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Europa

España, mayor comprador del carbón vegetal que producen los 60.000 presos esclavizados por el régimen cubano

Un informe de la ONG Prisoners Defenders denuncia el uso sistemático de reclusos como mano de obra forzada para producir bienes destinados a los mercados europeos.

Más información: Las importaciones de petróleo, carbón y gas a la UE sumaron 315.000 millones de euros en 2024: sólo el 21% son de EEUU

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El régimen cubano utiliza a unos 60.000 presos como mano de obra esclava para sostener una de sus principales exportaciones: el carbón vegetal de marabú. Un producto de uso común en la cocina, destinado en su mayoría a los mercados europeos, con España como principal comprador.

Así lo revela un informe publicado este lunes por la organización Prisoners Defenders, especializada en documentar violaciones de derechos humanos y la situación de los presos políticos en la isla.

Según el documento, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, los reclusos son forzados a trabajar en condiciones inhumanas para producir un bien que termina en España, Portugal, Grecia, Italia y Turquía, entre otros.

Sin contrato, sin apenas salario, bajo vigilancia constante y expuestos a castigos físicos, los presos realizan estas tareas en un contexto que podría calificarse de esclavitud moderna, según la definición que ofrece Naciones Unidas.

En total, la Unión Europea importó el año pasado cerca de 87.000 toneladas de carbón vegetal obtenido en estas condiciones. España lideró las importaciones europeas, con compras por valor de 15,7 millones de dólares (unos 14,5 millones de euros) en 2023, según cifras oficiales recogidas en el informe.

Prisioner Defenders

Prisioner Defenders

Buena parte de los importadores europeos, advierte Prisoners Defenders que asegura haber iniciado la investigación a petición del Relator Especial de Naciones Unidas para la esclavitud, ignoran el origen del producto o, peor aún, lo conocen y lo aceptan por los márgenes de beneficio que ofrece.

El informe, basado en 53 entrevistas directas a presos y otras 60 validadas por el Institute for Crime & Justice Policy Research (un think tank de la Universidad de Londres con sede en Birkbeck), revela que los reclusos reciben entre 32 y 64 céntimos de dólar por tonelada producida, es decir, entre 30 y 59 céntimos de euro. Una cantidad que no les permite cubrir ni las necesidades más básicas.

En contraste, el Gobierno cubano, que mantiene el control absoluto sobre esta industria, vende esa misma tonelada a un precio medio de 500 dólares (unos 465 euros) en el mercado europeo. Así, el margen de beneficio que obtiene el Estado cubano es enorme: alcanza el 99,96%, según el informe.

0,0086 céntimos de salario

En el caso de España, el saco de 15 kilos, uno de los formatos más habituales en tiendas y grandes superficies, se vende al consumidor por unos 19,50 euros, aproximadamente. De ese importe, el régimen cubano percibe unos 7,88 dólares (7,30 euros); los comercializadores españoles, 13,56 dólares (12,60 euros); y el preso que lo ha producido, apenas 0,0092 dólares (0,0086 euros). Es decir, menos de una centésima de euro por saco.

Márgenes comerciales en España del carbón de marabú.

Márgenes comerciales en España del carbón de marabú. Prisioners Defenders

Esta elevada rentabilidad convierte el producto en una fuente de ingresos muy lucrativa, tanto para el régimen cubano como para los distribuidores europeos, de acuerdo con Prisioners Defenders. "Resulta muy evidente que el desmedido ánimo de lucro es el único motivo que mueve al régimen cubano a esclavizar a sus presos y condenados, y a los comercializadores a comercializarlo", denuncia la ONG.

En esta línea, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) ha denunciado ante el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos la violación de los derechos laborales a centenares de personas privadas de libertad en Cuba, quienes son sometidos a trabajo forzoso con fines mercantiles de producción.

Ahora bien, no se trata sólo de la producción de carbón vegetal, sino que las actividades a los que son forzados los presos incluyen el corte de la caña de azúcar, la producción agrícola, la producción de cigarros e incluso "la construcción de mansiones privadas" de los altos mandos del Ejército.

"Bebiendo con las vacas"

En general, los testimonios recogidos identifican patrones sistemáticos de trabajo forzoso aplicados a 60.000 reos de los aproximadamente 90.000 internos penales en las cárceles cubanas.

"Para producir el carbón, dormimos en el campo, sin camas, sin techo… Tenemos que construir nosotros mismos cabañas improvisadas y sólo se nos permite dormir sobre balas de paja. No están permitidos los colchones... Sólo podemos beber el agua sucia de un abrevadero donde también beben las vacas en una finca cercana", detalla uno de los testimonios bajo condición de anonimato.

Vista general de una calle de La Habana (Cuba), en una imagen de archivo.

Vista general de una calle de La Habana (Cuba), en una imagen de archivo. Efe

"Ninguno tenía protección laboral ni formación", explica el presidente de la organización, Javier Larrondo. Los testimonios describen condiciones infrahumanas en las que los reos eran obligados a trabajar bajo amenaza de castigos, como su traslado a una prisión de máxima seguridad o la retirada de las visitas conyugales.

Asimismo, el informe documenta casos en los que las personas eran forzadas a trabajar incluso estando en condiciones de salud inapropiadas: "Tenía diabetes y asma. Me obligaron a cortar caña. Casi me desmayé tres veces, pero si pedía descansar, me amenazaban". 

El informe concluye que Cuba incurre en violaciones flagrantes de convenios internacionales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de tratados de derechos humanos que el propio Estado ha ratificado. En esta línea, Prisoners Defenders insta a la comunidad internacional a condenar estos hechos, a prohibir el comercio de productos elaborados bajo estas condiciones y a exigir la apertura del sistema penitenciario cubano a inspecciones independientes.