Samantha Lewthwaite

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La 'Viuda Blanca', fan de Bin Laden y ligada a 240 muertes, sigue libre 20 años después de los atentados de Londres

Samantha Lewthwaite, viuda del terrorista del metro de Londres en 2005, ha sido vinculada a más de 240 muertes en África. Su rastro se pierde en Somalia, entre propaganda y leyenda.

Más información: Terroristas de Al Shabaab atacan un hotel en el centro de Somalia con un coche bomba: hay seis muertos y 10 heridos

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Veinte años después de los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, la figura de Samantha Lewthwaite -conocida como la “Viuda Blanca”- sigue siendo un misterio para las agencias de inteligencia occidentales.

Viuda de Germaine Lindsay, uno de los cuatro suicidas de aquella mañana, su nombre ha aparecido vinculado a algunas de las masacres más sangrientas perpetradas por el grupo yihadista Al Shabaab en África.

Se le atribuyen más de 240 muertes. A pesar de órdenes de captura internacionales, sigue libre.

Convertida al islam a los 17 años, hija de un soldado británico, Lewthwaite pasó de ser una adolescente “normal, alegre y amable”, según sus conocidos en Buckinghamshire, a convertirse en una figura propagandística del yihadismo global, según informó The Telegraph.

Se le atribuyen vínculos con atentados como el asalto al centro comercial Westgate de Nairobi en 2013, la masacre en la universidad de Garissa en 2015 y diversos ataques con granadas en Kenia.

Sin embargo, su papel concreto en estos hechos ha sido objeto de debate: ¿líder operativa o asistente útil con aura mítica?

La policía británica cree que no solo conocía los planes de su primer marido antes de los atentados del 7-J, sino que incluso los apoyaba.

No alertó de su desaparición durante días y años después dio a sus hijos nombres con referencias explícitas al martirio.

Pese a todo, nunca fue arrestada. David Videcette, exagente de la policía antiterrorista del Reino Unido, afirma que “había suficiente para procesarla, pero no se nos permitió hacerlo”.

La pista se pierde en África

En 2008, tras un presunto matrimonio arreglado por el predicador extremista Abdullah el-Faisal, se instaló en Sudáfrica y después en Kenia bajo identidad falsa.

Desde allí apoyó las actividades de células terroristas como financiadora, formadora y reclutadora. Llegó incluso a enseñar inglés y doctrinas yihadistas a otras mujeres en zonas controladas por Al Shabaab, con el objetivo de infiltrarlas en países como Kenia o Reino Unido.

El último avistamiento confirmado fue en 2011, cuando logró escapar de una redada en Mombasa tras engañar a la policía keniana con su pasaporte falso.

En la casa se encontraron materiales explosivos, fotos familiares y un diario donde expresaba amor por Osama bin Laden y deseaba “instaurar el terror entre los infieles”.

Desde entonces, su paradero ha sido objeto de rumores. Se la ha vinculado sentimentalmente con varios altos cargos de Al Shabaab y se ha dicho que vivió en Somalia, Yemen o Tanzania.

Un enigma en la gran pantalla

Un exjefe de inteligencia somalí afirma que Lewthwaite fue miembro del consejo ejecutivo de Al Shabaab, algo inédito para una mujer. Otros sugieren que ha muerto en un ataque aéreo.

El enigma de Samantha Lewthwaite refleja las carencias estructurales en la lucha contra el terrorismo internacional.

Convertida en símbolo, ha sido utilizada tanto por yihadistas como por medios y gobiernos.

Su historia también será llevada al cine con una película protagonizada por la actriz Bella Ramsey, generando controversia por humanizar a una presunta criminal responsable de múltiples asesinatos.

Mientras tanto, para los servicios de inteligencia, la pregunta sigue en pie: ¿cómo una joven británica, sin historial de radicalización visible, logró escapar tantas veces, mantenerse activa durante años y burlarse de gobiernos de dos continentes?