Agentes del SBU detienen en Kiev a uno de los ciudadanos chinos, sospechoso de espionaje relacionado con la tecnología del misil Neptune de Ucrania. Fotografía publicada el 9 de julio de 2025.

Agentes del SBU detienen en Kiev a uno de los ciudadanos chinos, sospechoso de espionaje relacionado con la tecnología del misil Neptune de Ucrania. Fotografía publicada el 9 de julio de 2025. Telegram

Europa UCRANIA

Ucrania detiene a un padre y un hijo, ciudadanos chinos, por espiar y obtener información clasificada del misil Neptune

El régimen de Xi Jinping, cada vez más alineado con Moscú, queda de nuevo en entredicho tras descubrirse una operación de espionaje dirigida a obtener secretos militares ucranianos.

Más información: Ucrania asegura haber abortado dos intentos de asesinato contra Zelenski y los jefes de los servicios secretos

Publicada
Actualizada

La inteligencia ucraniana ha desarticulado una presunta operación de espionaje chino dirigida a obtener información clasificada sobre uno de los sistemas de armamento más emblemáticos de la guerra: el misil de crucero Neptune.

El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) anunció este martes la detención de dos ciudadanos chinos en Kiev, acusados de intentar sustraer documentación confidencial relacionada con este proyectil, clave en la defensa costera ucraniana y famoso por haber hundido al buque insignia de la flota rusa del mar Negro en 2022.

Según el comunicado del SBU, los sospechosos son un joven de 24 años, exestudiante de una universidad técnica ucraniana, y su padre, quien reside en China pero realizaba visitas periódicas al país, según adelantó The Kyiv Independent.

El primero habría permanecido en Ucrania incluso tras ser expulsado por bajo rendimiento académico en 2023, y habría intentado reclutar a un ciudadano ucraniano con acceso a información militar clasificada.

Las autoridades afirman que buscaba obtener datos técnicos del sistema RK-360MC Neptune y enviarlos ilegalmente a los servicios de inteligencia chinos.

Ambos hombres fueron arrestados en flagrante delito: el joven durante el intercambio de documentación sensible, y su padre poco después.

Este último está acusado de haber supervisado directamente las actividades de espionaje de su hijo. En los registros realizados, los agentes incautaron teléfonos móviles que contenían pruebas de la operación, incluidas comunicaciones cifradas entre ambos sospechosos.

Los dos detenidos afrontan ahora cargos de espionaje y podrían ser condenados hasta a 15 años de prisión, además del decomiso de sus bienes.

La investigación está siendo coordinada por los servicios de contrainteligencia del SBU, que han reforzado las medidas de protección en torno a las instalaciones relacionadas con el desarrollo de armamento estratégico.

Este nuevo episodio de intrusión china se produce en un contexto de creciente tensión entre Kiev y Pekín.

Pese a proclamarse neutral, China ha sido señalada por facilitar a Rusia la adquisición de productos de doble uso que fortalecen su capacidad militar.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha denunciado en repetidas ocasiones el papel de China como cómplice indirecto del Kremlin, y el pasado 8 de julio firmó un decreto que impone sanciones a cinco empresas chinas por suministrar componentes a los drones Shahed utilizados por Moscú para bombardear territorio ucraniano.

El misil Neptune, desarrollado íntegramente en Ucrania, ha demostrado ser una herramienta estratégica tanto en el frente como en operaciones encubiertas.

En enero de este año, el SBU y la Armada ucraniana usaron este sistema para destruir un depósito de municiones y drones de reconocimiento en la región rusa de Rostov, cerca del pueblo de Chaltyr.

La tecnología que China pretendía robar está siendo utilizada no solo para defender la costa, sino también para golpear objetivos logísticos del enemigo en su propio territorio.

El caso refuerza la percepción en Kiev de que China actúa como aliado encubierto de Rusia en la guerra.

A medida que avanza el conflicto, la tecnología militar ucraniana se convierte en un objetivo prioritario para las potencias que, como Pekín, buscan acceder a desarrollos estratégicos sin pasar por procesos de cooperación internacional ni tratados multilaterales.

Para Ucrania, la protección de su innovación armamentística se ha convertido en un frente más de una guerra que también se libra en el terreno de la inteligencia.