Emmanuel Macron preside en París un desfile militar junto a la cúpula del Ejército francés.

Emmanuel Macron preside en París un desfile militar junto a la cúpula del Ejército francés. X

Europa FRANCIA

Macron pidió a los hospitales franceses que estén listos para una situación de gran guerra en Europa dentro de seis meses

Según los cálculos, los hospitales deberían ser capaces de absorber entre 10.000 y 50.000 heridos en un periodo de 10 a 180 días, con picos que podrían alcanzar los 250 pacientes diarios durante tres jornadas consecutivas.

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Francia ha dado un paso inusual y revelador: su Ministerio de Sanidad, en coordinación con el de Defensa, ha instruido a los hospitales del país para que estén plenamente preparados, a más tardar en marzo de 2026, ante la posibilidad de un conflicto militar de gran magnitud en suelo europeo.

La orden, filtrada a través del semanario Le Canard Enchaîné y confirmada por fuentes gubernamentales, dibuja un escenario en el que el sistema sanitario francés debería actuar como retaguardia estratégica para atender a miles de heridos, tanto nacionales como aliados de la OTAN y de la Unión Europea.

Prudencia sin pánico

La ministra de Sanidad, Catherine Vautrin, intentó rebajar la tensión tras la filtración. En una entrevista con BFMTV, aseguró que este tipo de protocolos forman parte de la planificación ordinaria.

Los hospitales siempre se preparan para crisis: epidemias, catástrofes o aumentos repentinos de demanda. Es normal anticipar”.

Sin embargo, el lenguaje del documento -fechado el 18 de julio de 2025- es inequívoco: exige plena capacidad operativa frente a una “guerra de alta intensidad” en Europa.

La instrucción encaja con una tendencia más amplia de resiliencia en el continente. En los últimos meses, Bruselas ha instado a los Estados miembros a actualizar sus planes de contingencia ante ciberataques, apagones eléctricos o fenómenos climáticos extremos, y ha recomendado incluso a los hogares disponer de kits de emergencia básicos.

Entre 10.000 y 50.000 heridos

Los supuestos sobre los que trabajan las autoridades francesas son contundentes. Según los cálculos incluidos en la circular, los hospitales deberían ser capaces de absorber entre 10.000 y 50.000 heridos en un periodo de 10 a 180 días, con picos que podrían alcanzar los 250 pacientes diarios durante tres jornadas consecutivas.

El objetivo es que Francia pueda sostener, en caso de necesidad, el esfuerzo bélico de sus aliados al convertirse en base de tratamiento y estabilización de tropas.

Para lograrlo, se prevé habilitar centros médicos de tránsito en torno a nodos estratégicos como puertos, aeropuertos y estaciones de tren o autobús.

Estos dispositivos permitirían estabilizar a los soldados heridos antes de su repatriación a los países de origen.

Formación y logística

La circular no se limita a cuestiones logísticas. Insiste en la necesidad de entrenar al personal en traumatología de guerra, medicina de rehabilitación y atención psicológica para casos de estrés postraumático.

También plantea el refuerzo del Servicio de Sanidad de las Fuerzas Armadas mediante la incorporación de médicos y sanitarios civiles, en un esfuerzo por ampliar las capacidades más allá de los 14.000 profesionales militares existentes.

Los hospitales deberán elaborar inventarios detallados de camas, quirófanos, equipos de imagen y reservas de sangre, además de ensayar protocolos de triaje y evacuación que aseguren el flujo eficiente de pacientes.

Asimismo, el documento contempla la requisición de personal sanitario, independientemente de su especialidad, para garantizar turnos capaces de resistir meses de presión constante.

El plan incluye apoyo psicológico específico para los equipos médicos que, en caso de crisis, trabajarían bajo un nivel extremo de estrés.

Ecos de la Guerra Fría

El trasfondo histórico tampoco es menor. Durante la Guerra Fría, la mayoría de los países europeos mantenían capacidades médicas preparadas para escenarios bélicos.

Pero tras la caída del Muro de Berlín, estos dispositivos se desmantelaron bajo la premisa de que Europa entraba en una “era de paz perpetua”, el llamado “fin de la historia”.

La reactivación de estos planes muestra hasta qué punto la guerra en Ucrania y el deterioro del entorno de seguridad han modificado la percepción de riesgo en las capitales europeas.

Europa en alerta

Aunque el Gobierno insiste en que no se trata de una predicción de guerra inminente, la fecha límite de marzo de 2026 añade un componente de urgencia.

El mensaje a la sanidad francesa es claro: estar preparada para actuar como retaguardia en un conflicto de alta intensidad que, aunque todavía hipotético, ya marca las prioridades estratégicas de París y sus socios europeos.

En definitiva, el plan refleja un cambio de era: de la confianza en la estabilidad continental a la preparación sistemática para escenarios de crisis mayores.

Una Francia que se pensaba blindada a la guerra vuelve a entrenar a sus médicos y a reorganizar sus hospitales con un horizonte concreto: estar lista, por si la historia vuelve a golpear, dentro de apenas año y medio.