprecio hacia los franceses". Los insumisos presentarán, aseguran, otra moción para destituir a Lecornu.
El segundo Gobierno de Lecornu queda, por lo tanto, en manos del Partido Socialista (PS). Su primer secretario, Olivier Faure, dice no haber alcanzado "absolutamente ningún acuerdo" con Lecornu. Ni siquiera uno para evitar las mociones de censura.
Tampoco ningún otro, insiste Faure, para suspender la reforma de las pensiones, una de las demandas que los socialistas le habían presentado esta semana durante sus encuentros en Matignon con los líderes de los distintos grupos parlamentarios.
Y es que, después de anunciar su dimisión, Macron le pidió dilatar 48 horas más su estancia en el cargo para intentar reconducir la situación con el objetivo de evitar la disolución de la Asamblea Nacional y unas elecciones legislativas anticipadas que, según reflejan los sondeos, sólo benefician a los de Le Pen.
Pasado el plazo, Lecornu, incapaz de tejer una mayoría, volvió a pasar la patata caliente a Macron. "Mi misión ha terminado", declaró el pasado miércoles en una entrevista con la cadena France 2. Pero el presidente no opina lo mismo.