Disturbios en las calles de París con motivo de la final de la Champions entre el PSG y el Inter de Milán. Reuters
La extrema derecha y la extrema izquierda, contra el Gobierno de Macron por los disturbios tras la Champions
Mientras que Francia Insumisa señala el uso de gases lacrimógenos de los agentes de policía, RN apunta a la falta de seguridad y la inmigración.
Más información: El caos se desató en París tras la final de la Champions: casi 600 detenidos y cuatro heridos tras sufrir un atropello múltiple.
Los disturbios producidos en la tarde del sábado en París con motivo de la final de la Champions League entre el PSG y el Inter de Milán han desatado un enfrentamiento político en Francia.
Las imágenes de violencia en las calles y los enfrentamientos con la policía han generado un cruce de reproches entre los principales partidos, que se acusan mutuamente de falta de previsión o de haber respondido con mano excesivamente dura.
El balance de la noche acabó con dos personas fallecidas, 192 heridos -22 de los cuales son policías y bomberos, entre ellos un agente en estado grave-, 559 detenidos, 692 incendios (264 de vehículos) y cuatro comercios saqueados.
Le Premier ministre est porté disparu, son ministre de l'Intérieur est dans le déni : qui va porter la responsabilité de ce qu’il s'est passé cette nuit en France ?
— Jordan Bardella (@J_Bardella) June 1, 2025
En n'ayant ni la lucidité ni l'honnêté de reconnaître ce chaos, et d'en nommer les causes, le laxisme sécuritaire…
A pesar de ese gran despliegue, la magnitud de los disturbios superó todas las previsiones. Los incidentes comenzaron incluso antes del descanso del partido, y ya entonces la policía había detenido a casi 60 personas, en su mayoría individuos ajenos al fútbol cuyo único propósito, según el ministro del Interior, Bruno Retailleau, era provocar enfrentamientos con los agentes.
"París fue entregada a los violentos", denunció Jordan Bardella, líder del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN)
"Al no tener la lucidez ni la honestidad para reconocer este caos y nombrar sus causas, la falta de seguridad y la inmigración descontrolada, Bruno Retailleau se condena al fracaso definitivo", siguió el líder de RN.
El político culpó al Gobierno de no haber anticipado el riesgo y consideró insuficientes las medidas de seguridad desplegadas.
Sébastien Chenu, una de las figuras destacadas del RN, calificó lo ocurrido de "fiasco" y arremetió contra Retailleau, al que definió como "el tonto útil del Gobierno".
La ultraderecha ha puesto en su punto de mira a Retailleau, recientemente elegido presidente del partido conservador Los Republicanos, a quien ve como un rival potencial en el tablero político y busca desgastar públicamente.
🚨🇫🇷⚽️ PARIS IN CHAOS AFTER PSG VICTORY | Fans open water pipes on Champs-Élysées to celebrate, cars set on fire, firefighters intervene, and one supporter climbs onto a police car!#PSG #UCLFinal #Paris #France #ChampionsLeague #Football pic.twitter.com/AGVmtUJvWg
— Breaking News (@PlanetReportHQ) May 31, 2025
El propio ministro cargó contra "grupos de bárbaros" que, según él, salieron no a celebrar, sino a generar caos y atacar a la policía. "Los verdaderos aficionados del PSG están celebrando el magnífico partido de su equipo", declaró.
Desde el otro extremo del espectro político, el diputado del partido de extrema izquierda Francia Insumisa (LFI), Antoine Léaument, replicó afirmando que el auténtico "bárbaro" era el ministro, por "sembrar el caos a golpe de gases lacrimógenos en los Campos Elíseos". Sus palabras le granjearon críticas por cargar contra la policía en lugar de condenar a los violentos.
El prefecto de Policía de París, Laurent Nuñez, evitó calificar la jornada como un éxito o un fracaso. Admitió que no deben minimizarse los altercados, pero pidió no estigmatizar a la afición del PSG en su conjunto.
Las autoridades habían movilizado un operativo de 5.400 agentes en la capital y su periferia, conscientes del riesgo, tras los precedentes violentos en la clasificación a la final y también en la última final que el PSG disputó -y perdió- en 2020.